𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒 (𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐥𝐚𝐲𝐞𝐫)

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El demonio la miro de pies a cabeza, como si detallara a la joven con su vista, admirándola, aquel gruñido que el emitió fue suficiente para que ella diera un paso hacia atrás, volviendo a su postura de antes, Hanako se puso en guardia.

No cabía duda, el talento viene de familia y ahí pudo verlo, aunque no era su descendiente directa, era la de su hermano, aquel sujeto pródigo que lo superó en casi todo, aquel hermano que envidiaba por sus talentos, ahora estaba cara a cara con la última descendiente de Yoriichi, la verdadera.

——Hace mucho que perdí mi humanidad, jovencita, así que ahórrate el hablarme de ese modo, para ti de ahora en adelante seré, Kukoshibo-Sama. ¿Te queda claro?

Menciono aquello con una voz calmada, pero a la vez tan grave, tan peligrosa que generaba que ella sintiera un escalofrío en su columna, haciéndole erizar su piel cuando en un segundo, el demonio estaba cerca de ella, lo suficientemente cerca que podía sentir su respiración, haciendole tensar demasiado.

—-Es cierto, perdió su humanidad hace demasiado tiempo, aún así, me sorprende su extraño interés por mi.—-Fue pura inercia, la chica yacía arrodillada frente a él, sintiéndose algo humillada, era natural el miedo que el demonio transmitía.

—-Tampoco lograré entender que clase de trato acepto con aquel demonio, sabe de quien hablo, el infeliz que me esta convirtiendo en lo que juré destruir.—-. La pelirroja estaba tentada a usar la katana, pero de extraña manera no podía, su cuerpo no reaccionaba, era como ser una marioneta y estar atada a unos hilos totalmente enredados.

——¡Silencio!, ¡No te di permiso de hablar!.

Hanako se quedó callada al instante, como si de una orden se tratase, ella obedeció, no se atrevía a mirarlo a los ojos, incluso el césped en el que estaban, ahora tenía capas de nieve ahí.

—-No confundas las cosas, mocosa. Mis metas y objetivos aún no están claros para ti como para que estés hablando falencias sobre lo que quiero o no, aún no se exactamente lo que quiero contigo así que deja de pensar estupideces.

Sabía que cedería si mantenía su posición, aunque su expresión es simplemente serena, el ya tenía claro su objetivo contra ella, lo que deseaba para su sobrina, una sonrisa maliciosa dibujo el rostro del demonio, el cual tomó el mentón de la chica para que esta levantará el rostro, ahora se miraban a los ojos.

——Ustedes los demonios tienen sueños egoístas, mi padre me habló de Douma, del trato que hicieron para que yo tuviera vida, no fue más que maldecirme, condenarme a una vida llena de tragedia, no me importa el sueño de ese demonio, yo jamás estaré casada con él. Además usted dejó a mi disposición sus escrituras de la respiración lunar. ¿Alguna razón para que yo las usara?

Hanako lo estaba retando, ella estaba tentando su suerte, presentía que su muerte llegaría o quiza, su vida como humana, podía presentirlo.

——Eres demasiado impaciente, mujer. Pero he estado observándote, tienes un gran potencial, eres admirable y eso viene de familia, eres fuerte, estoy orgulloso de lo que he logrado, pero esto aún no acaba.—-.El demonio apretó el mentón de la chica de manera amenazante, una de sus garras desliza sobre la mejilla izquierda, generando que de un pequeño rasguño, brotara un hilo de sangre en el.

——Pero supongo que si quiero que todo siga como yo lo quiero, está conversación será necesaria.—- Sin una pizca de tranquilidad el demonio acercó su rostro al de la chica para lamer la sangre, aunque Hanako intentó moverse, no fue posible, el demonio la tenía atrapada. Se sentía extraña esa sensación.

—-Soy demasiado impaciente, ¿Por qué cree que accedí a aprender sus técnicas de respiración lunar? He escuchado sobre la respiración solar y me cuesta creer que alguien más que no comparte mi sangre la esté usando mientras yo llevo meses intentando aprenderla, el no tenía ni un maldito conocimiento de esa respiración y yo que soy parte del linaje de sangre no lo he logrado, a veces detesto a ese chico.—- Hanako empujó al demonio con un hábil movimiento, logro retroceder, si el quería devorarla, no lo lograría tan fácil.

Hanako habló sin pensar, sacando a relucir sus pensamientos, aunque tenía cierto cariño a Tanjiro, en el fondo sentía ligeros celos hacia él, su padre, su líder y Shinjuro le mencionaron sobre la respiración solar, la cual su propio abuelo había heredado, sin embargo ella no lo lograba.

Tanjiro le contó de su clan, el como heredaron la danza del fuego, el como en varias ocasiones logró usar las posturas de la respiración solar sin saberlas y como aquel cazador prodigio se aprecia en sus sueños o momentos de batalla, caso en ella jamás ocurrió, se sentía abandonada, reemplazada por el espíritu de su ancestro. Escuchar esas quejas hicieron a Kukoshibo reírse, una risa extraña, como si disfrutará de lo que estaba viendo, el envidiaba a su gemelo cuando eran jóvenes cazadores, ahora su sobrina parecía sentir lo mismo y por las mismas circunstancias.

—-Con que Yoriichi jamás heredó su poder hacía su propia descendencia, es una verdadera lástima, ver como si le da herencia sobre la danza del dios del fuego pero ninguno de su clan logró ser un cazador, no hasta casi 400 años después, la última descendiente de mi hermano, ¿Sabes algo? Te pareces mucho a él, mismo color de cabello, color Borgoña, ojos color escarlata, pero, en mis nulos recuerdos veo que eres muy parecida a Uta, su difunda esposa, eres más como una reencarnación de ambos que su propia tataranieta.

Kukoshibo se estaba burlando de ella, la estaba provocando a enojarse más de lo que ella estaba, Hanako por otro lado intentaba calmarse, estaba empeorando el clima a su alrededor, también le estaba haciendo sentir peor de lo que ya se sentía, en el fondo no quería detestar a Tanjiro, pero parecía que el la estaba convenciendo.

——Me esforcé demasiado, intenté rezar a mi abuelo Yoriichi, todas las noches intenté buscar la manera de que el se apareciera frente a mí, que lograra soñar con el, que me diera una señal de que yo también puedo usar esa respiración, en estos dos años tampoco pude hacer el ritual de fuego como lo hacía mi padre cada año, jamás pude a causa de esta maldición que su amigo me dio, ¡LOS DETESTO!

Hanako callo en lágrimas, sin pensarlo dos veces tomó su katana dispuesta a pelear, pero el demonio fue hábil, aprovechó la vulnerabilidad de su sobrina para dar un fuerte empujón y arrebatarle la katana.

——Puedo ver que tu y yo somos muy similares, no me sorprende eres de mi sangre, aunque creo detestar ese color de cabello, debo admitir que admiro tu determinación, compartimos mucho más en común de lo que ambos podemos creer, pero te falta más coraje, sigue entrenando.—-

Hanako cayó al suelo, aunque con un salto pudo ponerse en pie y evitar una caída riesgosa, ya no podía siquiera pelear.

——Usar la respiración lunar me ayudó a mejorar como cazadora, he llegado a un alto rango y gracias a usted logré mi puesto de pilar, pero si los cazones se enteran de esto seré considerada traidora, no quiero fraternizar con el enemigo....

El demonio en cuestión de un segundo atrapó a l joven para mantenerla acorralada, lamentablemente ella se sentía demasiado vulnerable ante el, ahora podía sentir su fin.

—-Desde que decidiste aprender mi respiración, ya los has traicionado, estás destinada mocosa, pronto serás parte de mi, serás mi sucesora y entonces yo habré logrado al fin superar a mi hermano, humillar a su descendencia, en el fondo sientes celos de ese sujeto, quítate esos estúpidos aretes, no eres una verdadera Tsugikuni, ese clan se perdió hace mucho tiempo, aunque lo llevas en las venas y tu ADN, eso se terminó cuando el heredó todo a otros. Por ahora te dejaré vivir pero si realmente quieres ser una Tsugikuni, sabes dónde buscarme, entrenaremos hasta que superes mis expectativas, veré si convertirte en el demonio que estás destinada a ser o morir bajo el filo de mi katana.

Kukoshibo desapareció en cuanto se escuchó y sonido que Hanako pudo reconocer, la cuerda de una Miwa pudo oírse por todo el tenebroso bosque, dejándose caer de rodillas sin poder creer lo que acababa de vivir, no podía creerlo, un demonio la hizo ver varias cosas, aceptando una cosa.

Sentir envidia de Tanjiro.