Capítulo 34

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Me escabullí con cuidado hasta llegar a la biblioteca sin ser atrapada por nadie

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Me escabullí con cuidado hasta llegar a la biblioteca sin ser atrapada por nadie. Cuando logré entrar, noté a más personas esperando.

—Hasta que por fin llegas —Elion se acercó, mientras veía cómo la pelirroja con rulos reía por su reacción—. Estaba a punto de matar a Nissa y su boca floja.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunté, mirando a los demás. Yves, Lonan, Asher, Alexandre, Kaiser y Lysander estaban allí también, todos con expresiones expectantes.

—Vamos a una fiesta —respondió Yves, cruzando los brazos con una sonrisa traviesa.

—¿Es seguro escapar? —pregunté, preocupada por lo que podría pasar si nos descubrieran.

yo solo venia a buscar un libro.

Elion soltó una carcajada amarga.

—Es peor estar encerrado aquí. Prefiero morir a manos de un psicópata que seguir aquí dentro.

Antes de que pudiera decir algo más, Lonan le dio un golpe en el brazo para que se callara.

—Deja de dramatizar, Elion —dijo Lonan, rodando los ojos.

Asher levantó una ceja, claramente escéptico.

—¿Y cómo saldremos sin ser detectados por el abuelo?

Ksiser suspiró, mirando a los demás con una mezcla de frustración y exasperación.

—Idiotas. Usen su cerebro por un momento.

Con un gesto de su mano, Kaiser usó magia y de un parpadeo estábamos afuera.

—debieron avisarme de su plan...vine en pijama—me quejé

Alexandre soltó una risa, burlándose de mis desgracias.

Lysander me colocó una gran chaqueta para la nieve.

—Caminen rápido. El lugar está cerca del bosque —dijo nissa, tomando la delantera.

Comenzamos a movernos rápidamente, siguiendo a Alexandre mientras nos dirigíamos al bosque. La noche estaba helada por la reciente tormenta de nieve.

El camino se hizo más estrecho y oscuro a medida que nos adentrábamos en el bosque. Podía escuchar el crujido de la nieve bajo mis pantuflas.

¿Por qué demonios seguí a estos locos?

Finalmente, llegamos a un claro donde se veía un resplandor de luces y se escuchaba música, a lo lejos divise la carretera por lo que estábamos cerca del pueblo.

—Ahí está —dijo Lonan, señalando hacia adelante

Nos acercamos al claro en el bosque donde se encontraba una gran cabaña. Las luces brillaban cálidamente y la música llenaba el aire. Las risas y las voces de otros jóvenes se mezclaban con la melodía, creando un ambiente animado y acogedor.

El Encanto PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora