Capítulo 21

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No sería de extrañar que la reemplazaran, después de todo no había sido útil en nada desde que llego

Sin embargo, aquella mirada de la chica... Esta había mirado directamente hacia ella.

La estaba retando.

Retando a saber quién era mejor bruja.

¿Acaso se lo habían contado? ¿le habían dicho que se suponía que ella era una "bruja"?

Su expresión de desconcierto pareció delatarla

-Ella lo sabe. No te preocupes, no dirá nada -anuncio Elian tranquilizándola

Pero hizo todo menos tranquilizarla.

-¿Cómo se supone que lograra eso?-interrogo el rey

La muchacha bajo la mirada tímida -con tanta gente su majestad no pretenderá que se lo diga. Me gustaría conversar con usted en privado sobre esos temas más delicados

El rostro del rey no titubeo, ni siquiera cambio – Ellos dos tienen mi completa confianza. Pueden escuchar todo lo que me diga, después de todo, aunque me lo diga en secreto luego yo se los contare a ellos- y muy tranquilamente procedió a tomar su cuchara para degustar de su sopa

Arista nunca pensó en verlo tan tranquilo cuando ella sabía lo desesperado que estaba por romper su maldición. Esta chica le estaba diciendo que había hallado la cura, y el actuaba como si le dijera que hoy también salió el sol.

Ella y Elian se miraron en automático. Ambos con la misma pregunta ¿Qué pretendía hacer el rey?

-Pues... si su majestad dice confiar en estas personas. Estará bien por mí. -los miro con intención a los dos de la mesa. Hacia Elian y Arista. – son dos brujos que no han tenido buenos resultados, pero yo creo haber encontrado un ritual antiguo y poderoso. Normalmente se necesita la energía de algunos brujos para realizarlo, pero en mi caso -se señalo con aires de suficiencia - puedo hacerlo sola. Solo hay algunos detalles mas que debo...

-Bien. Puedes trabajar con mis dos brujos entonces.

-Pero yo acabo de decir que...

Los ojos rojos del rey se posaron fríos sobre ella -jamás dejaría que usaras magia en mi sin que antes mis confidentes lo evaluaran primero. Debe ser seguro también. Además, falta que añadas tus detalles y confesiones. ¿Qué quieres a cambio si funciona?

-Mi rey, el simple placer de ayudarlo para mi, es mi recompensa

-No me diga -soltó con sorna. Se estaba burlando de ella

El rostro desconcertado de la joven era algo maravilloso de admirar. Estaba claro que no entendía como el rey no caía ante sus provocaciones, o mejor dicho; insinuaciones. Pero Karim siempre pudo ver a través de la fachada, nunca amo a los aduladores.

-Pretendes quedar bien conmigo. Pero eres demasiado lista para ello. Dime tu precio, bruja- soltó

-Mi nombre es...

-No tengo que saberlo. No me interesa saberlo – el rey hablaba con desinterés. Lo cual era absurdo aquel trato. Uno no le hablaba así a su posible salvador. – dime que quieres.

Los ojos verdes de la chica lo miraron con astucia esta vez -bien. Si yo logro liberarlo de su maldición quiero el mismo trato que ella obtuvo-miro hacia Arista.

Arista solo dio un respingo en su silla sin comprenderlo -¿Qué?- murmuro

-Si yo lo hago antes que ella, yo, -miro hacia el rey -seré su esposa

Un silencio se instalo en la sala. Todo en tensión, todo callado, todo en desastre.

¿Qué?

¿Ser la reina?

Que tontería

¿Por qué quisiera eso siquiera?

¿Sabía del trato? ¿y como?

No estaba entendiendo nada

El rey Karim sonrío satisfecho de saber sus verdaderas intenciones. Se inclino en su asiento y se cruzo de brazos y muy confiado dijo – bien. Es un trato

Los ojos castaños de Arista se posaron en el rey

¿Qué estaba haciendo? ¿Qué pretendía? ¿Cómo podía pedirle a ella que sea su reina y querer reemplazarla así de fácil? ¿o es que estaba tan seguro de que ella no perderia?

¿Acaso nadie le habia dicho al rey que ella era una mala apuesta?

Que horror.

-Karim...-trataba de intervenir ella

-Podemos hacer una competencia -continuo el

-¿Una competencia, mi rey?-pregunto Elian quien no daba crédito a toda esta situación armada

-Si. Una competencia. Sobre quien de las dos es la mejor bruja

-¿Y que propone para eso? ¿Cómo podemos probarlo? - interroga la chica sumamente interesada

De ninguna manera. No. No. No. Arista ni siquiera había aceptado ninguna de estas tonterías.

-Quizás una serie de retos. -murmuro el rey – puedo... -lo pensó – ya lo se. -luego se paró – mi reino había estado tratando de hacer unas remodelaciones en el ala Este. Pero como entenderan todo eso toma tiempo y recursos. Pueden ayudarme con eso. -dijo -Ya se lo que harán. -declaro

Su corazón latiendo a mil por hora. Sus ojos mirándolo desconcertada

-Ustedes dos -sonrío -explotaran una torre

¿Una qué?

El rey me hizo su reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora