siempre vuelvo

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- ¿Qué hay ahí fuera? - susurró Enid, girándose levemente para mirar a Wednesday. Habían pasado el día juntas y ahora estaban tumbados mirando al cielo. Wednesday había colocado una manta en un rincón del parque para que pudieran ver el amanecer. Lo que eventualmente se convirtió en ver aparecer las estrellas en el cielo.

- ¿Allá afuera? - preguntó merlina, mirando al cielo. Enid señaló hacia arriba.

- En el cielo. Tiene que haber más, ¿no? - La menor estudió una vez más el rostro de Wednesday. Encontró a la niña mayor mucho más interesante que las estrellas.

- Nadie lo sabe - Merlina finalmente se giró para mirar a Enid, recibiendo una suave sonrisa por parte de la chica. - Creo que eso es lo que hace que mirar las estrellas sea tan mágico. Hay tantos por ahí que aún no conocemos.

- El asustador. - Enid se acercó a Wednesday y apoyó la cabeza en su hombro.

- No, - merlina negó con la cabeza. - Estamos a salvo aquí abajo, Nid. - Pasó un brazo por la cintura de Enid y volvió a mirar al cielo. - Las estrellas simplemente nos recuerdan que no estamos solas.

- No estoy sola - asintió Enid una vez más. - Yo te tengo.. Y tú me tienes a mí. - Enid abrió una gran sonrisa y se giró hacia un lado, apoyándose en el codo para estudiar el rostro de Wednesday. - Tú y yo, ¿verdad?

- Tú y yo. - Wednesday asintió una vez y le guiñó un ojo a Enid. La menor se rió y se dejó caer el pelo sobre la cara.

- Oye, no hagas eso -, Wednesday se rió suavemente y se acercó para colocar un mechón de cabello de Enid detrás de su oreja. - No escondas tu cara bonita.

- ¿Soy bonita? - Enid inclinó la cabeza hacia un lado, como si la belleza fuera un concepto desconocido para ella. Wednesday levantó una ceja y se giró para que ella también se volviera de lado.

- Creo que todas las personas son hermosas - , comenzó, tomando un mechón de cabello de Enid y girándolo alrededor de su dedo. - Pero hay algo en ti que te hace especial, Wednesday sonrió suavemente. - Especial para mi.

- Soy feliz aquí - suspiró Enid suavemente, recostándose de espaldas y mirando al cielo. - Es un sentimiento nuevo, pero me gusta.

- ¿Es un sentimiento nuevo? - Wednesday se mordió el labio, pensando en el viejo diario de Enid. La niña había buscado constantemente la felicidad, esperando que algún día la encontraría.

- Sí - asintió Enid, sin dejar de mirar las estrellas. - Antes... había cosas malas. Y mala gente. Era difícil ser feliz - se volvió hacia merlina y frunció los labios. - Pero aquí hay felicidad, la encontré.

El aliento de Wednesday quedó atrapado en su garganta cuando Enid extendió la mano y colocó su mano sobre el corazón de Wednesday. - Aquí hay felicidad. Contigo - Enid sonrió, complacida. - Encontré mi hogar

- ¿Hogar? Preguntó merlina, encontrando difícil formar una oración coherente. Agradeció que estuviera oscuro, porque así la menor no podía ver lo rojas que estaban sus mejillas.

- Sí, a casa - asintió Enid. - Busqué un hogar antes que tú -, se sentó y se volvió hacia merlina. - Pero no lo encontré. Porque hasta en las casas felices hay gente triste, ¿lo sabías?

Wednesday asintió suavemente y empezó a comprender a qué se refería Enid.

- No entendía cómo las casas felices podían tener gente triste. - continuó Enid. Merlina tomó la mano de la más joven.

- Pensé que las casas felices podrían ser un hogar. Pero si había gente triste, no encontraba un hogar, - pensó Enid por un momento y miró su mano entrelazada con la de Wednesday. - Pero te encontré. - Llevó sus ojos al rostro de Wednesday.

 wenclair - YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora