Capítulo XXXVI

466 75 439
                                    

Junio



Julio



Agosto



Septiembre



Octubre



Noviembre



Diciembre



Enero



Febrero



Marzo



Abril



Mayo

   ¿Por qué seguía esperándolo si sabía que ya no iba a volver?

   ¿Por qué si me dolía tanto mi corazón no decidía detenerse y acabar con aquel sufrimiento?

   Tal vez porque una parte de mí todavía lo esperaba.

   ¿Y entonces por qué no acaba yo mismo conmigo mismo?

   Le había prometido a él no volver a intentarlo, y a diferencia de John, yo sí cumplía mis promesas.

   Estaba demacrado, mi cabello había crecido durante un año y mi rostro reflejaba un alma en pena y un corazón roto. Sumergido en la depresión, buscando refugio ocasional en el alcohol y deseando siempre dormir y no despertar.

   La casa estaba vuelta un desastre. Y aunque nunca había reinado el aquel ambiente familiar y hogareño, ahora se encontraba hundida en el desorden.

   Me atormentaba la ausencia de John y los actos de Stephen que me hacían recordar una y otra vez. Quería escapar de ahí, sin embargo permanecía con la esperanza de que volviera.

   Si me iba, ¿dónde podía buscarme John si regresaba?

   Revisaba el teléfono una y otra vez, esperando un mensaje suyo. Rogando que pudiera volverme a escribir.

   No había cambiado de número, ni de casa. Si no me buscaba, era porque no quería.

   »Mañana voy a dejar mi renuncia. Ya mi informe está listo. Espero poder regresar más pronto de lo esperado. Buenas noches, descansa. Te amo como a nadie.

   Leía una y otra y otra vez el último mensaje. Y volvía a leer nuestras conversaciones un montón de veces más intentando buscar algo que me diera indicios de qué había pasado con él.

   No podía ir a buscarlo porque no tenía ni la más mínima idea de dónde estaba el Servicio Secreto. Me había dicho, además, que Stuart y los demás ya tenían asignadas misiones.

   Los trámites con Stephen ya habían terminado ya y él estaba en la cárcel, pagando una condena perpetua desde hacía casi un año. Mi pesadilla con él había terminado, pero me encontraba sumergido en otra.

   Me dejé caer en la cama, cansado de no hacer nada, y choqué con la mesita de noche haciéndola caer al suelo. Ambos cajones terminaron en suelo, con las cosas regadas por todos lados.

Stolen Kisses ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora