Aquella noche

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Aclaració: Es un capítulo muy fuerte, leanlo bajo su propia responsabilidad. 

Asia

Era viernes por la noche, habíamos quedado que iríamos a una fiesta de un compañero, el mismo que siempre organizaba. Como mi madre ya había conocido a la mamá del chico, acepto a que asistiera.

Yo había dudado mucho en ir porque ya habíamos ido el finde pasado, no me gusta salir tan seguido. Estábamos en mi casa junto a Mariana decidiendo qué ropa usaríamos, ella había caído con su ropa. Por mi parte, tenía la puerta del clóset abierta para entrar y revisar todo lo que quisiéramos.

—¡Llegué! —dijo Pato golpeando la puerta.

Le abrí para que pudiera pasar, se cago de risa al ver el cúmulo de ropa sobre mi cama, todo era de Mariana.

—Todo eso es de Mar —advierto riendo.

—Convencé a tu novia que se ponga el vestido negro corte blazer —suplicó Mariana.

Quería hace rato convencerme de usar un vestido que para mí gusto, mostraba mucho. Era similar a un saco sastrero, pero musculosa, con botones en dorado; me llegaba hasta casi las rodillas. La cuestión es que era bastante abierto en la zona del busto.

—Yo no le voy a convencer de nada. Asia tiene que usar lo que quiera, total todo le queda hermoso —menciona Pato dulce.

—¿Ves?, yo te dije que Pato no iba convencerme de nada —hago una pausa—. No quiero mostrar mucho, como que no da.

—Pero eso no tiene que ser el problema bombón, el tema es que te sientas cómoda —expresa Pato dulce—. Yo no voy a permitir que nadie te haga ningún comentario desubicado.

Así fue como me convencí de usar ese vestido. Mariana terminó eligiendo un vestido corto rojo con cuello alto, sin espalda. Ambas optamos por botas cortas de charol, del color de nuestros vestidos. En cuanto a maquillaje, ella usó un labial rosado y delineado gato en negro, yo máscara de pestaña con un gloss rojo. Esa tarde nos habíamos pintado las uñas  cortas de color crema, algo muy sutil. También habíamos arreglado nuestro pelo con tratamiento, ambas lo recogimos en un rodete con un paliacate rojo.

Pato siempre vestía igual: jeans oscuro, borcegos negros y remera con algún logo de una banda de rock.

Cuando terminamos de alistarnos, cenamos unas empanadas que mandó hacer mi madre, y luego mi padre nos llevo a la fiesta. Como ellos tenían una fiesta también, nos iría a buscar la mamá de Pato.

Esa noche Sofía, la hermana de Mariana, iría directo a la fiesta y no con nosotros, ya que una amiga suya estaba invitada e irían juntas.

—¿Tomamos vodka? —preguntó Mariana ni bien llegamos.

Miro hacía Pato que estaba saludando a sus amigos de siempre. Esa vez le tocaba a él tomar, yo tenía que estar sobria para cuidarlo.

—No Mar, es que hoy le toca a Pato —dije y hice una mueca.

—Ay Asia, no seas amargada. No podes dejarme tomando sola —insistió frustrada.

—No puedo, es nuestro acuerdo con Pato —explique.

Ella me miró enojada diciendo: "Ya está, tendré que tomar sola", pronunció eso con mucha bronca en su tono de voz, y se retiro enojada en busca de su bebida.

Me acerqué a Pato con mi mirada enojada. Odiaba la actitud de Mariana, como si el mundo se fuera acabar porque no tome.

—Hola chicos —saludé general a todos los amigos de Pato, con un tono algo amargado.

Todo lo que fue ➞ Patricio Sardelli - AirbagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora