Capítulo 45: La tercera prueba y el acuerdo.

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Finalmente tras una hora de sinuosa investigación, es un placer asegurar que nos se han detectado daños en los sistemas —Present Mic declaró sin la alegría que tanto lo caracterizaba, detalle bastante comprensible ya que el público no estaba de humor para gritos, bromas y anuncios—. Los clasificados para la última prueba aparecerán en las pantallas.

Izuku no tenía prisa en buscar su nombre, allí, en la sección de las gradas reservadas para los participantes, tuvo acceso a un espectáculo mucho mayor: el rostro del público. Una hora de investigación equivalía a mantener en un estado de aburrimiento a un montón de gente durante sesenta minutos sin interrupción salvo por los anuncios en bucle que aparecían en las pantallas.

Y lo mejor de todo: el caos no fue culpa suya, sino de la loca de pelo rosa que estaba retenida en otra parte (posiblemente en una habitación del estadio bajo tierra siendo interrogada por el poli bueno y el poli malo). Fue maravillosamente relajante ver que el problema no tenía nada que ver con él. El día transcurría a su favor.

—¡Estoy clasificada! —exclamó Uraraka dando saltos de alegría a pocos metros.

—¡Yo también, genial! —se unió Kirishima desde el otro extremo de la fila de asientos.

—Me alegra saber qué participaré en esta prueba —dijo Momo con tanta elegancia que bien podía haber nacido en la época victoriana.

—¡No es justo, no estoy en la lista! —el joven eléctrico protestó en voz alta, luego dirigió la vista hacia Izuku—. ¡Es culpa tuya y de tu tabla voladora!

El peliverde apretó los labios. ¿No podía disfrutar de un momento de relajación sin ser absurdamente molestado? Él no tenía culpa de nada. Siguió las reglas de la prueba; sin embargo, lo que más le molestó fue que una parte de él —el viejo Izuku, tan bondadoso que daría su vida por salvar a un gatito— se sintió mal por aquellos que no lograron clasificarse. ¡No tenía sentido!

Cruzó los brazos desde su asiento privilegiado y buscó su nombre en la gran pantalla como distracción. No tardó en encontrarlo (estaba en el primer lugar después de todo). Quedaba un paso para coronarse como vencedor indiscutible del festival. Un único paso, tan solo debía vencer a los otros quince alumnos que se clasificaron con él.

—¡Me complace decir que hemos llegado a la última y tan esperada prueba! —anunció la radio con vida propia. La moral del público se levantó—. La batalla de 1 VS 1 que tantas veces hemos tenido el placer de ver. No hay mucho que decir para explicar las reglas, ¿verdad Ereaserhead?

¿Por qué me preguntas si ya sabes la respuesta? —se quejó el héroe clandestino mezclando la irritación con la lentitud al hablar de alguien que no durmió en semanas—. Pero sí, las reglas son fáciles. Serán peleas donde se deberá sacar al oponente del campo de batalla, inmovilizarlo o, en última instancia, dejarlo inconsciente.

Toda acción que ponga en peligro la vida del contrincante o la del público dará lugar a la descalificación —añadió Present Mic a modo de advertencia—. Incluso se tomarán acciones disciplinarias si algún aspirante rompe esta regla.

Izuku sintió un escalofrío. Era la primera vez que Present Mic adoptaba un tono serio. Más valía no romper dicha regla; había llegado demasiado lejos para ahora fastidiar su progreso por culpa de un fallo tonto.

¡Los participantes serán emparejados para esta primera ronda! —dijo el héroe de la radio—. Del mismo modo que se emparejan las...

Hazme un favor y deja de soltar anuncios —pidió Aizawa con un tono irritado y casi desesperado—. Pareces una puta televisión.

Akatani se acercó a Izuku para preguntar:

Más allá de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora