Capítulo 28

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 —Eres muy lenta— recrimino con voz dura, mientras me encontraba recostada en el frío pasto del jardín

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 —Eres muy lenta— recrimino con voz dura, mientras me encontraba recostada en el frío pasto del jardín.

—¿bromeas? Casi me matas lanzándome esa gran roca—dije con frustración, desde hace horas nos encontrábamos en el jardín, mientras él me lanzaba cualquier cosa ya sea hechizos o cosas de tamaño descomunal las cuales tenía que cambiar su forma o desaparecerlas con rapidez.

Mi abuelo me miró con una ceja alzada, como si estuviera evaluando mi respuesta.

—La magia es una disciplina que requiere velocidad y precisión, Mery. No puedes permitirte ser lenta cuando estás en medio de un combate o enfrentando a un enemigo poderoso —respondió, con un tono sin emoción —tienes buenos reflejos, pero no has llegado a tu límite de poder, eres una valencia debes dar la talla para llevar ese apellido—.

—mi nombre es Charlotte no Mery—dije a lo cual fui ignorada.

—tu padre me informó que un licántropo con aparente magia negra quiere tu cuello, por lo que debes poder acabarlo con tus propias manos— continuo.

—¿No se supone que los licántropos no pueden tener magia? .

Mi abuelo suspiró, como si la conversación lo aburriera.

—debió hacer algo prohibido para obtenerla—dijo con simpleza, me lanzó unas pequeñas dagas hechas de hielo las cuales esquivé a tiempo.

—¡oye, no estaba lista! .

—si yo fuera el enemigo ya estarías muerta—respondió, lanzándome más dagas de hielo que esta vez logré esquivar con más facilidad.

—¡alto! Tengo una pregunta—él solo me mira interrogante.

—Alaric mencionó que mis padres habían acabado con los suyos, papá evadió el tema, ¿tú sabes algo al respecto? .

Mi abuelo se detuvo por un momento, como si estuviera recordando algo. Su expresión se volvió más seria, y pude ver que había algo en su mirada que no había visto antes.

—¿Tienes una foto del tal alaric? .

Busque en mi cartera una foto que tenía ya que mi teléfono no funcionaba aquí, kaiser me había explicado que es por algo que había hecho el abuelo porque no le gustaba las cosas electrónicas, el prefería usar la magia para todo.

Le extendí la foto y le señalé a alaric en la foto.

Mi abuelo tomó la foto y la examinó detenidamente, su expresión se tornó sombría mientras miraba la imagen.

—Lo sabía, ese rostro nunca podría olvidarlo —dijo con amargura, devolviéndome la foto—. No fue culpa de tus padres, fue más bien mía. Todo comenzó cuando asesiné a su padre, quien era un licántropo.

Eso me desconcertó por unos segundos antes de mirarlo interrogante.

—¿Por qué lo hiciste? .

—ese bastardo lo inició todo, hizo algo imperdonable el mismo se lo busco por lo que terminamos peleando donde él murió, tarde me di cuenta que tenía un alma gemela—su tono era carente de emoción —esa mujer era una bruja, ella... se volvió loca por la pérdida de su pareja por lo que trató de tomar venganza. Lo más seguro es que sacrifico algo para tener la magia negra y así intentar matarme—.

El Encanto PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora