Capítulo XVII

789 108 439
                                    

   Había pensado en la propuesta de John durante un par de días. Y aunque mis sentimientos dijeron 'sí', una parte de mí sentía miedo.

   Sabía que el cariño de Stephen hacia mí era inexistentes, pero sabía también que era un hombre poderoso que podía hacer lo que se le antojara al enterarse de mis planes.

   Temía por John. No quería que él le hiciera daño.

   —¡Estoy hablándote, carajo! ¿¡Estás sordo o qué mierda!?

   Di un brinco. Stephen había salido del baño, envuelto en su albornoz, y estaba mirándome con molestia mientras que yo, sumergido en mis pensamiento, estaba pensando en la propuesta de John.

   —¿Ah? ¿Qué estabas diciéndome?

   —Se acerca navidad y cómo no quiero que ni tus padres ni tu hermano vengan acá porque van a comenzar a preguntar sobre Stuart, les pagué una semana en un hotel en Edimburgo.

   —¿¡Qué hiciste qué!? ¡Pero ni siquiera lo consultaste conmigo!

   —¡No necesito consultar nada contigo! Lo decidí yo y punto.

   Aparté las sábanas de mi cuerpo y me levanté inmediatamente para posicionarme frente suyo.

   —¡Quiero divorciarme!

   Stephen levantó su mano y plasmó la palma en mi mejilla para darme una bofetada. Y luego, como si el dolor no fuera suficiente, me tomó fuertemente por la mejilla y me recostó contra la pared.

   —Escucha una cosa. —Apretó aún más mi mejilla, causándome dolor intenso—. Tú no vas a divorciarte de mí, ¿entendiste? No voy aceptar que lo hagas. Y aún si lo hicieras no voy a darte el divorcio. Así que mejor deja de pensar en tonterías como esas y ponte a ser útil, maldito inservible.

   Me soltó con tanta brusquedad que casi terminé en el suelo. Mi mejilla dolía y ardía, y la impotencia estaba consumiéndome.

   Luego de hacer aquello simplemente se fue al armario a vestirse, como si no hubiera hecho nada. Pero yo no podía quedarme así. Quería divorciarme y estaba dispuesto a lo que fuera.

   —Seamos honestos, Stephen, ni tú me amas ni yo te amo. ¿Qué sentido tiene estar juntos?

   —¿No amas? ¿Después de todo lo que hago por ti así me tratas?

   Iba a comenzar a manipularme, pero esta vez no iba a caer.

   —No. Es tu deber. Después de todo tú insististe en que me casara contigo y prometiste darme todo.

   —Cuando tus padres se enteren de lo que acabas de decirme, van a odiarte.

   —Adelante. Diles. Y aprovecha y diles que también nos vamos a divorciar.

   —¡Tú y yo no nos vamos a divorciar!

   —¡Hagámoslo! ¡Y así quedas libre para poder casarte con Stuart o con quién tú quieras! ¡Tal vez puedas buscar a alguien que tenga estudios académicos, que sea de una familia rica o con algún extranjero que valga la pena! ¡No paras de decirme que estás conmigo por lástima, que soy el ser más ignorante del planeta y que hay muchas personas mejores que yo en todos los ámbitos! ¿¡Entonces por qué no acabamos con esta tortura de una vez por todas y nos hacemos el favor de no volvernos a ver más nunca en nuestras vidas!?

   Stephen volvió a darme una bofetada. Luego otra y otra. Mis mejillas ardían y mi cabeza comenzó a doler.

   —Cállate.

   —¡No quiero estar ni un segundo más contigo!

   Sujetó mi cabello con fuerza y me estampó contra la pared. Rompió poco más arriba de mi ceja y comencé a sangrar.

Stolen Kisses ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora