-¿Para qué quieres ver a tus hermanas? ¿Por qué siquiera preguntas eso? Los prisioneros no son asuntos de la realeza
-Mi familia es asunto mío -dijo
No era realmente que les agradara, pues sabía que ellas la despreciaban. Ni la amaban y se habían asegurado de demostrarles cada día de su vida que ella no valía nada. Que era solo una molestia.
Elian rio de mala gana -claro, había olvidado que quien estaba tras esas rejas llevan tu sangre- entonces la miro y su semblante cambio casi como si la compadeciera -quizás sea algo que puedas hablar con el rey
-El rey no esta
Eso la hizo mirarla de nuevo con suspicacia -¿acaso esta interrogación es apropósito? Has elegido precisamente este día, y este momento para hacerlo. Y entre otras cosas ¿Qué ha pasado esta noche? El rey regreso con un rostro de temer. ¿Qué ha pasado para que se molestara tanto? ¿y que le paso a tu vestido?
Arista ignoro sus interrogaciones y se sentó en su cama. -¿me vas a ayudar a mi primero sí o no?
El joven suspiro. -mira, levántate de ahí. Soy la mano derecha del rey. ¿Cómo haces eso con tanta confianza sentándote en la cama de otro hombre?
-¿Qué conozca mi puesto?
-Eres demasiado ingenua. Podría hacer algo a la fuerza y ni podrías detenerme.
-¿Lo harías?
Elian se sonrojo -¡claro que no! -suspiro agotado mentalmente y su mano viajo a su frente casi frustrado – mira, lo que trato de decirte es que debes tener cuidado. Yo no soy cualquiera, soy fiel al rey. Pero no todos son así. -dijo - Ahora tú, deberías irte ahora
-Te diré que paso esta noche con la condición de que me lleves a ver a mi familia. Y por tu respuesta puedo darme cuenta de que siguen con vida
Él se cruzó de brazos, una señal de que aún estaba cerrado al tema -¿a quién quieres ver?
-Solo a mi querida madre y a mis pobres e indefensas hermanas.
-¿Solo a ellas? ¿a nadie más?
Eso llamo su atención -¿a quién más podría solicitar ver?
Ambos comparten solo un minuto
-A nadie más -dice mientras suspira y desvía la vista -sígueme- dijo.
Aun así, ella no puede dejar de pensar de que se ha perdido de algo aquí.
Cuando el la guía dentro del mismo castillo, y empieza a bajar más profundo y pasan por varios guardias es cuando se le hace obvio que ellas están aquí. En este castillo. Han estado bajo sus pies todo este tiempo
-A solas -le pide ella en algún punto
Elian se detiene y solo le asiente. Luego ambos retoman rápidamente su caminata.
-Abre la reja, -entonces el hombre lo hace a la orden de Elian. Y no dice nada cuando ve a la muchacha -Pasa- le dice esta vez a Arista
Ella asiente y en medio de la oscuridad se mueve, luego siente el ligero agarre en su brazo -no hagas una tontería. Te lo advierto. Las celdas son imposibles de abrir.
-Soy una joven desconsolada viendo a su familia ¿Qué tanto podría hacer? Si quieres puedes requisarme -dice abriendo los brazos
Elian niega – no te tocare. Y...-la mira – por eso mismo te lo digo, la desesperación es un arma absurda. Loca, extraordinaria y tonta. La desesperación no conoce de miedo o de sentido común. ¿entiendes?
Ella le asiente
-Solo piensa con la cabeza antes de cometer una tontería - y solo entonces le suelta el brazo
Arista siguió caminando con la poca luz que salía de las antorchas de la pared.
Si Elian tan solo supiera que claro que estaba usando la cabeza. Mas de la cabeza. Su cerebro era lo único que la salvaría de esta situación.
-¿Q-quien está ahí...?- y una voz reconocida salía de uno de los pequeños cubículos
Cuando ella se adelantó y salió de la oscuridad ante la primera celda vio a la nueva mujer en la que se había convertido
Y sus ojos castaños la miraban desde lo alto -Cuanto tiempo sin verte, madre.
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El rey me hizo su reina
FantasyLa princesa Arista jamás se había sentido como alguien afortunada. Era una princesa bastarda, no deseada, y odiada. Maltratada tanto por su madrastra como por sus hermanastras. El destino de su reino estaba marcado por la mano del rey Karim. Un homb...