𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒 (𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐥𝐚𝐲𝐞𝐫)

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Giyu podía escuchar los sollozos de su pareja, el cual a pesar de que sabía lo sensible que ella podía ser, esta vez no lograba descifrar la razón por la cual estaba llorando, tampoco iba a presionar a preguntar, simplemente puso su diestra sobre el cabello Borgoña de su mujer y la otra fue deslizándose de manera suave sobre la espalda de la fémina para darle consuelo.

——Creo que volviste demasiado angustiada, iré contigo para darle el reporte al patrón y luego nos iremos a casa, necesitas descansar y hoy pediré el día para estar contigo.—— Giyu le besó la mejilla para tomarla de la mano y llevarla con el, a decir verdad no quería saber de nadie, mucho menos hablar con su líder, el era tan sabio que a veces presentía que era un adivino, sin palabras el sabía todo y no quería llevarse la sorpresa de que el supiera algo sobre lo que pasó un día antes.

Al llegar al lugar, Hanako se adelantó, sabía que su pareja le esperaría sin problemas, pero su mayor sorpresa fue saber que quien estaba esperándola, eran las hijas y esposa del patrón, una parte le hacía sentir calma pero la otra preocupación.

——Mi esposo se encuentra un poco delicado de salud, por lo que me corresponde a mí hablar con usted sobre su reciente misión, veo que volviste con vida, pero tu semblante se ve melancólico, eres fuerte Hanako, lograste volver, estoy segura que tu poder como descendiente de Yoriichi Tsugikuni pronto dará frutos, pues al igual que Tanjiro Kamado comparten un...

——¡No! El y no compartimos nada en común más que ser entrenados por el mismo pilar, entre Kamado y yo no hay un linaje, no hay nada en lo que nos podamos parecer.—— Hanako estaba en su límite, aunque siempre respetaba a sus mayores, sobre todo a Kagaya y su esposa, esta vez no pudo.—-

—-Jovencita Sasaki, el chico ha demostrado lograr la respiración del sol, una de las primeras técnicas creadas y de las cuales surgieron el resto, no debes tener ningún sentimiento de angustia, estoy segura que como una Tsugikuni, tu también lo lograrás....

——Lo siento mi señora, tengo que retirarme, mi misión ha terminado, mando mis buenos deseos hacia el patrón, espero el pueda mejorar, lamento no tener los conocimientos médicos que mi padre tuvo.— La interrumpió de manera tajante al levantarse del lugar, la mujer y las niñas miraron expectantes a la mujer, la cual nunca había sido capaz de actuar de ese modo.

Hanako salió del lugar sin prestar atención, no sin imaginar que había sido escuchada por Sanemi, quien igual que ella había vuelto de una misión, escuchar la insolencia de la pelirroja, este quería ponerle un alto.

——Si que te has vuelto un poco idiota, ¿Tienes la menor idea de con quién estabas hablando? Tu actitud merece un castigo, desde que subiste de rango te has vuelto una engreída.—-

Ella no respondió, miró con soslayo al pilar del viento, quien al percatarse de la cicatriz en la mejilla, este la tomó con fuerza del brazo para impedir su escape.

——Hoy estás actuando como una verdadera imbécil, tu arrogancia solo hará que te vuelvas débil, tomando en cuenta que cada vez apestas más a demonio, no logro entender que fue lo que Tomioka vio en ti, pero veo que los engreídos se llevan mejor.—- Verle la herida, sumando el aroma a demonio empezó a preocuparlo, más que nada a causar desconfianza en ella, pues su aroma era de otro demonio y no el de ella como creía.

——No se porque, pero tengo mala fe en ti, una vez más, estoy convencido de que no eres más que una aberración.—- Sanemi apretó con fuerza su agarre, no iba a soltarla, ella por otro lado miró aún con más coraje, se le veía realmente cansada.

—Creí que ya habíamos hecho tregua, como sea. Lo que pienses sobre mi me importa una mierda, déjame en paz, no querrás meterte conmigo, créeme que no te conviene.

——¿Acaso me estás amenazando? Haz cambiado realmente Hanako, me preocupa que estés en muy malos pasos, haz perdido mi respeto y mi confianza.

—-¡No me interesa lo que creas de mí! Piensa lo que quieras, solo no vuelvas a molestarme a mí o a Tomioka.—- La chica afianzó su agarre para poderse librar del cazador, Sanemi no era el único que pudo ver esa actitud, cuando Hanako se dio la vuelta, Giyu había visto todo, quien sin dirigirse al albino, tomó de la mano a su novia para salir de ahí, el azabache estaba molesto.