La familia Kim

1.- La aburrida vida de Jin 🔞

Hola! voy a empezar esta nueva historia, voy a actualizar relativamente seguido, no creo que a diario. 

Espero que la disfruten y sus comentarios (me encanta leerlos <3)

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Kim Seokjin de 20 años, era un omega, el más famoso en su círculo social. Su belleza era incomparable y su herencia el motivo de que todo alfa con una buena familia quisiera cortejarlo.

El omega tenía dos hermanos uno alfa mayor que el y una omega, menor que el. Todos los solteros querían tener la oportunidad de casarse con alguno de ellos. Pero por su belleza incomparable Jin era el más codiciado de todos.

Los padres del omega eran conscientes de ello y mostraban a sus hijos en las reuniones y planeaban citas con sus amigos.

El omega volvía del centro comercial algo frustrado, odiaba tener que salir de compras con las hijas omega de las amigas de su madre. Eran aburridas, frívolas y superficiales.

No podían ser más distintas al omega. Jin era una criatura sencilla, que disfrutaba de las pequeñas cosas de la vida, leer un libro mientras tomaba un rico té. Cocinar algo o tal vez cuidar de las flores del jardín. Todas actividades que según su madre decía, eran inútiles.

El omega entró a la casa por la puerta de servicio, se acomodó en la mesa de la cocina y espero que alguno de los empleados entre para charlar. Tal vez si tenía suerte el cocinero llegaba y podía tener una charla entretenida por primera vez en el día.

-Buen día joven Jin - dijo el cocinero entrando a la cocina, Choi Taeyang.

-Hola señor Choi, ¿Qué va a preparar hoy?

-Pasta Alfredo y tiramisú de postre - dijo el cocinero - ya sabe, cocina italiana para hoy.

-Podré comer un ramen y algo de kimchi antes? - dijo Jin, estaba agotado del nuevo invento de su madre de cocina internacional. Todos los días una nación distinta.

-Si señorito, ahora mismo le preparo - dijo sonriendo el cocinero.

-Espero que se le pase rápido la locura internacional- dijo Jin - en serio que prefiero la comida coreana.

-Lo sé señorito - dijo el cocinero con una sonrisa de disculpas.

El omega comió un buen plato de ramen, aunque rápido, su madre le había prohibido esa comida por qué según ella hinchaba los ojos. Terminó de comer, agradeció al chef y se quedó charlando con el sobre la economia del país y temas de política.

Jin siempre disfrutaba esas charlas con el señor Choi, de alguna forma sentía al beta como una figura paterna más presente que la de su propio padre.

El alfa padre de Jin era un importante empresario, que solo pensaba en dejarle la empresa a su hijo mayor, su orgullo absoluto Junseok y casar a los dos omegas con algún buen partido para aumentar sus conexiones y poder.

Una hora antes de la cena, la madre de Jin entró a la cocina.

-Hijo, que haces aquí? Por el amor a la Diosa ve a bañarte y alístate para la cena - dijo al mujer - pareces un mendigo. 

-Si madre - dijo resignado el omega

Odiaba tener que cuidar las apariencias todo el día. Se suponía que al final de verano empezaría la universidad, su madre lo inscribió en una carrera en bellas artes. "La cultura hace a un omega digno de un gran alfa como marido"

Jin odiaba la carrera que su madre le había elegido, odiaba no poder decidir, odiaba no poder hacer algo que le apacione. Pero era lo que le había tocado en la vida. 

Jin subió a su habitación, colocó la traba en la puerta y se arrojó en su cama. Cerró los ojos y comenzó a recordar ese alfa precioso que había conocido hacía un par de semanas. Necesitaba... relajarse...

Una noche harto de su vida el omega se escapó a un bar del underground. A su madre le dijo que estaría en la casa de su "amiga" Mina, como sabía que la omega estaría con su novio secreto, su pequeño secreto estaría cubierto.

Esa noche fue perfecta, Jin fue libre y por ende feliz, había visto algunos artistas raperos del underground. Cuando fue el turno de un tal RM el omega cayó fuerte en el encanto del joven rapero. Era hermoso, tenía sus ojos con forma de dragón y unos preciosos hoyuelos se marcaban es sus mejillas cuando sonreía.
Rapeaba como el mejor, aunque las letras de las canciones eran profundas. El lobo del omega estaba encantado con el alfa, aunque no había podido sentir su aroma, ciertamente lo atraía y mucho.

Así que ahí estaba el omega, aburrido de su vida artificial como el decía, tirado en su cama recordando a ese preciso alfa. Jin comenzó a imaginar lo bien que sentirían esas manos varoniles sobre su cuerpo, cerró los ojos imaginando que el alfa recorria su cuerpo desnudo, llegó hasta su entrepierna y palpó su abultado miembro.

Se deshizo torpemente de sus pantalones y ropa interior y comenzó a masajear su miembro pensando en que eran las hermosas manos del alfa.

El omega sentía que estaba cerca pero algo más faltaba, deslizó sus dedo hasta su entrada y la sintió húmeda, chorreante de lubricante. Nunca antes le había pasado de liberar su lubricante natural fuera de sus celos.

Tomó coraje y metió uno de sus propios dedos dentro de sí, hasta donde pudo, llegando a su punto dulce y arrancando un fuerte gemido al presionarlo.

Prosiguió estimulándose y disfrutando su momento hasta que finalmente se corrio en su propia mano. Tomó unos pañuelos de la mesa de luz y se quitó las manchas con ellos.

Resignado a tener que volver a su vida de simulaciones y algo avergonzado por la forma en la que se había estado tocando, se metió a la ducha. El omega jamás se había tocado pensando en nadie, de hecho jamás lo había hecho fuera de sus celos. Pero ahí estaba, descubriéndose y por primera vez en su vida, queriendo conocer a su alfa, su destinado, no algún millonario que lo tenga como un trofeo.

Al bajar a cenar se encontró con que sus padres estaban en el comedor con uno de los matrimonios "amigos" de ellos y sus estúpidos hijos alfas con complejo de dioses.

-Seokjin! Tan hermoso como siempre- dijo la señora Oh - que gran espécimen. 

Jin no podía creer lo que acababa de escuchar "espécimen". En cualquier momento lo llamarían máquina de bebés y nadie se pondría a ello....?

El omega colgó su sonrisa social y se dispuso a pasar otra noche de frivolidades  e hipocresía.