Sol respiró hondo y miró a Franco, intentando mantener la calma mientras procesaba la pregunta. El peso de aquel recuerdo la llenó de nostalgia, y sus ojos reflejaron la mezcla de dolor y resiliencia que llevaba consigo desde aquel día.
— Fue… difícil, Fach. Muy difícil — confesó Sol con una voz suave, cargada de emoción. — Mamá siempre fue nuestra guía, el pilar de esta familia. Cuando el portal se la llevó, sentí que el mundo se rompía en pedazos. Pero, en algún momento, entendí que su legado no se había ido, que seguía con nosotros a través de sus enseñanzas y el amor que nos dio.
Franco asintió, comprendiendo la profundidad de las palabras de Sol. Sabía que su hermana había tenido que crecer rápido, asumir responsabilidades y ser la figura que los demás necesitaban. Sin embargo, también podía ver el cansancio en sus ojos, el peso de todos los años en los que, aunque aparentara fortaleza, había sufrido en silencio.
— Siempre pensé que mamá Belén volvería… — continuó Sol, con una sonrisa melancólica. — Pero cuando Aliados empezó, supe que la abuela había encontrado una manera de seguir conectada a través de su arte. Fue como si cada letra de las canciones y cada escena de la serie nos diera fuerzas para seguir adelante.
Mili, que estaba escuchando atentamente, le tomó la mano con cariño, dándole el apoyo silencioso que sabía que Sol necesitaba. Abril y Franco se acercaron un poco más, creando un círculo de comprensión y amor en torno a ella.
— Ella siempre quiso que lucháramos por nuestros sueños y ayudáramos a los demás, y fue por eso que el Rincón de Luz se volvió mi vida — continuó Sol, mirando a sus amigos y a Franco, con un brillo decidido en los ojos. — Ayudar a los chicos a sanar, a encontrar su lugar en el mundo, es mi manera de mantener viva su memoria.
Franco le devolvió una mirada cargada de respeto y admiración. Aunque había perdido la guía de su madre, Sol había sabido encontrar su propio camino y darle sentido a su dolor. Él sentía que también tenía esa misión, esa necesidad de proteger y apoyar a quienes amaba, y saber que su hermana mayor había encontrado fuerza en el amor y el legado de su madre le dio esperanza.
— Lo entiendo, Sol. Es como si todo lo que vivimos estuviera destinado a llevarnos hasta aquí, hasta este momento, juntos — dijo Franco, con una sonrisa de reconocimiento.
Sol le sonrió de vuelta y asintió, comprendiendo que Franco también tenía sus propias batallas y su propio camino que recorrer. Entonces, ella tomó una profunda inspiración y, con la calidez que siempre caracterizaba sus palabras, ella tomó la mano de su hermano.
— Así es enano, acá y en tu mundo, eso es algo que no cambió. El amor que recibimos de mamá Belén nos trajo hasta acá y hoy estamos sacando el hogar adelante por ella. Por todo lo que compartimos, incluso, acá en el día de los cumples de mamá y de la tía Abril, Azul y los enanos hicieron el pacto de ser felices sin traicionar sus sueños,
— ¡Es esto! — Franco sonrió. — Ser feliz sin traicionar mis sueños. Tengo que hablar con el Franco enano del 2010 de mi universo y hacer que le llegue el mensaje, así las cosas pueden cambiar allá
— No es tan fácil, cariño. — comentó Sol. — Allá la abuela no tiene un puerto seguro, acá por lo menos ella tuvo a Abril.
— Claro, ya sé como hacerlo. — Franco lanzó una sonrisa triunfante.
En eso Abril se alejó porque entraba un llamado de Marcos.
Mientras Abril se alejaba, Sol y Franco hablaban de su plan.
— ¿Y que tenés pensado, pendejo?
— Si logramos hacer que Abril exista en mi lado, Pero sin intervención mágica. Capaz eso traiga a mamá Belén de regreso en los dos universos.
