Capítulo 6

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—Charlotte entendemos tus dudas, pero estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para demostrarte que estamos diciendo la verdad—dijo Kasia con sinceridad, su mirada reflejaba una determinación firme

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—Charlotte entendemos tus dudas, pero estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para demostrarte que estamos diciendo la verdad—dijo Kasia con sinceridad, su mirada reflejaba una determinación firme.

Einar asintió en acuerdo, agregando:

—Te daremos tiempo para procesar todo esto y encontrarás que cada palabra que te hemos dicho es cierta. Pero si necesitas pruebas adicionales, estamos más que dispuestos a proporcionartelas—.

A pesar de mis reservas, una parte de mí quería creer en sus palabras. Había una sinceridad en sus ojos y una urgencia en su voz que me hacía querer confiar en ellos. Sin embargo, la idea de aceptar esta nueva realidad era abrumadora.

—Lo siento, es solo que todo esto es demasiado para mí —murmuré, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con escapar— No sé si puedo aceptar esto de la noche a la mañana—.

—Lo entendemos, querida. Tomate el tiempo que necesites. Estaremos aquí para ti cuando estés lista—.

—Creo que debería irme ya, es bastante tarde —mencioné mientras me levantaba, Kasia y Einar asintieron con comprensión mientras me levantaba para irme.

—Claro, cariño. Tómate tu tiempo para procesar todo esto. Estaremos aquí cuando decidas regresar —dijo Kasia con una sonrisa reconfortante.

—te acompañamos a la puerta— Kasia y Einar se levantaron y me acompañaron hacia la puerta con gestos amables y tranquilizadores.

Ivory me estaba esperando junto a Alexandre y lysander los tres estaban sentados en silencio cerca de la puerta, Me acerqué a ellos con pasos vacilantes, aún procesando toda la información que acababa de recibir.

—Lo siento por hacerte esperar —dije, tratando de sonar más segura de lo que realmente me sentía.

— ¿Estás bien? —preguntó Ivory con preocupación en su voz, levantándose para acercarse a mí.

Asentí lentamente, tratando de ocultar la tormenta de emociones que me invadía.

—perdón por las preguntas de ese día no debí comportarme de esa manera Charlotte— la culpa se reflejaba en el rostro de lysander mientras se levantaba para observarme atentamente.

—No te preocupes, supongo que querías saber más sobre mí—respondí, tratando de disipar cualquier tensión entre nosotros.

Lysander pareció un poco aliviado por mi respuesta, aunque aún llevaba la carga de la culpabilidad en su mirada.

—Ivory deberíamos irnos ya estoy algo cansada- la nombrada asintió comprensivamente y se acercó para colocar una mano reconfortante en mi hombro.

—Claro, Lottie. Vámonos a casa. Necesitas descansar después de todo lo que ha pasado hoy —dijo con suavidad, transmitiendo un cálido sentido de cuidado y preocupación.

Nos despedimos con gestos de mano mientras caminábamos hacia el auto antes de entrar en este un grito nos hizo detenernos.

—¡Charlotte! — Alexandre venía hacia nosotros con rapidez.

—sé que puede ser algo apresurado y entendería que te negaras, pero ¿podríamos darme tu número de teléfono?  si te parece bien—su propuesta me tomó por sorpresa ,pero asentí ante su pregunta.

—si claro— le di mi número y el sonrió agradecido, se despidió para alejarse.

Ivory, que había estado observando la interacción con atención, se acercó a mí y colocó un brazo sobre mis hombros.

—Vamos, Lottie. Es hora de irnos a casa—dijo con suavidad, transmitiendo una sensación de seguridad y protección que me reconfortó, pero una pregunta empezó a surgir.

"¿Ivory era como ellos? ".

Ella parecía estar al tanto de la situación ,además Alexandre y ella eran pareja hace tiempo sería extraño que no lo supiera.

Cuando estamos en camino a mi casa decidí preguntar.

— ¿tú también eres como ellos? —solté de pronto, vi cómo se tensaba rápidamente confirmando mis sospechas

—¿A qué te refieres? —.

—no te hagas la tonta ivory tu sabes a lo que me refiero— mi mirada estaba fijamente en ella.

Ivory mantuvo su mirada en la carretera, apretando ligeramente el volante antes de exhalar lentamente.

—Sí, Charlotte. También tengo habilidades mágicas—admitió finalmente en un tono suave pero firme.

Me quedé en silencio por un momento, asimilando la revelación.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —pregunté con una mezcla de curiosidad y confusión.

Ella suspiró, desviando brevemente la mirada hacia mí.

—tenía miedo de cómo reaccionarías, no quería ser un monstruo para ti — explicó con sinceridad.

Aunque entendía su preocupación, sentí una punzada de decepción ,yo nunca le oculté nada, sabía todo de mí y pensé que yo sabía todo de ella.

—¿los demás también lo son? —.

—eso no me corresponde a mi decírtelo, será mejor que ellos contesten a eso—Mis pensamientos se agitaron con su respuesta. ¿Qué más estaban ocultando los demás? ¿Había algo más en sus vidas que no me habían revelado? La sensación de estar rodeada de mentiras me molestaba.

Llegamos a mi casa en medio de un silencio cargado de tensión. Ivory trató de hablar, pero antes de hacerlo salí del coche y entré a mi casa con rapidez cerrando con un portazo.

El portazo resonó en la casa, dejando un eco de tensión en el aire. Me encontré parada con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Las emociones se agolpaban en mi mente, y sentía que necesitaba un momento a solas para procesar todo lo que acababa de suceder.

Subí las escaleras con pasos apresurados, necesitando el refugio de mi habitación para poder pensar con claridad. Cerré la puerta detrás de mí y me dejé caer en la cama, sintiendo el peso de la incertidumbre sobre mis hombros.

¿Cómo podía confiar en alguien que me ocultaba algo tan importante? Me sentí traicionada, como si todo lo que creía saber sobre ellos se tambaleara en ese momento.

todo en mi vida era un desastre.

El aliento comenzó a agitarse dentro de mi pecho, como si el aire se hubiera vuelto denso e imposible de respirar. Mis manos temblaban violentamente y mi corazón latía con fuerza, tan fuerte que parecía querer salir disparado de mi pecho.

Una oleada de mareos me golpeó con fuerza, haciendo que la habitación diera vueltas a mi alrededor. Mis pulmones se sentían como si estuvieran atrapados en un espacio demasiado pequeño, y me costaba trabajo inhalar suficiente aire para satisfacer la demanda de mi cuerpo.

El miedo se apoderó de mí, envolviéndome en una capa densa y sofocante. Me sentía como si estuviera atrapada en una jaula invisible, incapaz de escapar de mis propios pensamientos y emociones abrumadoras.

Traté de recordar las técnicas de respiración que Ayla me había enseñado, Poco a poco, la sensación de opresión en mi pecho comenzó a disiparse, y mis respiraciones se hicieron más regulares. Mis manos dejaron de temblar y mis músculos se relajaron lentamente, liberándome del pánico que me había tenido atrapada.

Me sentía tan cansada que solo tome el frasco de pastillas para dormir, tome unas cuantas  y caí en la inconsciencia.

El Encanto PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora