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La pelirroja quería distraerse, al llegar a su hogar rompió en llanto, no quería odiar a Tanjiro, una parte de ella sentía culpa por tener sentimientos tan negativos hacia él, después de todo no era culpa del chico, pero por otro lado sentía impotencia, por más que entrenaba, no lograba forjar la respiración solar, ni en los últimos meses que ella estaba entrenando sola, ella no lograba siquiera usar la primera postura.

El recordar que Tanjiro era tan amable con ella, le hace sentir peor, reconoce que era un poco insolente con el, la culpa la mataba pero tampoco podia soportar el saber que ella no podia siquiera superarse a sí misma, detestaba darle la razón a un demonio. También el haberlos traicionado de ese modo.

La chica llegó a su hogar para encerrarse, deseaba tener a su prometido con ella, que la abrazara, la consolara, quería tener valor de decirle como se sentía, al ser la única persona en que realmente le confiaba todo, pero esta vez no era así, su novio se había ido para una misión y también ir por sus cosas para la boda, tenían el tiempo contado para armar todo. En su distracción busco entre sus cosas viejas, una caja donde estaba el Shiromoku de su madre, pese a verse ropa antigua y un modelo pasado de moda, ella quería usarlo cuando se casara, pues su padre todos los días le decía que soñaba con verla usándolo, era triste recordar que el no estaría presente en ese día tan especial. Tomó aguja e hilo para reparar algunas partes descosidas, además de agregar algunas piedritas de adorno para darle más personalidad a su kimono, quería que su vestido quedará a la perfección, al ponérselo, se veía tan bonita como lo imagino, aquellas prendas relucían su figura, resaltaban sus curvas y la hacían ver como toda una novia, al ponerse el Watabashi sobre su cabeza, pudo notar que tomaría horas arreglarse para su día.

——Vaya......——Estaba tan distraída en lo suyo que no se dio cuenta que Giyu había vuelto, su pareja la miró con detalle con las prendas puestas, su novio estaba cautivado.

—-¡Giyu! Espera, no quiero que me veas..—- Gritó en un enorme sonrojo al correr y tapar sus ojos de manera torpe, Giyu por su lado detuvo sus movimientos para tomarla de ambas manos, reía por su actitud.

——¿Por qué no?.—-Giyu besó sus labios, un pequeño beso pero era tierno, transmitiendo todos sus sentimientos hacia ella.

——Quería darte una sorpresa, quería que me vieras así por primera vez el día de la ceremonia.—-La chica le dio un pequeño puchero, su pareja rio por ello, nunca se le había visto tan feliz, realmente estaba ilusionado.

—Eso no importa, me emocionaré cuando te vea de nuevo ese día, además, siento que la ceremonia será al anochecer, invité a tu maestro a la boda y el respondió entusiasmado, te tengo noticias, fui a visitarlo y me dio la bendición para poder casarnos, quiere estar presente y ser el quien oficie la boda, lamentablemente Kayaga ya no podrá ser quien nos case cariño.

Hanako asintió, al igual que el, ella estaba llena de ilusión, demasiado emocionada por la boda, su novia sonrió mientras le miraba con un brillo en sus ojos, uno que nunca imaginó apreciar.

—-Debi haberte hecho mi esposa desde hace tiempo, tenerte como mi prometida es maravilloso, además cuando esta pesadilla termine, te prometo que nada va a faltarte, te protegeré pase lo que pase. Giyu de nuevo se acercó a ella, dándole un beso largo y duradero, estaban perdidos en su romance.

Ella iba a hablar pero fue interrumpida por su cuervo junto al gorrión de Zenitsu, confundida abrió la ventana de par en par para dejar a ambas aves entrar, todo parecía más tenso cuando Zenitsu entro corriendo a la finca, se le vio llorando, pero esta vez su llanto era de ansiedad, demasiado preocupado, incluso estaban alterando.

——¡Zenitsu! ¿Qué sucede? Deberías estar descansando ahora...—-Ambos se quedaron confundidos ante la repentina actitud, el rubio la abrazó para llorar sobre su pecho, Hanako solo se limitó a acariciar su cabello para calmarlo.

—-¡Hermanita!... el abuelo se ha quitado la vida.

Un duro golpe para Hanako, ella no podía comprender el porqué uno de sus maestros había aplicado un seppuku, por lo que ella había estudiado sobre antiguos samurai y de la historia de su país, los samurai sólo aplicaban esto cuando cometían deshonra o traición, prefiriendo así la muerte por decepción hacia ellos mismos, Giyu por su parte abrazo a su prometida mientras lloraba en silencio, en un inútil intento por calmar al rubio este no se calmaba, en un pequeño suspiro ella le dio una bofetada para hacerlo reaccionar.

——¿Sabes por qué lo hizo? ¿Kaigaku lo sabe?

Estaba llena de dudas, el más joven negó ante ambas preguntas, si bien lo había recordado, hacía tiempo que no sabía nada de su aprendiz, probablemente Gyomei podría tener algún indicio, después de todo el pilar más fuerte de todos lo salvó de la vida en las calles.

—-Se que duele Zenitsu, pero trata de calmarte, juntos vamos a investigar esto, buscaré al idiota de Kaigaku para darle la noticia, ese infeliz lleva días sin dar rastro alguno, ni siquiera cumple con sus misiones, así que calma, haremos un funeral para el maestro, descansa por esta noche...

La chica se mostró tan profesional y madura, Giyu estaba orgulloso de la manera en cómo lidiaba con la muerte, desde la pérdida de Kyojuro, la chica se hizo de corazón duro en esa situación, donde tendría que enfrentar al dolor de varias pérdidas, aunque ella derramaba una que otra lágrima, en ese momento sabía que ella debía apoyar a Zenitsu, después de todo para el, Jigoro era más que su maestro, era su única familia.

𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒 (𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐥𝐚𝐲𝐞𝐫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora