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—¿Qué hacemos aquí?

Rin miró con desconfianza el edificio en el que acababan de estacionarse.

—Ya lo verás—se limitó a contestar Kagura, bajándose del auto con expresión calmada.

Luego de la inesperada propuesta de la noche anterior, Rin no confiaba en las decisiones de su hermana, por lo que todo este asunto de la salida le resultaba bastante sospechoso. Y vaya que no se equivocaba…

—Señora Taisho, es un gusto tenerla de vuelta por aquí—saludo una mujer regordeta, quien con suma amabilidad las hizo pasar por uno de los pasillos.

A medida que se adentraban más y más en aquel sitio, Rin comenzaba a comprender de qué se trataba ese lugar.

“Banco de esperma”, leyó en una de las puertas que acababan de dejar atrás.

—Esto es…

—Pasen, la doctora las está esperando—las palabras de Rin fueron interrumpidas por aquella mujer que acababa de indicarle que habían llegado a su destino.

Al frente de sus ojos podía verse una placa que enunciaba de que se trataba la consulta a la que estaba a punto de formar parte.

“Dra. Alviria Becker.

Especialista en reproducción asistida”

—Kagura…

Rin se quedó de pie frente a la puerta, negándose a entrar.

—Rin, no es lo que tú piensas, pasa por favor—le pidió su hermana con voz suave, tratándola como si de pronto se hubiese convertido nuevamente en una chiquilla.

En medio del trance, Rin entro en aquel consultorio de paredes blancas y relucientes. Todo se veía bastante brilloso, haciéndola sentirse desubicada al instante.

«¿Qué hago aquí?», se preguntó en su mente.

—Señora Taisho, es un gusto tenerla de vuelta. Veo que ha traído a su hermana—dijo la doctora mirándola con curiosidad—. Señorita, un placer, soy la doctora Alviria Becker y te acompañaré en todo este proceso de…

—¡No, yo no!

—Doctora, mi hermana aún no se decide. He querido traerla para que usted le explique un poco más sobre el procedimiento—intervino Kagura, al darse de cuenta de que Rin estaba a punto de armar un escándalo.

—Oh, entiendo. Claro, por supuesto—accedió la especialista, manteniendo una actitud cordial.

La doctora comenzó a detallar lo seguro del procedimiento, alegando que no sentiría molestia alguna cuando lo realizaran.

—Deberemos hacer una serie de exámenes para constatar que tan buena es tu ovulación—siguió informando, ignorando el hecho de que se había negado hacía apenas unos instantes.

De pronto, entre tantas explicaciones, Rin comenzó a sentirse mareada. No sabía cómo había ido a parar a ese lugar, pero lo que sí tenía claro era que necesitaba irse.

—El procedimiento para este caso es sencillo. La madre de alquiler donará su material genético, y el esposo de la pareja contratante, el suyo. El método será por inseminación artificial, que consiste en introducir una muestra de semen en el…

—¡Basta, necesito irme!

Rin no soportó una palabra más por parte de aquella mujer y se levantó de la silla. La doctora la miro con horror, como preguntándose en silencio si había dicho algo mal, pero lo que no entendía la mujer era que no era ella la causante de su estado de ánimo, sino que todo era a causa de esa situación en la que la estaban involucrando.

Obsesión - SesshrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora