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Hanako volvió a su finca, aún seguía suspendida por lo que aprovechó para lavar la ropa seguido de limpiar un poco su hogar, pues hacía días que Giyu se había tomado un tiempo a solas, ella lo comprendía, le había hablado de su hermana y de Sabito, logrando entender porque el se negó a entrenar con los demás, simplemente le daba su espacio aunque al final terminaba por ir a su finca para pasar tiempo con el, proponiendo que vivieran juntos para que ninguno estuviera solo, era casi media noche cuando ella estaba quitando las sábanas de los tendederos, cuando su vista se levantó para ver a Giyu, al parecer se había tomado el día con Tanjiro, cosa que le dio lo mismo, simplemente sonrió y dejó la ropa en la cesta para correr hacia el.

—-Bienvenido, Giyu.—- La chica le abrazó, Giyu fue quien la imitó al abrazarla también, poniendo sus brazos sobre la cintura ajena para apretar ligeramente y mantenerla demasiado cerca.

——Gracias.—- Como siempre, sus respuestas eran cortas, tranquilas, la mujer sonrió al saber que el había vuelto, por un momento quiso separarse pero el agarre de su pareja se volvió más duro, apretándola contra el.

—-¿Te pasa algo?.—- El azabache negó, poco a poco fue soltando a su pareja, la chica al mirarlo a los ojos, pudo notar una mirada distinta, estaba sonriendo, se le veía muy animado, pese a que siempre se veía un semblante serio y relajado, sus ojos transmitían otra cosa, deseo.

—-Ven, llegaste a tiempo para preparar la cena, debes descansar. —- Hanako volvió a sus labores cuando Giyu le quitó el cesto de ropa para adelantarse, la chica borgoña no detuvo a su pareja, simplemente agradeció su acto.

—-Creo que me iré de nuevo, acepté el entrenamiento para los cazadores, me iré en la mañana pero quería al menos estar contigo esta noche.—- Giyu dejó el cesto sobre el mueble de caoba que estaba en la sala de estar, un poco triste la chica asintió, caminando hacia el, su diestra fue a la mejilla ajena donde Giyu acuno su rostro, como si de un pequeño gato se tratara, el chico restregó su mejilla sobre la fría mano de su mujer.

—Entiendo, cuando pueda volver a sede también me encantaría entrenar a los novatos, sinceramente me gustaría...

Fue interrumpida por su pareja, quien le tomó de la mano para salir de la finca sin mediar una explicación, caminaron juntos hacia la laguna donde el la entrenaba, haciéndola sonreír de solo sentir nostalgia. Amaba ese lugar, para ella era más que un laguna, era un bello recuerdo donde se conocieron, donde se ella se enamoró de él. Por otro lado, Giyu estaba nervioso, dejó a su novia confundida cuando el le dio la espalda, poniéndola nerviosa.

——Hanako....——La voz de Tomioka hizo que ella empezara a sobre pensar, esperaba una respuesta y sin embargo el no hacía nada más que quedarse en silencio sin darle la cara.

—-Dime, ¿Esta todo bien?.—- La chica empezó a sentirse ansiosa, sus manos temblaban al temer lo peor.

—-Tranquila, no vamos a terminar nuestra relación, todo lo contrario, quiero mejorarla, deberías agradecer a Tanjiro, el fue quien me motivó a hacerlo.——.Escuchar el nombre del chico sin duda borro su sonrisa y ahora mostraba un semblante molesto, por más que intento estar en calma, esto la hizo sentir peor que antes.

Giyu se dio la vuelta para quedar cara a cara frente a su novia, la chica ahora tenía varios tonos de sonrojo en sus mejillas y sin resistirle la mirada la bajo, detestaba que el era su punto débil, ella pronto sintió como la tomaba de ambas manos, apretándolas contra las suyas mientras las acariciaba, generando que mirara a su novio una vez más, en el había una mirada llena de varias emociones, incluso se le veía nervioso.

Giyu trago en seco, intentando aclarar su garganta al pensar en una palabra correcta, algo bueno que decir pero su lengua se acalambro, hablando en un suave susurro que solo ella pudo escuchar.

——Quiero que seas mi esposa.

𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒 (𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐥𝐚𝐲𝐞𝐫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora