No podía decir que todo había sido tristeza y dolor, tampoco podía decir que había sido feliz. Lo cierto era que su vida al lado de este hombre había sido compleja.
Lo había querido, sí.
Seguía queriéndolo, sí.
Pero sabía que Sesshomaru Taisho no se merecía su amor, y también sabía que no era correspondida.
"Esto no es un matrimonio de verdad, Kagura. No sé qué te hizo creer que lo era"
Nunca había perdido oportunidad de recordárselo, nunca había perdido oportunidad de decirle que no la amaba.
Entonces, ¿por qué se engañó a sí misma durante tanto tiempo?
Sesshomaru era un infeliz, pero siempre le había dejado las cosas claras. Había sido ella, quien en su ingenuidad, había creído que aquello podía llegar a ser cambiado, que podía lograr que ese hombre la amara.
En ese proceso, perdió su dignidad y también su cordura, perdió todo por un hombre que no movía ni un solo dedo por ella, porque a él simplemente no le interesaba.
Era por eso, que presenciar aquella escena, dónde su hermanita era la recibidora de un verdadero gesto de amor por parte de este hombre, le afectó más de lo que hubiese esperado. Pero, ¿siquiera podía culpar a Rin por ello? ¿Siquiera podía acusarla de haberlo planeado?
No.
Rin no era culpable, y si lo era, su única culpa radicaba en no haber sido sincera con ella antes. Al fin de cuentas, ella no era una esposa normal, en realidad nunca había dejado de ser más que una simple empleada.
Eso era su matrimonio: un trabajo, una farsa.
Kagura llegó a esa conclusión, mientras veía al hombre ensangrentado en el suelo. El mismo hombre al que acababa de dispararle, el mismo que se había vuelto su obsesión durante tanto tiempo.
Porque sí, su obsesión era que la amara. Era que aquel frío corazón, comenzará a ser calentado por un abrasador sentimiento, el sentimiento del amor. Pero ese amor sí despertó, la diferencia era que no fue por ella…
—¡Nooo!—grito Rin, mientras caía arrodillada al lado del hombre que había recibido no solo uno, sino dos impactos de bala.
Kagura dejó caer el arma y miró la escena, mientras sentía que de sus ojos se desbordaban lágrimas.
Aquel bien podría ser un cuadro familiar, con la diferencia de que, no era un ambiente bonito y pintoresco lo que los rodeaba, sino que el escenario era una escena sangrienta.
—¡Kagura, qué has hecho!—se lamentó la joven de lo que su hermana había cometido.
Kagura no era una asesina, tampoco tenía por qué serlo.
—¿Qué está sucediendo?
De pronto la habitación comenzó a llenarse de personas, mientras ambas mujeres parecían estar en shock. Rin no paraba de llorar, apretando a sus pequeños bebés contra su pecho; mientras Kagura, veía sin expresión a su marido en aquel charco de sangre.
«Lo mate. Lo mate», era lo que pensaba, procediendo a mirarse las manos.
Kagura no podía describir lo que sentía, pero lo cierto era que cometer tal acto no la había hecho sentir mejor, todo lo contrario.
«¿Y ahora qué? ¿Qué sería de su vida de ahora en adelante?», se preguntó.
Lo más probable era que le tocase pasar el resto de sus días en la cárcel, y de esa manera, Sesshomaru Taisho no solo se habría quedado con gran parte de su juventud, sino que el resto de sus días también serían igual de miserables.
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Obsesión - Sesshrin
Fanfiction"Cruel y despiadado", aquellos eran unos de los calificativos que Rin utilizaba para describir a su cuñado. Desde que llego a la casa de su hermana, luego de cinco años sin verla, descubrió que la vida que Kagura tanto pregonaba no era más que una f...