Capítulo 47: Un final explosivo.

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Izuku apenas atendió a las batallas de sus compañeros. Aquel placer por admirar la acción de cerca fue aplastado bajo el peso de una emoción novedosa que el Izuku de la infancia nunca experimentó: recibir mensajes de una amiga.

Conocía a Melissa desde hace un año y todavía se seguía ilusionando cuando el móvil anunciaba alegremente la llegada de nuevos mensajes. No perdía tiempo en encender la pantalla y leer cada frase varias veces antes de contestar asegurándose de no cometer ni un mísero error de gramática, llegando a eliminar textos enteros debido a la ausencia de una tilde. Akatani solía leer la pantalla por encima de su hombro, tan cerca que sentía su aliento en las orejas (otra gran pregunta sobre la fisionomía del gólem porque carecía de pulmones) y disfrutar de las bromas de la joven rubia tanto como él.

Se sentó en un pasillo vacío y sacó el móvil.

Y los mensajes no tardaron en ser leídos:

Ingeniera_magica: Izuku, felicidades por tu victoria en la primera prueba!

Ingeniera_magica: Utilizarás la tabla en la segunda prueba también... Eso es repetitivo, pero supongo que es aceptable :/

Ingeniera_magica: Tercera prueba así se hace!!!!! Ahora ve a por la victoria, Izuku!!!!!

Ingeniera_magica: Pobre chico de rojo. Me da penita :( Me pregunto si tendrá novia...

Cinco veces. Leyó cada uno de los mensajes un total de cinco veces. Volvería a hacerlo por el simple placer de sentir la calidez de los ánimos de Melissa

—Se te ve feliz. —Akatani le tiró de la mejilla en la perfecta representación de una abuela orgullosa de su nieto—. Mírate, disfrutando de la compañía de una amiga. ¿Dónde quedó el Izuku amargado que se pasea por clase ignorando a todo el mundo?

El brócoli puso los ojos en blanco. Se había enterado del trato entre Kirishima y el gólem, y no le hacía la menor gracia. Lo anuló de inmediato, pues se sentía bien tal como estaba. No necesitaba más compañía que la de Melissa y la rata con super fuerza que creó. Las clases de la UA estaban para aprender y no hacer amigos. Así de simple.

Escuchó una ovación del público seguida de las voces de Present Mic anunciando algo que no llegó a escuchar. Supuso que había terminado otra batalla cuyo resultado se parecía insignificante. Él había elaborado estrategias para derrotar a todos los participante de la última prueba; le daba igual con quien le tocase disputar la victoria: estaba listo al 100%.

Escribió una respuesta a los mensajes conservando su tímida sonrisa.

Ultra_brócoli: ¡Gracias por los ánimos, Melissa! Daré el máximo esfuerzo en las batallas.

Lo borró y escribió otra cosa, que volvió a borrar. El tercer mensaje siguió el mismo destino. El cuarto no se quedó atrás y el quinto ni siquiera llegó a terminarlo. Dejó caer el móvil sobre su regazo mientras soltaba un suspiro con la vista en las luces del techo.

—¿No te sientes inspirado? —el gólem preguntó conteniendo las ganas de estallar en carcajadas—. Comprendo la temible dificultad de escribir un mensaje de agradecimiento, mayor incluso que darle las gracias al jefe por dejarte sin vacaciones... Si es...

Estalló en risas. Un sonido tan natural como irritante. Izuku chasqueó la lengua, no era su culpa que el gólem no pudiese comprender su necesidad de pensar bien las cosas antes de mandar el mensaje equivocado. Esta clase de errores no podían solucionarse... Bueno, si podían, sin embargo, Izuku procuraba no cometerlos.

—Eres idiota —protestó dándole un puñetazo en el hombro—. Un completo imbécil...

Se detuvo cuando notó movimiento por el rabillo del ojo. Al final del pasillo, justo detrás de la esquina, creyó ver una cabellera roja ocultarse a toda velocidad. Pudo haber achacado el suceso a una alucinación "post festival deportivo",  sin embargo no había sobrevivido a los horrores de Erinjar tomando a la ligera los peligros a su alrededor. Un posible candidato a espía cruzó la barrera de los labios.

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