Capítulo 38: ¿Derrotar un dios?

330 62 49
                                    

—¿Derrotar un prototipo de dios? ¿Es posible?

Por mucho que lo repitiese, a Izuku le seguía pareciendo una locura.

—En efecto, vencer uno de los prototipos —asintió Ipomageón—, lo haría yo en circunstancias normales, pero últimamente la cadera no me permite moverme con la soltura de antaño. Uno de los defectos de envejecer.

—Pero derrotar un dios a cambio de entrenamiento es un poco exagerado —opinó Akatani, nervioso—. Podríamos morir.

¿Podrían morir? Izuku enlistó una buena cantidad de escenarios de muertes dolorosas en lo que su gólem terminaba la frase. Aceptar el trato sería como pedirle a una persona trabajar en un lugar peligroso más de cien horas semanales a cambio de cacahuetes.

—No es un entrenamiento lo que ofrezco, sino esto de aquí. —El anciano se levantó lentamente para dirigirse a una de las estanterías. Observó los tomos detenidamente hasta que uno de portadas rojas llamó su atención. Regresó al asiento con él en las manos—. Este libro.

Era un libro delgado, sin título... Y ya.

Y a pesar de su simpleza, Izuku se lo quedó mirando a la espera de un suceso anómalo que demostrase que el libro no era como los que podía encontrar en las librerías. Fue como cuando esperó la visita de Santa Claus cuando era pequeño: no pasó nada mágico y encima se sintió como un idiota.

—¿Qué tiene el libro de especial? Parece normal y corriente—Akatani tuvo el valor de preguntar señalando dicho libro con el dedo. Izuku percibió un toque de curiosidad y precaución en la voz—. ¿Puede ser mágico?

Izuku se alegró por no ser el único que pensaba eso.

—Buena pregunta, joven gólem —le felicitó el viejo—. Este libro es un objeto forjado con gran dedicación cuyo propósito es almacenar el conocimiento de las tecnicas de forjado más complejas y sorprendentes.

—¿Algo así como una enciclopedia de temas mágicos? —tanteó Izuku. El anciano asintió—. No veo como eso va a ayudar. Leer las instrucciones de una técnica de forjado no es lo mismo que ponerlo en práctica.

Y eso sin añadir que, si de primeras le costó mucho comprender los aspectos generales del forjado con las lecciones de Melissa, leer las técnicas más difíciles iba a ser una odisea de tirarse de los pelos.

—La experiencia no se halla en los libros —puntuó el gólem. Izuku no supo si leyó su mente o es que ambos pensaban de forma parecida—. Hace falta práctica diaria para mejorar. Lo vi en Youtube.

Internet siempre decía la verdad... Pero volviendo al tema. Izuku, cuanto más miraba el libro, más le parecía una guía de autoayuda barata. Una tontería sin utilidad real.

Claro que el viejo tenía algo que decir.

—Este libro no se lee, joven, se vive.

Pasó a sonar como el típico vendedor de enciclopedias. El peliverde luchó por no marcharse de ahí, pues tal acción podría considerarse irrespetuosa... O lo que sea. Melissa podría haber sido un poco más clara a la hora de dar advertencias.

El viejo notó su escepticismo, por lo que decidió añadir:

—Si tocas una página con la palma entera, su conocimiento escrito pasará a tu cerebro como si lo hubieras practicado miles de veces. Te será natural utilizar las técnicas.

Oh, eso lo cambiaba todo.

Izuku se lo quedó mirando. Aquello sonaba mejor que el entrenamiento, más rápido y eficaz, como las pastillas para adelgazar mágicamente. Necesitaba el libro... Pero el pago era innombrable.

Más allá de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora