me siento protegida a tu lado

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- Tengo algunos... deberes que necesito terminar. - Dijo Wednesday, tratando de que Enid no supiera que ella había sido la causa de que su lección se arruinara cuando arruinó su cuaderno de bocetos. Divina le dirigió una mirada inquisitiva, pero no dijo nada, permitiéndole desaparecer escaleras arriba, dejando a Enid bajo la atenta mirada de Divina.

Wednesday pasó el resto de la noche tirada en el suelo de su habitación, intentando recrear los dibujos que tenía previsto presentar. Después de muchas horas de quejas frustradas y trozos de papel amenazadores, Wednesday finalmente completó cinco bocetos que consideraba mediocres, pero estaba demasiado cansada para intentarlo de nuevo. Convenciéndose de que eran lo suficientemente buenos, se duchó, se cambió y se puso una camiseta vieja para ir a dormir.

Justo cuando estaba a punto de apagar las luces, un ruido en el pasillo llamó su atención.

- No. - resonó la voz de Enid. Wednesday escuchó pasos y luego vio que el pestillo se movía ligeramente, pero se detuvo momentos después

- Enid, mi habitación no está en esa dirección. - Resopló Divina, intentando tirar de la otra chica hacia otra puerta.

Nooooo. - refunfuñó Enid, sacudiendo la cabeza y tratando de alcanzar una vez más el pomo de la puerta de Wednesday. - wedd.

- Ella no te quiere en la habitación, Enid. - Divina suspiró, frustrada.

Incapaz de seguir escuchando la lucha por el poder, Wednesday se levantó de la cama y abrió un poco la puerta.

- ¡Wed! - Enid abrió una sonrisa gigante, saliendo de las manos de Divina y caminando hacia la puerta de Wednesday. - TOC Toc.

Merlina levantó una ceja. - ¿Quien es?

Enid la miró fijamente sin comprender. Wednesday y Divina intercambiaron miradas, y Divina agarró a Enid por la cintura, tratando de alejarla de la puerta de Wednesday.

- Nooo. - refunfuñó Enid de nuevo. Sacudió la cabeza y trató de alejarse de Divina.

- Enid, te lo juro - comenzó Divina.

- Todo bien. - suspiró Wednesday, abriendo más la puerta y haciéndole un gesto a Enid para que entrara. Divina la miró sorprendida y Wednesday simplemente se encogió de hombros. - Si quieres quedarte dormida, esta es la única manera de hacerlo.

Obviamente sin creer su excusa, Divina le dedicó a merlina una pequeña sonrisa y un guiño. Aplaudiendo con entusiasmo, Enid corrió a la habitación de Wednesday y se sumergió en la cama de Wednesday. Merlina recogió rápidamente su equipo de arte del suelo y lo colocó en el estante superior de su armario, donde Enid no lo encontraría. Cuando se dio la vuelta, Enid estaba rebuscando en los cajones de su cómoda.

La chica más baja levantó una camiseta amarilla que a merlina le había regalado uno de los fundadores de su escuela. Ella inclinó la cabeza hacia un lado. - ¿Amarillo?

- Sí, puedes usarlo. - Suspiró Wednesday, caminando hacia la cama y sentándose. Enid asintió, se quitó la camisa y dejó al descubierto los mismos moretones que merlina había visto la noche anterior. La idea de que alguien le hiciera esto hizo que Wednesday se sintiera disgustado, por lo que solo trató de convencerse de que probablemente se debía a que se había caído durante la práctica de porristas.

- ¿Duelen? - preguntó Wednesday antes de lograr controlarlo. Enid la miró, inclinando la cabeza hacia un lado. La más alta se levantó y pasó los dedos por uno de los moretones en el hombro de Enid. - ¿A ellos, las heridas, te duelen?

Enid miró su brazo y se mordió el labio. Parpadeó un par de veces, tratando de recordar si le dolían o no. - Hace un tiempo, sí. - Volvió a mirar a Wednesday, intentando explicar lo mejor que podía.

 wenclair - YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora