4.- Vida nueva

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Jin condujo hasta la casa de la madre de Taeyang, su ahora ex cocinero. El omega estaba muy nervioso, estaba tan nervioso que creía que en cualquier momento tendría un ataque de pánico.

Aparco en la entrada y estuvo unos minutos agarrado al volante. Intentaba encontrar un poco de calma. Pero acababa de dejar a su familia, literalmente abandonó todo lo que conocía. No era un gran fanático de la cosa que llevaba antes, pero era la única vida que conocía.

Debía deshacerse del auto... tal vez podría tener problemas con habérselo llevado... serían capaces sus padres de denunciarlo por robo? Tal vez...

Unos suaves golpes en el vidrio sacaron a Jin del tren de pensamientos, sobresaltandolo.

Una mujer de unos cincuenta años, de aspecto amable le sonreía, vestía un vestido floreado y llevaba una bolsa de compras vacía en las manos.

Jin la miró un momento y algo en ella le transmitió confianza. Abrió la puerta de su auto y bajó. La mujer era bastante bajita de estatura, a pesar de ello tomó las manos de Jin y jaló de ellas para abrazarlo.

-Hola Jinnie, Taeyang me habló de ti cielito - dijo la mujer - siempre lo hace. Ven vamos a la casa. Luego me acompañas a hacer las compras.

-Gr-Gracias - dijo Jin aún sorprendido por el recibimiento. La mujer apenas lo conocía y ya lo había consolado y abrazado como nunca había hecho su propia madre.

El omega bajo sus bolsos y entró a la casa. Era linda y ordenada, olía a flores y como si alguien hubiera estado horneando pasteles.

-Entra cielo, tu habitación será la del fondo, no es muy grande. Pero tiene una linda cama y un escritorio pequeño.

-Gracias - repitió Jin. Esa palabra parecía quedarse corta con todo lo que estaban haciendo por el.

Jin dejó sus cosas allí dentro. Y volvió a la cocina donde estaba la señora Lee.

-Ten cielo, tomate un té, ¿Como te sientes?

-Aterrado - dijo Jin - en serio gracias señora Lee, yo... yo no sé qué estoy haciendo con mi vida.

-Mi hijo me contó lo que pasó con tu padre y familia- dijo la señora Lee - me recuerdas a mi, sabe? Mi familia me quería casar con un alfa rico para salvarse. Pero mi gran amor siempre fue el padre de Taeyang, así que nos fugamos y vivimos juntos desde entonces. Casi muero de tristeza cuando lo perdí hace cinco años, pero mi hijo es mi fuerza y sigo adelante por el.

-Usted es muy fuerte - dijo Jin sorprendido

-Ahhhh si hay un amor más grande que el de tu destinado, ese es el que sientes por ese cachorrito que nace de la unión de los dos.

-Gracias por recibirme y por permitir que me quede aquí- repitió Jin.

-No es nada cielo. Ahora bien. Que quieres hacer con tu vida ahora? Tienes un alfa?

-No... lo creo. Conocí a alguien... pero no, olvídelo - dijo confundido Jin.

-Bien, sin alfa. Mi consejo, piensa un poco que quieres hacer con tu vida. Las riendas las tienes tú cielito. ¿Qué quieres hacer? Eso es en lo que debes pensar de aquí en adelante, ya no hay nadie que te diga lo que tienes que hacer - dijo la mujer - no tienes que contestarlo en este momento, solo date el tiempo para pensarlo.

Jin se quedó meditando sobre lo que la mujer le había dicho. Su sueño era tener una linda cafetería y atenderla, nada grande y ostentoso, algo lindo y agradable, tal vez con un ambiente romántico.

Todavía perdido en sus pensamientos, Jim reparó en que la mujer se había levantado y vuelto a agarrar la bolsa de compras.

-Voy al mercado por fresas, tengo que preparar unas tartas para mañana, pero hoy es un día especial y vamos a comer una cuando Taeyang llegue. ¿Quieres venir? - dijo la mujer levantándose

-Si, vamos - dijo Jin, le vendría bien el aire y definitivamente hablar con la señora Lee.

Caminaron por las callecitas del barrio hasta un gran mercado.

Jin no podría creer su suerte, la señor Lee precia una gran persona, le debía mucho a su cocinero. Ex-cocinero. Si ahora era ex cocinero. Taeyang, si así está mejor, era un gran amigo.

El peso de sus decisiones comenzaba a caer sobre Jin, había abandonado la única vida que había conocido. No tenía grandes habilidades, no sabía de qué viviría, había sacado la plata que tenía ahorrada y para ser sinceros era una buena suma. Pero no dudaría toda su vida, tendría que pensar y rápido a que se dedicaría ahora.

La idea de la cafetería era buena, pero el no sabía de negocios o pastelería, tal vez empezar un curso de barista. Ese era un buen punto de comienzo.

-Jin? - llamó la señora Lee

-Si, lo siento, estaba perdido en mi cabeza - dijo el omega.

-Te preguntaba si te gustan las fresas - dijo la señora

-Ahhh si si - contestó el omega

-Bien, vamos a preparar esa tarta.

-Festeja algo? - preguntó Jin recordando lo que había dicho la mujer.

-Hoy era mi aniversario de bodas, mi alfa amaba las fresas y en esta fecha siempre le hacía esta tarta. Sigo haciéndola aunque ya no esté con nosotros.

-Es muy lindo de su parte - dijo Jin añorando sentir algo así por su pareja algún día. Bueno no la parte de perderlo precozmente... preferentemente, si no la parte de tener un vínculo tan íntimo y único.

-Ya encontrarás a tu alfa y verás todo lo que estarás dispuesto a hacer por él.

-Eso espero - dijo Jin pensando en el lindo alfa rapero.

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Por la noche llegó Taeyang a la casa de su madre, se encontró con la mujer sentada en el comedor hablando cómodamente con Jin.

-Hola señorito- saludó el hombre - como ha estado?

-Por favor, nada de señorito, solo Jin. Hemos hablado mucho y el lugar es fantástico. Muchas gracias! - dijo el omega - como? Cómo estaban las cosas en mi casa?

-Ehmm - el beta se rascó la cabeza viendo al omega - nada nuevo. Creo... creo...

-Todavía no se dan cuenta que faltó? - preguntó Jin. No lo sorprendía pero si le dolía -Supongo que se darán cuenta en dos o tres días cuando no me presente en el aeropuerto.

-Jin... tu auto... podrían localizarlo - comenzó a decir Taeyang.

-Lo dejé abandonado en el aeropuerto. Compré un boleto a Japón con la tarjeta de mi padre. Creerán que me fui del país, así no me buscan por la ciudad.

-Inteligente- dijo el beta - como te has sentido hasta ahora?

-Tranquilo y más acompañado en la tarde de hoy por la señora Lee de lo que nunca me sentí con mi propia familia - dijo con algo de tristeza el omega.

-Horneamos una tarda de fresas - dijo la señora Lee intentando que el omega no se decaiga.

-Ohhhh hoy es ese día - dijo nostálgico Taeyang.

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Casi un mes había pasado desde que Jin había dejado la casa de su familia.

Supo por Taeyang que el día que se suponía debía partir con su prometido fue cuando sus padres repararon en el hecho de que Jin no estaba en su casa, que su cuenta de banco había sido vaciada y según lo que parecía se había fugado a Japón.

Su padre le había gritado y golpeado a su madre por perder a uno de sus hijos. Aunque las palabras exactas del hombre fue uno de sus "activos" aunque el chef optó por omitir esa parte.

Jin había comenzado un curso de barista y uno de pastelería. Descubrió que era realmente bueno y hacía unas semanas que además había comenzado a trabajar en la cafetería de la señora Lee. Por ahora lavaba tazas pero tenía fe que lograría aplicar sus conocimientos en algún momento.

La vida con la señora Lee y Taeyang cuando tenía días libres era muy buena. Ellos eran una gran compañía y apoyo para Jin.

El omega que había creído que estaba perdido en su vida, habías encontrado un hogar, gente que lo quisiera y una pasión que seguir.

La familia KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora