el amanecer

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Wednesday no pudo evitar sentirse aliviado al descubrir que no tenía clase cuando se despertó. Todos los demás compañeros de cuarto, sin embargo, tenían uno, por lo que solo estarían ella y Enid en el apartamento. Se dio cuenta de que a la niña le encantaban los amaneceres cuando una voz suave la despertó.

- Merlina.- susurró Enid, tocando suavemente el brazo de Wednesday. - merlina, mira.

Merlina gruñó, frotándose los ojos y mirando la hora. Antes de lo que estaba acostumbrada. Bostezó, se sentó y miró a Enid. La niña más joven estaba sentada en el borde de la cama de Wednesday mirando por la ventana que estaba a sólo unos centímetros de distancia. Se dio la vuelta con una gran sonrisa en su rostro cuando escuchó a Wednesday sentarse.

- Mira, . Merlina, mira al cielo. - Merlina no pudo contener su sonrisa debido a la excitación de Enid a esta hora de la mañana. Se arrastró hasta el lado de Enid y abrió mucho los ojos cuando vio lo que Enid estaba admirando.

- Es bonito. - susurró el merlina. El amanecer fue hermoso esa mañana. Era de un color naranja brillante, iluminando el cielo y dejando pequeños rayos de luz naranja en el suelo de la habitación de Wednesday. También había partes rosas. Si el cielo estuvo así de hermoso toda la mañana, a merlina no le importaría levantarse tan temprano.

Enid asintió suavemente. - Colorido. - añadió, volviéndose hacia merlina con una sonrisa genuina. Wednesday se rió en silencio, pasándose una mano por su cabello desordenado como si acabara de despertar. El comentario de Enid le dio una idea y se puso de pie.

- Voy a buscar algo, ¿vale? Volveré pronto.

Enid se volvió para mirarla, preocupada. Levantó su dedo meñique y se mordió el labio. - ¿Promesa? - preguntó, inclinando la cabeza hacia un lado.

- claro. - Merlina sonrió y entrelazó sus dedos. Señaló la ventana. - ¿Ves ese auto negro, ahí mismo? - Ella preguntó. Enid asintió. Tengo que sacar algo del interior. Pero luego volveré aquí.

- Bueno. - Enid sonrió suavemente. Se levantó y presionó las manos contra el cristal. - Te saludaré.

Sonriendo, Wednesday asintió. - Le devolveré el saludo. - Ella rió. Enid vio a Wednesday salir de la habitación y la niña mayor pronto estuvo en las escaleras de su apartamento.

Normalmente no saldría del apartamento en pijama. Pero Enid la obligaba a hacer locuras y, por alguna razón, no le importaba. Una vez que estuvo en el estacionamiento, miró hacia arriba, buscando la ventana de su apartamento. Notó una mancha blanca y se rió, devolviendo el saludo a Enid desde el suelo.

Probablemente parecía una idiota en ese momento, pero a Wednesday no le importa. Finalmente llegó a su auto y abrió el maletero, sacando el caballete y las pinturas que le había prestado su maestra. Cerrando su auto, regresó al edificio.

Antes de que Wednesday pudiera poner las llaves en la puerta, ésta se abrió rápidamente. Wednesday se rió cuando vio a Enid sonriendo al otro lado de ella.

- ¡Yo te vi! ¡Saludaste! - Enid se rió. Wednesday asintió y entró al apartamento. Caminó hacia la pared de ventanas al fondo de la habitación y comenzó a preparar sus cosas. Enid observó todo de cerca.

- ¿Que es eso? Preguntó Enid, cogiendo un cepillo y agitándolo delante de la cara de Wednesday. La niña mayor lo tomó rápidamente y se rió.

Mi pincel. - Colocó el pincel sobre el caballete. Comenzó a abrir los tubos de pintura y a mezclar pequeñas gotas para crear los colores que necesitaba. Merlina miró con asombro.

- ¿Vas a pintar? - preguntó, inclinando la cabeza hacia un lado. Merlina asintió.

- Voy a pintar el cielo. - Señaló la ventana y luego los colores de su paleta. - Así no lo olvidaré.

 wenclair - YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora