Capítulo XX

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   "Prometo dar lo mejor de mí para ti, si prometes ser el mayor y mejor riesgo de mi vida."

   "Podría arriesgarlo todo por ti."

   "... Tampoco me importa si voy a enamorarme de ti o si vas hacerme pasar un mal rato..."

   Intenté tragarme las lágrimas mientras yacía sumergido en la bañera.

   —Pues quién me hizo pasar un mal rato fuiste tú.

   "Aún si me hicieras pedazos, estoy seguro que elegiría estar contigo una y mil veces porque no hay mejor sensación en este mundo que la que tú me causas..."

   No tuve el valor para contener las lágrimas dentro de mis ojos cuando recordé aquellas palabras que, en ese entonces, me habían enganchado por completo porque las había percibido con sinceridad.

   Todavía recordaba el cosquilleo en el estómago.

   Y el beso.

   ¿En serio John había fingido todo eso? Me costaba aceptarlo, y aún así dolía.

   "Pero te prometo que cuando te dé mi corazón y te ame un diez, voy amarte para toda la vida. Es una promesa. Será para siempre. Y prometo, en serio, no volver a querer a nadie como te quiero a ti."

   Aunque sabía que nadie podía escucharme, me cubrí el rostro húmedo por el llanto y el agua y sollocé, tratando siempre de hacerlo en voz baja para no tener que torturarme escuchando mis propios lamentos mientras recordaba todos y cada uno de los 'te quiero' que me dijo.

   "Aún si medio mundo quisiera tenerme, yo siempre tendré ojos para ti."

   "No soy como Stephen. Soy diferente. Yo a ti sí te quiero de verdad."

   "¿Crees que miento si te digo que no he sentido por nadie lo que siento por ti?"

   —Mentiroso...

   "Permíteme mostrarte cómo es el amor verdadero. Quiero que conmigo te sientas amado de verdad."

   "Estoy enamorado de ti."

   "... Divórciate de él y cásate conmigo."

   Tenía mi rostro bañado en lágrimas gracias al antojo que tuvo mi cerebro de recordar todo lo que John me había dicho.

   Jugueteé con el brazalete que me había obsequiado. Lo había sumergido un par de veces en al tina para tratar de dañar cualquier artefacto con que pudiera espiarme.

   Quise destruirlo, pero aún sabiendo las intenciones con las que me lo había obsequiado, descubrí que no tenía suficiente valor para hacerlo.

   Escuché un toque en la puerta de la recámara.

   —¿Paul?

   El corazón se me aceleró violentamente cuando escuché la voz de John.

   Luego de un instante, escuché la puerta abrirse.

   —¿Hola?

   Se adentró a la habitación, y antes que yo pudiera salir de la bañera para cerrar la puerta del baño, nos vimos.

   Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí, por un momento, que mi corazón iba a detenerse. La respiración se cortó y sentí mis piernas temblar.

   —Hola...

   Caminó hacia el baño.

   —Me quedé esperándote en el gimnasio...

   Ni siquiera sabía que contestarle. Era como si quisiera decirle un montón de cosas, pero no hallaba las palabras correctas que pudieran expresar lo que realmente sentía.

Stolen Kisses ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora