Los primeros pasos que dieron por el desolado reino la llenaron de un sentimiento de añoranza y terror
-Realmente es un pueblo fantasma ahora...-murmuro ella observando todo lo que la rodeaba
Casas del pueblo abandonadas. Totalmente deshabitadas -¿Qué le sucedió a toda esta gente?- pregunto
-No las matamos. Si es lo que me estas preguntando- menciono mientras insto al caballo a seguir su trote
-¿Están en tu reino?
-Están en distintos reinos. Fueron repartidos por los territorios. Pero no separamos familias. Se juntaron por como quisieron y según los cupos se repartieron nuevas viviendas. Están bien ahora. No dejamos a nadie desamparado. Además, -dudo si decir lo siguiente, casi como meditándolo – tu reino ya no poseía tantas riquezas... tu pueblo sufría por la bancarrota del reino
-No sabía que estábamos en quiebra -reconoció ella como una nueva verdad abriéndose ante sus ojos. ¿Qué clase de princesa había sido en todo este tiempo? No se había preocupado por su gente. Ni por el trono. O por ella misma. Sus hermanas y madrastra tenían razón, ella jamás hubiera sido digna del título.
-Si... tu padre hizo muy malos negocios. Y mucho del dinero que llego a obtener era dinero sucio. Manchados de sangre. Sin honor -suspiro -son cosas que no me gusta recordar y creo que tú tampoco deberías. Aunque después de todo, este lugar me trae recuerdos
-Tu viniste aquí muchas veces de joven. Vestías como un chico más del pueblo
-No me dejaban salir -admitió.-me escapaba vestido de plebeyo. Típica historia, supongo.
-En mi caso, creo que parecía más una plebeya porque desde que murió mi madre, y luego mi padre, pase a manos de la única familia que me quedaba. Decían que no era tan bonita para llevar ropa cara
-Eso es una estupidez.
-Si. ¿acaso llevar ropa cara te hace mejor?
-Me refería a lo de que no eres bonitas
Ella enmudeció levemente ruboriza -¿Cómo puedes soltar comentarios así tan tranquilo?
El rey inclino levemente su cabeza y sonrió -es fácil hablar cuando dices la verdad- y sus cabellos se mecían gentilmente por el trote leve del caballo
Arista lo guio rápidamente hacia la parte trasera del castillo. Lugar donde sabia de miles de pasadizos y entradas secretas- como en mi casa no me prestaban mucha atención, siempre iba y exploraba todas partes. Así conocí este lugar -entonces desmontaron y lo guio al interior
-¿Segura de que no hay trampas por aquí?
-Segura que no. Además, creo que además de mí, nadie sabe de la existencia de estos pasadizos. Y si los conocieran seguro se perderían. Yo me perdí varias veces antes de conocer todo este lugar. Nadie sabría por dónde girar.
-Eso consuela eh...
-Sígueme- le insto al rey mientras iba más rápido.
-Sabes... puede que no hayas estado aquí en mucho tiempo, pero... pienso que si hubiera habido algo aquí antes quizás ya lo hubiéramos encontrado. Puede que el panorama que te encuentres no sea el mejor...
-¿Por qué lo dices?
Cuando llegaron al salón principal del castillo Arista sonrió y corrió escaleras arriba al estudio de su padre. Lugar donde antes siempre trabajaba y desde que "murió" no la habían dejado entrar
-¡Arista!- había gritado el rey, pero ella llevaba por su emoción solo siguió corriendo
Cuando llego al estudio fue como si la hubieran abofeteado. Todo estaba hecho un desastre. Las estanterías de vidrio rotas. El escritorio destrozado. Y unos pasos más llegando atrás de ella -sabía que habían invadido Amcher, pero... no sabía que habían destrozado todo el lugar...
-Buscábamos información- fue una excusa no tan patética
Ella suspiro -no importa... solo eran cosas, al fin y al cabo -trato de que todo esto no le afectara
¿Desde cuándo se había pasado al bando del "enemigo"?
¿Debería sentirse culpable por eso?
Amcher quedara atrás en la historia como un reino que existía y ya no más.
-Debe estar aquí... -murmuro sin perder la esperanza cuando se dirigió al armario -dijo que había un lugar secreto. Quizás en el piso. Una rendija... la caja vieja...
-No creo que...-el rey estiro la mano, pero no se atrevió a tocarla en su estado de estupor.
Y milagrosamente, el piso se mueve
El sonido fija al rey en el suelo mientras la ve a ella agachada sacando algo de un hueco que se ha abierto. Una caja. La abre. Y agarra en su mano lo que parece ser un relicario -la foto debe estar adentro -suena la vocecita de ella
Karim toma aire -puedes mirarla. -propone. Pero al ver que no se mueve intenta de nuevo – o puedes mirarla luego. No tiene que ser ahora. Quizás... quizás solo cuando te sientas lista.
-No. Debo verla ahora. Han pasado muchos años...
El rey comprende lo personal que es esto -en ese caso, puedes mirarla solo tu
Ella alzo los ojos a él y le asiente. -Gracias.
Toma el relicario como su mayor secreto. Se levanta, toma aire y lo abre...
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El rey me hizo su reina
FantasyLa princesa Arista jamás se había sentido como alguien afortunada. Era una princesa bastarda, no deseada, y odiada. Maltratada tanto por su madrastra como por sus hermanastras. El destino de su reino estaba marcado por la mano del rey Karim. Un homb...