wenclair - Yellow

independiente

Seguiré con la historia 😻

- Pequeño resumen -

Wednesday se desespera al darse cuenta de que Enid ha desaparecido durante una tormenta y sale a buscarla en el bosque. Su padre la obliga a regresar a casa por seguridad. Después de un tiempo angustioso, Enid regresa cojeando con Maggie, quien se había desmayado. Wednesday cuida de Enid y la lleva a su habitación para calmarla y abrigarla. Finalmente, Wednesday le muestra un tatuaje de margaritas en su hombro como símbolo de su amor y compromiso eterno, prometiéndole estar siempre a su lado.

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Enid escapó afuera, sintiendo el calor del sol de verano golpear su piel. Vio un atisbo de cabello rubio y corrió alegremente hacia la mujer en el jardín, dejando que su vestido volara libremente.

- ¡Boo!

La mujer saltó, haciendo reír a Enid y caer al suelo junto a ella.

- Oye, tonta, me asustaste. - Se rió su tía, alborotando el cabello de la niña. - ¿Y ahí?

- El tío Tommy me dijo que me perdiera, así que salí -, Enid se encogió de hombros y se inclinó para ver qué estaba haciendo su tía. - ¿Esas son rosas?

- Tulipanes - la corrigió su tía, sin dejar de cavar hoyos en el jardín con una pequeña pala. - No le hagas caso. Simplemente está de mal humor. - Añadió dándole a Enid una suave sonrisa.

- Lo sé - Enid sonrió ampliamente. - Intento ser amable con él, porque si eres amable con la gente, no tienen nada que reprocharte. ¿Bien?

- Bien. - La mujer rubia asintió, arrugando la nariz. - ¿Cómo te volviste tan inteligente, niña?

Tú", se rió Enid, arrastrándose hacia adelante y limpiando el desorden alrededor de los tulipanes una vez que estuvieron plantados. - Y mis padres, al menos cuando estaban vivos.

- Hablas mucho de ellos, ¿no? - Tía Susie detuvo sus movimientos y miró a Enid. Confundida, la niña más pequeña solo asintió.

- ¿Es eso algo malo? Preguntó Enid, inclinando la cabeza hacia un lado. Le gustaba hablar de sus padres. Cuanto más hablaba, más fácil le resultaba recordarlos. Lo último que quería era olvidarme de ellos.

- Por supuesto que no - se rió suavemente su tía. - Estoy sorprendida.

- Me gusta hablar de ellas - Enid se encogió de hombros y estudió las flores con atención. - Eran buenas personas y merecen que se hable de ellos. No creo que les guste que los olviden, ¿verdad?

- Esperas demasiado por tu propio bien, niña. - La mujer rubia sonrió y apretó el hombro de Enid. - Estoy muy orgulloso de la persona en la que te estás convirtiendo, ¿lo sabías?

Enid se rió tímidamente y miró hacia abajo, sacudiendo la cabeza. - ¿Es? - Preguntó, levantando la vista una vez más.

Por supuesto que sí -, se rió la mujer, desviando su atención del jardín. - No eres el tipo de chica que se sienta y acepta ciegamente lo que la gente le dice. Cuestionas las cosas. Ves las cosas y las interpretas. Eres extraordinaria, Enid.

La niña más pequeña sonrió tímidamente y juntó las manos. - Estoy feliz de quedarme aquí contigo. - Dijo suavemente.

- No te quedarás con nosotros, Enid. Sólo estás con vosotros. Esto no es algo temporal. Ahora somos una familia, ¿vale?

- Está bien -, asintió Enid y abrazó a su tía. - Gracias.

- No es necesario que me lo agradezcas, - La mujer mayor se rió suavemente y alborotó el cabello de la niña. - Ahora entra y coge tu guión, ¿vale? Vamos a practicar una vez más para el juego antes de que la cena esté lista. ¡Espero que seas el mejor árbol que tu escuela haya visto jamás!