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Las caricias no tardaron en aparecer, Giyu seguía respirando sobre la piel de su prometida, en el cual empezó a besar su cuello, húmedos besos eran recorridos hasta trazar un camino de besos hacia su hombro, cuando ella reaccionó su Haori cayó al suelo.

—-Giyu... espera.—-Estaba nerviosa, pero por más que forcejeaba, las caricias de su pareja poco a poco la iban haciendo caer en la tentación, su cuerpo empezó a desear más por atención del hombre que tenía detrás de ella.

Un sutil jadeo salió de sus labios cuando sintió su entrepierna chocar contra sus glúteos, hasta este punto, su piel empezaba a subir de temperatura.

——No estás obligada a nada cariño, entiendo que no estés lista.—-Giyu se detuvo pero sin separarse de ella, afianzaba más su agarre, como si quisiera abrazarla todo el tiempo posible.

——No es que no quiera, solo estoy nerviosa, es nuestra primera vez.—-Hablo en un tono bajo, uno que pareció ser tierno para su prometido, quien con una sonrisa la apretó aún más contra el.

—-Lo sé, déjate llevar. Yo me encargo de todo.

Le dio la vuelta para poder besarla, aunque al principio su beso fue tierno, con el pasar de los segundos se fue intensificando, Giyu la fue guiando lentamente hacia el futón donde la empujó con suavidad, quedando el encima de ella sin dejar de besarse, los besos eran cada vez más voraces, las respiraciones agitadas empezaron a mezclarse con los suspiros y jadeos que ambos soltaban, el ambiente en esa habitación iba calentándose mientras ella miraba hacia donde estaban las aguas termales, algo le hizo detener el beso.

—-Nadie va a venir, mucho menos nos escucharán o verán, pedi este lugar privado para los dos, así podemos hacer todo el ruido que queramos.——Giyu descendió a su cuello para repartir besos ahí, sorbía la piel de su novia, dejando ligeras marcas que sería difícil borrar, Hanako dejó salir un gemido ante la sensación, despertando el libido de quien estaba provocando dichos sonidos.

Su prometida se sentía tan pequeña y frágil debajo de él, el calor de su cuerpo la iba arrastrando al pecado de la lujuria, nunca antes había sentido ese calor en su cuerpo y no lo iba a negar, eso le iba gustando, ya que esto superaba sus fantasías y los momentos que pasaron juntos antes de llegar a ese momento, sus temblorosas manos recorrieron el pecho del mayor intentando de manera torpe, retirarle el uniforme pero un manotazo la detuvo.

—-Alto, yo me encargo.—-Giyu aún estaba encima de ella, con el cuidado de no lastimarla debido a su peso, el varón se levantó con cuidado para proceder a retirarse la ropa, su haori y la parte de arriba de su uniforme fueron retirados, dándole la vista que tanto quería.El cuerpo marcado de su pareja estaba al aire, lo que la hizo sonrojar, aunque ya lo había visto de ese modo a la hora de entrenar o cuando le pedía ayuda para curar las heridas, todo era distinto ahora, ella podría tocar.

Giyu notó que su novia aún tenía puesto el uniforme, en un acto desesperado empezó a desnudarla, siendo ella tan sumisa, se quedó quieta en su lugar permitiéndole hacer lo que él deseaba. La ropa de ambos estaba tendida por la habitación en un perfecto desorden. Su prometido manoseó las piernas de su mujer, encargándose de separarlas para posicionarse en medio de ellas, ella suspiraba nerviosa por tenerlo encima, su pecho subía y bajaba y su sonrojo se expandió hasta llegar a sus oídos.

Una hermosa sonrisa por parte de Giyu la calmó, logrando tranquilizar sus nervios cuando extendió su mano hasta llegar a su mejilla mientras su rostro se pegaba al de ella para darle un tierno beso de esquimal, generando que ella sonriera y todas sus inseguridades se esfumaran. El azabache tomó la mano izquierda de su pareja para entrelazarla con la suya para lograr acomodarse de mejor modo, al sentir su intimidad rozarse con la suya generó que ambos jadearan ante el repentino roce. Incitándolo a ir más allá, Giyu se siguió frotando sobre ella, buscando de una manera estimularla para no lastimarla por lo que estaba por seguir.

Su otra mano se dirigió a su entrepierna y su intimidad para abrirse paso sobre sus pliegues sin llegar a entrar a su interior, Hanako jadeó por la sensación, cerrando los ojos por lo placentero que se sentía. Un pequeño quejido salió de los labios de ambos cuando el comenzó a adentrarse en ella, un gruñido gesto fue lo que Giyu hizo al dar un movimiento hacia adelante y atrás, su pareja dejó caer su cabeza hacia atrás mientras pequeñas lágrimas recorrían sus mejillas, Hanako dejó escapar un gemido mezclado con dolor y placer, por lo que pronto fue tomada por su pareja de la nuca para besarla , ambos lo necesitaban. En cuestión de segundos el dolor desapareció, donde ahora su cuerpo sentía un placer que no sabía describir, su longitud la llenaba por completo, lo estrechaba a tal punto de hacerlo gruñir, su interior lo apretaba tan bien que para él le era imposible no soltar algún gemido, se sentía de maravilla tanto como ella, su prometido siguió moviéndose, aplicando suaves movimientos al salir pero siendo un poco tosco al entrar, Hanako arqueó la espalda ante los movimientos de su pareja, quien extasiado decidió continuar, su diestra la tomó de los muslos, obligandola a que enrollara sus piernas al rededor de su cadera para lograr sentirlo más profundo sin detener sus movimientos.

Ambos cuerpos estaban llenos de una fina capa de sudor y el único sonido que se escuchaba por la habitación eran sus cuerpos chocar al igual que las respiraciones agitadas y desenfrenadas debido al placer. Giyu ejercía movimientos rápidos, dando una ligera fuerza al entrar con el fin de buscar placer para ambos, la mano libre de Giyu le tomó de las mejillas con un poco de brusquedad buscando conectar miradas, aún sin dejar de mirarse, su prometido empezó a dar fuertes y rápidas embestidas al sentir como su interior lo apretaba con el pasar de los segundos, verla debajo de él, sonrojada, gimiendo y su cuerpo sacudirse con la fuerza de sus empujes lo excito como nunca.

Repentinamente el pudo sentir frío en la habitación, su novia empezó a generar frío debido a lo bien que se sentía, sus gemidos subieron de tono, logrando convertirlos en fuertes gritos de placer que pronto fueron amortiguados en un apasionado beso que Giyu le dio. Ambos estaban cerca de su primer orgasmo, las manos del varón la tomaron con fuerza de la cintura para afianzar su agarre y hacer sus movimientos más rápidos que antes, sus rostros estaban demasiado cerca uno del otro y los sonoros gemidos de su prometida se mezclaban con los roncos jadeos que el soltaba.

Por inercia del placer, la chica rodeó la fuerte espalda del varón con ambas manos, provocando enterrarle las uñas sobre su piel, recibiendo un quejido del contrario y eso lo obligó a ser más rudo que segundos atrás cuando sintió ligeros rasguños en tu piel.

El cuerpo de la chica se estremeció al escuchar un gruñido por parte de su pareja, sentía como repentinamente su miembro empezaba a palpitar dentro de ella cuando de una sola estocada entró en lo más profundo de su interior, dejando salir aquel líquido blanquecino dentro de ella, en cuestión de segundo ella lo alcanzó, dejando salir un escandaloso gemido al dejar salir su néctar hasta mojar sus muslos. Había sido glorioso.

Giyu salió de su interior para tirarse al lado de ella sobre el cómodo futón donde estaban, a pesar de tener buen entrenamiento, les era difícil calmar su respiración agitada, como si no tuviera suficiente de el, Giyu pudo sentir como ella escondía su rostro sobre la curvatura de su cuello, donde aprovechó para abrazarla con fuerza, ambos lo habían disfrutado.

𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒 (𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐥𝐚𝐲𝐞𝐫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora