¿mala?

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- Joder, Wandinha, te eligió a ti antes que a la pizza. - Bianca sonrió desde el otro lado de la mesa. Wednesday se mordió el interior de la mejilla para ocultar su sonrisa. Enid volvió a centrar su atención en la pizza, la mordió una vez más y le dio a Bianca un "ok" con el pulgar.

Poco más de una hora después, llegaron todos al apartamento. Enid se quedó vacilante en el pasillo, mordiéndose el labio cuando entraron las tres chicas. Al darse cuenta de esto, Wednesday se giró y se paró en la puerta.

- ¿Tu vienes? - Preguntó en voz baja, inclinando la cabeza hacia un lado y agachandose un poco. Enid dio un paso adelante, pero permaneció en silencio. Wednesday tomó la mano de la niña menor. - ¿ que está mal?

Enid tomó la mano con fuerza, mirando el apartamento y luego a sus pies. - El asustador. - Sacudió la cabeza hacia la puerta.

- ¿Aterrador? - Wednesday giró para mirar dentro del lugar, tratando de descubrir qué pudo haberla asustado. - ¿Qué da miedo?

- No quiero volver a irme. - Enid juntó las manos a la espalda y miró a la mujer mayor suplicante. El corazón de Wednesday dio un vuelco cuando se dio cuenta de que la más pequeña se refería a las esposas que le colocaron en las muñecas cuando la sacaron del apartamento.

- Oye, no volverá a suceder. - Wednesday negó con la cabeza, enfatizando sus palabras para asegurarse de que Enid las creyera. Dio un paso adelante, acercando sus manos a las de la menor y mirándola a los ojos.

- Ya no hay malos -, dijo, metiendo un mechón de pelo suelto detrás de la oreja de Enid. - Me aseguraré de eso.

La menor abrió la boca para hablar, pero Wednesday ya sabía lo que iba a decir. Ella la superó, levantando su dedo meñique, - Lo prometo, Nid. - Ella rió. Enid arrugó la nariz cuando Wednesday sacó las palabras de su boca, pero juntó los deditos.

- ¿Puedo preguntarte algo? - cuestionó Merlina al darse cuenta de que ese era el momento adecuado. Enid asintió suavemente, dándole permiso para continuar.

- ¿Cómo acabaste viniendo a Nueva York? ¿Cómo te enteraste de nosotras? - Preguntó pasándose una mano por su cabello nerviosamente, viendo como fruncía el ceño, mordiéndose el labio en concentración y mirando al suelo.

- Yo... - Enid la miró nerviosa. - Me acordé de ti.

Wednesday se llevó la mano al labio inferior, jugando con el nerviosismo. - ¿Tu que?

- Me acordé de ti - dijo Enid con más confianza, cubriendo la mejilla de la menor con su mano. - wed estaba en Nueva York. Necesitaba un amigo.

Mordiéndose el labio, Wednesday asintió y miró hacia abajo. - ¿Estás feliz aquí, Enid? - Preguntó, preguntándose si tal vez ella no era suficiente para la niña.

- ¡Sí! - Enid sonrió ampliamente, tomando la mano de la mujer mayor y estrechándolas suavemente. - Te tengo. Estoy feliz. - Pensó por un momento antes de encontrarse con la mirada de Wednesday. - ¿Tu estas?

Wednesday se rió, sintiéndose aliviado por la respuesta de Enid. - Por supuesto que sí - arrugó la nariz en broma. - Te tengo a ti, estoy feliz. - Repitió lo que acababa de decir la otra chica. El más joven se dio cuenta y se rió.

- Gracias por ser mi amiga, merlina. - Enid abrazó a Wednesday con fuerza, lo que la dejó sorprendida. La chica más alta sintió que su corazón se derretía en ese mismo momento y rodeó a la más baja con sus brazos.

- Gracias por ser mi amiga, Nid. - Merlina sonrió apenas se alejaron. - ¿Vas a entrar ahora?

Ella asintió suavemente. - Veamos Friens. - Dijo arrastrando a la chica mayor por el apartamento. Entre risas, Wednesday la siguió hasta el salón, donde Enid ya estaba eligiendo un episodio.

 wenclair - YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora