2.- Los comienzos de Namjoon

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Kim Namjoon, alfa de 21 años. Vivía en Seoul desde hacía dos años cuando sus padres lo echaron de su casa. A sus 19 años rindió el examen de fin de año en la preparatoria y salió número uno en el ranking en Corea. El joven alfa era sin lugar a dudas un genio, sus padres esperaban con orgullo que fuera médico u abogado. Estarían salvados con un hijo así.

Los padres de Namjoon tenían un buen pasar, ambos eran empleados, pero tenían grandes expectativas para su hijo.

Ellos no contaban con que su mayor orgullo quería ser músico, más precisamente rapero. Su madre se desmayó cuando el alfa les dijo que estudiaría música. Su padre lo golpeó y lo echó de su casa.

"Sal y vive la vida, dura y miserable como es sin el apoyo de tus padres. Cuando estés muriendo de hambre en unos días, recapacita y vuelve" dijo su padre  empujándolo fuera de la casa.

Ese día por la noche, Namjoon volvió a hurtadillas a su casa solo a buscar sus pertencias y nunca volvió a su ciudad natal.

Era cierto que era un genio. Pero odiaba pensar que la la vida se trataba de estar detrás de un escritorio. El amaba el arte, cualquier expresión artística. Esa noche viajó a Seoul y se instaló allí.

Al principio fue difícil, vivía en una pequeña pensión y se mantenía con trabajos de medio tiempo. Componía y vendía a bajo precio sus canciones.

Un día particularmente duro de trabajo, frío y lluvioso llegó a la pequeña habitación que rentaba, helado hasta los huesos, hambriento y con los ánimos por el piso.

Tal vez su padre tenía razón, apenas sobrevivía con lo que ganaba. Sus canciones no llegaban a nadie importante. Tal vez no era tan bueno como suponía...

Tal vez era hora de volver a su casa y resignarse a vivir de una profesión aburrida. Se sentía solo, cansado y aunque quisiera vivir de la música, en esos momentos la vida se le hacía cuesta arriba.

Compuso una canción especialmente triste, la melodía era melancólica y la letra más aún. Comió un paquete de ramen y se fue a dormir.

Se acostó pensando en ponerse un límite. Si no conseguía un mejor trabajo para el mes siguiente volvería a lo de sus padres, les daría la razón y viviría la vida que ellos le habían planeado.

La mañana siguiente el alfa se levantó casi tan cansado como se había acostado. No había dormido bien y ahora tendría que seguir intentando conseguir plata y un buen trabajo en la música.

Cerca del medio día, el alfa llevó una orden de comida para una dirección cerca de donde el vivía. El hombre que salió a recibir la comida se lo quedó mirando un momento como analizándolo.

-Oye chico, tú eres RM? - dijo el beta acercándose a mirar mejor la cara de Namjoon.

Una especie de descarga eléctrica recorrió el cuerpo del alfa. Era la primera vez que alguien lo reconocía por su nombre artístico. 

-Si señor - dijo el alfa con una linda sonrisa que marcó sus hoyuelos - un gusto, me llamo Kim Namjoon, pero me dicen RM.

-Soy Bang Si-hyuk - dijo el hombre - dueño de BH Entertainment. Te escuché hace unas semanas. Tu música es... distinta. Me gusta. Somos una empresa chica y... siendo sincero hemos tenido mejores épocas. Pero nos vendría bien un aire nuevo. No tengo mucho para ofrecerte ahora pero... si trabajamos juntos, creo que te puedo hacer grande.

Algo en el beta hizo que Namjoon confiara en el. No sabía que era exactamente lo que era que lo hacía confiar en ese camino. Pero su lobo estaba en paz con ello y seguiría su instinto.

-Hagámoslo - dijo Namjoon tendiendo su mano.

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Un mes después de conocer a Si-Hyung, Namjoon había conseguido hacer unas presentaciones en algunos bares del underground más reconocidos. Comenzaba a tener un nombre que otros raperos conocían.

Había conocido a mucha gente del medio, comenzó a tomar clases de canto y nuevamente clases de piano. Produjo y compuso unas cuantas canciones para una boy band que estaban entrenando en BH. Siete maravillosos chicos con un futuro prometedor, aunque estaban "verdes" según su jefe, todos trabajaban duro para alcanzar el éxito.

Todavía hacía trabajos de medio tiempo, así que tenía menos tiempo que antes. La mayoría de los días dormía en la empresa, en un colchón en el suelo, al menos si tenía una buena idea podía solo levantarse y seguir con su trabajo.

Una de las noches en su presentación de los viernes, mientras estaba en el escenario alcanzó a ver un hermoso hombre entre la gente. Por sus suaves y delicadas facciones debía ser omega. Estaba lejos y había mucha gente en el lugar, así que lo pudo captar su aroma. Pero algo en ese omega captó su atención. Era hermoso, el más hermoso que jamás haya visto.

Cuando terminó su presentación bajó y lo buscó por todos lados. Pero no había rastros del omega.

No importa cuantos días hubieran pasado desde ese momento, ese misterioso omega se transformó en su musa. Pensaba en el cuando componía, pensaba en el cuando recorría las calles de Seoul llevando los pedidos de comida de su trabajo de medio tiempo, hasta soñaba con el.

No importa cuánto lo pensara, ese era su omega y necesitaba encontrarlo.

La familia KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora