-Enid. - Dijo más fuerte que antes, pinchando con el pie la pierna de la chica. La cabeza de Enid se levantó bruscamente y la expresión de terror apareció en su rostro, pero fue rápidamente reemplazada por una expresión de alivio cuando vio a Wednesday frente a ella.
Wednesday casi retrocede cuando Enid se levantó y le rodeó el cuello con los brazos. ¿Enid Sinclair la estaba abrazando? Esto era nuevo. - Wan... - Tarareó la más pequeña
- Ese no es mi nombre. - Dijo Enid con firmeza, apartando a la chica empapada de encima. - ¿Qué haces aquí?
Enid inclinó la cabeza hacia un lado mientras pensaba. Unos momentos más tarde, se agachó y recogió un puñado de margaritas que había recogido. Las flores estaban empapadas y Enid se las apretaba. - Yo los maté. - Murmuró, sacudiendo la cabeza.
La más pequeña se agachó, tratando de colocar las flores en el suelo de la misma manera que estaban antes de ser arrancadas. Ella cayó a un lado y resopló. - Estupido estupido estupido. Murmuró suavemente, tocándose un lado de la cabeza con los dedos.
- No hay nada que puedas hacer al respecto. - Wednesday levantó una ceja, luego de observar el accionar de la chica. La lluvia arreció aún más, pero a Enid no pareció importarle. Siguió intentando arreglar las flores y se frustró aún más cuando no obtuvo el resultado que quería.
-Enid. - resopló Wednesday, agarrando el brazo de la niña menor y poniéndola de pie. Enid retrocedió tambaleándose al instante, frotándose el brazo de arriba a abajo.
- Comer.
- Estás bien. - Merlina negó con la cabeza y comenzó a caminar en la dirección por la que venía. - Nos volvemos a casa, vamos.
- ¿Hogar? - Enid se animó al escuchar las palabras de la chica más alta y Rápidamente recogió las flores y las abrazó contra su pecho. Wednesday hizo una mueca al ver que la camiseta que llevaba Enid estaba completamente cubierta de barro. Ella simplemente siguió caminando.
- ¿Casa con mis amigos? - Enid intentó caminar junto a Wednesday, respirando con dificultad mientras intentaba alcanzarla.
- Yo no soy tu amigo. - murmuró merlina acelerando el paso. Estaba ansiosa por llegar a casa, quitarse la ropa mojada y el barro y darse una ducha.
- Pero teníamos química juntos, así que somos a-
- ¡No somos amigos! - espetó merlina, dándose la vuelta. - ¡No soy tu amigo y no deberías esperar que lo sea después de toda la mierda que me hiciste pasar! Así que... deja de hablar.
- Oh.- dijo Enid con calma, bajando la cabeza y caminando detrás de Wednesday. El resto de la caminata transcurrió sin incidentes, excepto que Enid murmuraba "estúpida" para sí misma cada pocos minutos. Wednesday se obligó a ignorarla.
Finalmente emergieron del bosque y Enid se detuvo y miró lentamente a su alrededor. Encontró el lugar donde estaban las margaritas y se arrodilló. - Lo siento, flores. - Dijo suavemente, colocando cada una de las margaritas con cuidado. - Buenas noches.
Wednesday estaba a unos pasos de distancia con los brazos cruzados, observando las acciones de Enid. La niña se obligó a ignorar la culpa que la invadía actualmente. Enid se levantó lentamente y caminó de regreso a Merlina, guardando silencio como Merlina había dicho antes.
Wednesday solo suspiró y continuó caminando, suspirando aliviado cuando su auto apareció a la vista. Enid corrió tras ella sin saber adónde iban.
- Entre. - merlina señaló el asiento trasero del auto. Enid asintió y siguió sus instrucciones. Wednesday se quejó cuando se dio cuenta de lo sucio que se estaba poniendo su auto. Cerró la puerta trasera de Enid y caminó hacia el lado del conductor.
- ¿Donde estaba ella? - preguntó Yoko apenas merlina se sentó. La chica de los ojos negros se vio por el espejo retrovisor e hizo una mueca.
- En medio del bosque, como un idiota. - merlina resopló, sin molestarse en mirar a la chica del asiento trasero.
- Estúpido. - murmuró Enid, reafirmando lo que había dicho merlina. Yoko le lanzó una mirada antes de volverse hacia Enid.
- ¿Estás bien? ¿Estás herida? - preguntó Yoko preocupada. Enid inclinó la cabeza hacia un lado y levantó las manos delante de la cara.
- Está frío. - Eso fue todo lo que dijo la mujer menor, abrazando su propio cuerpo. Miró su regazo y sacudió la cabeza, merlina mirándola disimuladamente por la ventana del retrovisor
Ella estaba loca. Estaba enojada con Enid por haberla lastimado. Estaba enojada con Enid por haber regresado. Wednesday estaba enojada por el cambio de Enid, como si ni siquiera recordara lo que había hecho para lastimarla.
Pero lo más importante es que se enojó cada vez más consigo misma por no odiar a la chica en el asiento trasero del auto. Porque esta Enid no se parecía en nada a la que había conocido en la escuela,
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wenclair - Yellow
RandomWednesday Addams odiaba a Enid Sinclair, pura y simplemente. Por supuesto, ¿quién podría culparla? Enid había sido quien leyó los mensajes privados del miércoles frente a toda la cafetería, empujándola a salir del armario. Wednesday se había ido a N...