Cap 49: Huéspedes

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En esta vida sólo somos huéspedes que estamos de paso y nos permiten dejar una huella, ahora bien, depende de tí que esa huella sea indeleble y muy positiva.

Hoy es sábado por lo que he decido ir a Fresno, quiero pasar este fin de semana en casa de los abuelos, con una enorme sonrisa empiezo a tocar el timbre. Me quedo ahí de pies en la entrada escuchando como la abuela grita que esta de camino. Suspiro profundo al ver la puerta abrirse, una Helena eufórica pasa a mi lado ignorando completamente mi presencia.

Me giro lentamente al recordar que no he venido sola y pues le he traído a ese chico que le tiene muy enamorada. Pues sí, he venido a Fresno acompañada de Bayron Scott, él también quiso venir a visitar a la abuela, por lo que ahora esta siendo abrazado y elogiado por ella. Sólo me queda suspirar mientras veo como mi novio roba el cariño de mi adorable Helena.

Empiezo a caminar con dirección a la biblioteca, que es ahí donde debe de estar el abuelo. Sigo caminando hasta dar con la enorme puerta de roble. La empujó sintiendo el hermoso olor a libros y los maravillosas recuerdos que se hacen presente. Observo la habitación que se encuentra del mismo modo que antes, cuando vivía aquí solía pasar la mayor parte de tiempo en la Colina junto a Hanna. Mis padres y yo solíamos vivir en esta casa, pues la abuela nunca permitió que mi madre se mudará a otra parte. Por lo que cuando mi padre se comprometió con ella tuvo que también venir a hospedarse aquí.

No obstante, cuando yo llegué al mundo quisieron tener su casa propia y formar su hogar como lo hicieron los abuelos, pero el abuelo no aceptó, los años pasaron y todavía iba de maravilla, vivíamos en sincronía y teníamos un relación familiar que se podría catalogar como perfecta. Sin embargo todo eso cambió cuando accedieron a mi padre y tuvimos que irnos a vivir a San Francisco.

Termino de pasar yendo a donde se encuentra el abuelo con un libro de Filosofía Inglesa y una taza de chocolate. Él está de espaldas por lo cual no sabe que estoy detrás, envuelvo su cuerpo en un fuerte abrazo provocando que se sobresalte. Me echo a reír a ver su rostro de pura confusión, él no sabía que vendría a verlo, por eso es que me observa de manera sorpresiva.

__¡Hola, abuelo!

Le saludo besando sus mejillas, este sonriente correspondiendo el abrazo.

__¡Hola, Quillonita! --responde al saludo pidiendo que tome asiento __¿Qué te trae por aquí?

Pregunta al ver la pequeña maleta que tengo en las manos.

__He venido a pasar este fin de semana con ustedes

Confieso y su rostro se llena de emoción. Luego vuelve a preguntar.

__¿La abuela por qué no vino contigo?

Un suspiro es mi única respuesta, a lo que vuelve a decir.

__Has vino con él, ¿Cierto?

Dice haciendo énfasis en "él" me empiezo a reír moviendo la cabeza diciéndole que sí, no puedo evitar sentirme culpable al ver la cara de enfado que a puesto. La verdad es que Bayron no le hace mucha gracia, porque según él la abuela se olvida de su presencia cuando está a su lado.

__¿Por qué lo has traído? --interroga acercándose más a mí __No te enojes cuando solo veas mi cara de gruñón

Comenta poniéndose de pies y yo hago lo mismo, el abuelo agarra mí maleta y damos inicio a nuestro destino. Después que estamos caminando decide sujetar mis manos como cuando era pequeña, le sonrío de manera amable y ambos salimos de la biblioteca, ya estando fuera podemos ver a Bayron y a la abuela caminar a nuestra dirección. La abuela me abraza y llena mis mejillas de besos mientras va diciendo.

Bajo las garras de mí acosador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora