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Hanako se estaba sobre pasando en sus entrenamientos, al terminar de entrenar con los nuevos cazadores, se tomaba el resto del tiempo sola para entrenar, no quería rendirse, mucho menos permitir que la superaran. Se sobre exigía a tal punto de terminar desmayándose, siendo su esposo quien termina por llevarla a la finca mariposa para atención médica, Shinobu también se le veía aún más preocupada.

—-¿Donde está Giyu?.—- Hanako estaba tomando un poco de té, miró sus manos, en ella estaba su piel más pálida que antes, rápidamente se puso sus guantes para disimular el cambio tan repentino de su color de piel.

—-Fue a comprar algo para ti, por cierto deberías tomar el sol, aún estás a buen punto de exponerte sin problemas a él, además vas a necesitar vitaminas, ¿Todo esto tiene que ver con lo que me dijiste la otra vez?. De tu plan..

Hanako bajó la mirada, el vapor de su té caliente había desaparecido, ahora su bebida estaba hecha un hielo, rodó los ojos para después dejar el vaso sobre la mesa de al lado.

—-No puedes reprenderme por ello, de lo contrario sería irónico que me niegues a realizarlo cuando tú planeas lo mismo, solo que es un poco distinto, digamos que lo mío es terrible, lo tuyo es para honrarte, en cuanto los demás pilares se enteren, se que me odiarán y Giyu querrá abandonarme. Me odiará para siempre.

—-Quiza si lo hablas con el podría comprenderlo, es una idea arriesgada, prácticamente es un suicidio. Pero se que tu esposo no querrá dejarte ir, se negará a que hagas eso, lo conozco demasiado bien.—-Shinobu se encontraba haciéndole una revisión médica, una de sus manos se extendió hasta su cabello hasta mostrarle su cabello a través de un espejo

—-¿Es normal que tengas mechones blancos? Además, bueno, debo decirte que...——No termino de hablar, cuando Hanako se miró al espejo sintió un duro golpe en el corazón, algo le aterró, bajó inmediatamente de la camilla para tomar sus cosas y salir corriendo, Shinobu le siguió el paso pero no pudo ya que la pelirroja se encerro en una de las habitaciones más cercanas.

—-¡Vete ahora Kocho! ¡Quiero estar sola! Solo... solo dame unos minutos!.—- Hanako puso seguro a la puerta para asegurarse de que nadie la molestara, su largo cabello estaba pasando del bello Borgoña a un tono blanco, el cual empezaba a detestar, tomó su afilada katana, donde de un corte arrancó su cabello, miles de mechones caían al suelo, su largo cabello estaba por todo el piso y ahora solo tenía un largo corte hasta llegar apenas por debajo de su nuca, Hanako una vez más rompió en llanto, amaba su cabello, amaba el color que la caracterizaba. Ahora ver su larga cabellera en el suelo rompía su frágil corazón.

—-¡Abre de una vez!.—- Era Sanemi del otro lado de la puerta, quien estaba pateandola para intentar abrirla, pero la ansiedad de la chica, hizo congelar el cerrojo de la puerta. No hasta que Gyomei fue lo suficientemente fuerte para tirar la puerta, al entrar pudieron ver una escena grotesca, la habitación estaba demasiado fría, copos de nieve caían por encima de ellos y cabello de la chica esparcía toda la habitación, dándoles la espalda mientras lloraba.

——¡¿Acaso eres estúpida?! ¿¡Por qué mierda estás haciendo esto!?.—- Sanemi intento calmarla pero su actitud hacia ella no ayudaba en nada, ya que la estaba tomando de los hombros con brusquedad.

—-Calmarla de ese modo no la ayudara en nada, Shinazugawa.—-. Iguro estaba ahí con ellos, de hecho todos los pilares estaban ahí en un intento por calmarla, por verla en este estado ya era demasiado preocupante.

—-Quizá yo pueda ayudar.——Tanjiro estaba detrás de ellos, con cuidado se acercó a la chica para abrazarla tal como Giyu lo hacía, Hanako suspiraba frío, el ambiente se ponía más tenso que antes, pero no era suficiente, ella estaba molesta.

—-¡No me toquen, aléjense de mi!.—-La chica le dio un empujón fuerte, Hanako simplemente salió de la habitación molesta por tanta presión sobre los demás, en su rapidez llegó a un lugar donde nadie la molestaría, no quería herir a nadie, sentía ese peligro tanto que incluso no quiso herir a Tanjiro, ya no quería ser tan egoísta con el.

—-¡Deja de llorar, mocosa! La tristeza te vuelve débil.—-Aquella voz pudo reconocerla a la perfección, rápidamente saco su katana para atacar pero el había sido más rápido, una vez más, no pudo contra el.

—-¿Qué es lo que quiere ahora? ¡Quiero estar sola!.—-Hanako estaba en una crisis existencial demasiado preocupante, Kukoshibo por su parte solo la miraba con lastima, verla en ese estado era un desastre, por otro lado lo veía como un punto a su favor.

——Tranquila, niña, una Tsugikuni no debe llorar ni mostrar debilidad.—-La mano del demonio acariciaba peligrosamente el cabello ajeno, la manera en cómo le tocaba el cabello fue calmándola. Hanako fue regulando su respiración, las caricias del demonio de cierto modo la reconfortaban, haciéndola sentir tranquila después del ataque de ansiedad que tuvo debido al miedo de convertirse en demonio.

—-.Usted no debería estar aquí, sabe perfectamente que si los cazadores se dan cuenta que..

—-En mis trescientos años como demonio, ningún cazador ha sobrevivido sin contarlo, nadie puede contra mi y no creo que nadie ahora pueda hacerlo, además no creo que reconozcan a una luna creciente.—-Las caricias del demonio descendieron hacia la mejilla de la chica para continuar con esas confusas caricias.

—-Eso no puedo confirmarlo, aún así no debería estar tan cerca, sí que tiene cinismo para venir hasta aquí.—-De una extraña razón ella no se alejaba, mucho menos se oponía a las caricias del demonio, eso le estaba gustando.

—-No me mal entiendas, de ser por mi todos ya estarían muertos, pero el señor Muzan aún no quiere que hagamos el trabajo, solo vengo a verte a ti, ¿Cuál es la razón por la cual hiciste esto?.——El demonio tomó uno de los mechones cortados de la fémina, eso provocó que ella le quitara la mano de un manotazo. Kukoshibo rio por su actitud.

—-No tiene importancia.—-Contestó a secas, el demonio poco a poco se acercó más a ella, limpiando las lágrimas que caían sobre las mejillas de la chica con cariño, como si de una figura paterna se tratara, el no dejaba de consolarla.

——¿Douma es el culpable de que acabarás con tu cabellera? Iré a darle una lección, el no te merece, iré a decirle que nuestro trato se cancela, mi futura Tsugoku merece lo mejor.—.El demonio acomodó algo entre sus oídos, al sentirlo había unos aretes de Hanafuda colgando de sus lóbulos, ella lo miró confundida.

—-Cuídate, mocosa, a partir de ahora tu me perteneces.——Kukoshibo desapareció una vez más en un reflejo, Hanako se quitó los aretes para observarlos con más detalle, eran idénticos a los que ella decidió guardar, solo que en cada una había una media luna en cada una de ellas.

——¡Hanako!... ¿Estás bien?.—-Giyu llegó a donde estaba ella, no iba solo, con el estaba Tanjiro, ella inmediatamente escondió los aretes detrás de su espalda, dándole una sonrisa nerviosa a su pareja quien la abrazó.

——¡No vuelvas a hacer eso! Volvamos a casa para arreglarte el cabello, no vuelvas a preocuparnos de ese modo.—-Su esposo la abrazó con fuerza para impedir su escape, Hanako por otro lado correspondió a su abrazo aunque Tanjiro le sonrió, ella solo bajó la mirada.

𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒 (𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐥𝐚𝐲𝐞𝐫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora