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Rin estaba acabando de acostar a sus hijos cuando Sesshomaru entró en la habitación. Un temblor se manifestó en el cuerpo de la joven al divisar la alta figura del hombre. Por un momento temió que viniese con la intención de llevarse a sus pequeños, pero al transcurrir de los segundos, se dio cuenta de que ese no era su objetivo.

—Kagura—murmuró Rin el nombre de su hermana mayor—. ¿Ella está bien?—indagó con preocupación.

Habían pasado poco más de dos semanas y no había tenido noticias de su hermana. De hecho, aquella era la primera vez que veía a Sesshomaru en muchos días. Era por eso, que su temor era mayor, temía que fuese el momento definitivo de separarse de sus hijos.

—Ella…

Sesshomaru inició la frase, pero no la terminó. Aquello hizo que la preocupación de Rin aumentará.

—¿Qué ocurre con Kagura?

—Kagura no está bien.

Rin tragó saliva, ya lo suponía.

—¿En qué sentido? ¿Dime dónde está? Quiero verla—solicitó con vehemencia.

—No es una buena idea. Ella cree que realmente dio a luz a estos niños—los señaló—. No ha parado de gritar en semanas, incluso tuve que tomar medidas más drásticas.

—¿Qué tipo de medidas?—se alarmó la joven.

—Ella está internada en este momento.

Aquella información ocasionó que los ojos de Rin se humedecieran de inmediato.

—No puede ser—murmuró con la garganta obstruida, ya podía sentir como el llanto se avecinaba.

—Lo siento, Rin—fue lo único que pudo decir Sesshomaru.

Él no podía hacer nada más por Kagura, su esposa simplemente había perdido la cordura.

Nuevamente, Rin se sintió la peor persona en el planeta. Su hermana estaba internada en una clínica psiquiátrica, mientras ella estaba aquí, con los hijos del hombre que era su esposo.

Sesshomaru al ver su estado se acercó para consolarla y la abrazo. Rin se dejó abrazar y luego murmuró:

—Soy una persona terrible.

Ella no podía perdonarse que disfrutará de las caricias de este hombre, que incluso en este momento, se sintiera enteramente cómoda entre sus brazos. Sesshomaru no era un hombre cualquiera, era el esposo de su hermana.

—Por favor váyase—trato de apartarse, debía ponerle un fin a este sentimiento. Un sentimiento que buscaba hacerse más fuerte con el pasar del tiempo, pero que ella no podía darle cabida en su corazón, no había manera de que ellos estuviesen juntos.

—Rin…

Sesshomaru murmuró su nombre con dulzura y negó, renuente, ante la idea de apartarse.

—No me pidas que me aparte, no quiero hacerlo—le contestó.

La joven ya había empezado a llorar, porque toda esta situación estaba terriblemente mal. Estaba mal que sintiera un cosquilleo en todo el cuerpo al escuchar esas palabras, estaba mal que deseara que esta fuese una situación normal, una situación dónde la traición no empañara su relación y mucho menos su hermana tuviese que sufrir las consecuencias de su deslealtad. Kagura no se merecía ese sufrimiento.

—Quiero verla—volvió a suplicar.

—No creo que sea un buen momento.

—Por favor…

Obsesión - SesshrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora