Capítulo 16: Una simple historia.

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Izuku titubeó sin apartar los ojos de la mano extendida. Pequeñas cicatrices pálidas decoraban la palma cuyo tamaño podría cubrir la totalidad de su rostro. All for one esperaba una respuesta en silencio, paciente y con aquella sutil sonrisa que irradiaba seguridad. La mano de Akatani se posó sobre su hombro y tiró de él hacia atrás.

—¿Qué tipo de trato? —increpó sonando menos agresivo de lo que esperaba el peliverde—. No podemos aceptar acuerdos sin saber nada. Explícate.

El tono agresivo de Akatani no hizo más que ampliar la sonrisa de All for one.

—Solo pido una historia —dijo plácidamente—. Es aburrido transitar Erinjar con la compañía de estos chicos silenciosos. —Acarició el cerebro del nomu con la otra mano—. No hablan; no puedo mantener una conversación de interés con ellos.

«Bueno, yo llevo horas hablando con un gólem», pensó Izuku.

—Mientras hablamos, mis nomus buscarán a vuestra amiga. —La mano de All for one se acercó al peliverde, el menos reacio a aceptar el acuerdo—. Si no, podéis buscar por vuestros propios medios.

Y allí estaba el problema: Akatani e Izuku no poseían la capacidad de encontrar a Melissa, pues recorrer las cuevas a ciegas se asemejaba mucho a buscar una aguja en un pajar. Una tarea larguísima con el riesgo añadido de morir en un derrumbe o por culpa de los monstruos.

—Piénsalo bien —advirtió el gólem.

Izuku repasó varias veces el mismo hecho llegando a la conclusión de que necesitaban ayuda. No había más que pensar.

—Si es una conversación, está bien. Aceptó. —Izuku tomó la mano de All for one. Los dedos del hombre envolvieron su pequeña extremidad dando la sensación de ser un niño pequeño. ¡Qué vergonzoso! ¿Donde se ocultaba su necesitado estirón?—. ¿De qué quieres hablar?

—De tu llegada a Erinjar, por ejemplo —sugirió el hombre tomando asiento, invitando al dúo a hacer lo mismo—. Nomu. —Se giró hacia la criatura—. Dile a tus compañeros que debéis buscar a una... ¿Cómo es tu amiga?

El peliverde describió a Melissa con unos pocos adjetivos.

—Ya has oído, nomu. Ve a buscarla.

La criatura se reunió con sus compañeros para... ¿Esos bichos hablaban? No tenía ganas de comprobarlo. Los vio separarse en varias direcciones.

—Tomad asiento, por favor —invitó All for one señalando el suelo. Izuku apoyó el trasero sobre una roca plana y seca a dos metros de distancia del hombre. Akatani lo imitó—. Comencemos. ¿Cómo os llamáis?

Izuku miró al gólem con la intención de cuestionar si debía revelar su verdadero nombre, después de todo, el hombre optó por dar un apodo sumamente extraño... Porque dudaba mucho que unos padres llamaran a su hijo "All for one". ¿"All" era el nombre y el resto los apellidos? En todo caso, omitió cualquier pregunta cuando vio el walkie en la mano del gólem.

—Voy a llamar a Melissa —explicó con el sonido de la estática de fondo—. Más que nada para que no se sorprenda cuando vea a los nomus. Habla tú con él. —Señaló al hombre con una mirada cautelosa—. Y no reveles nada importante —añadió en un susurro que cualquiera podría confundir con el zumbido de una mosca.

Se veía tan serio que no parecía el mismo gólem inocente que recorrió la ciudad con el quirk activo. Las experiencias en la cueva debieron despertar algo en él, un sentimiento protector propio de un hermano mayor. Bueno, no podía hacer nada hasta hablar con el conocido de Melissa.

—Puedes llamarme Deku —respondió a la pregunta finalmente—. Y mi compañero es Yamikumo.

No tenía intención de revelar información importante a un desconocido por muy amable que fuera. No era tan idiota. Eso incluía la naturaleza de Akatani, si es que no se había dado cuenta.

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