Capítulo 39

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Cuando los ojos de la joven se entornan por completo hacia los tres rostros se sienta de golpe al reconocer a uno de ellos

-¿Estoy soñando? ¿ya me morí?

-¿Sueñas conmigo, Arista? Encantadora

Ella sacude su cabeza y mira a su alrededor -¿d-donde... dónde estoy?

-¿No lo recuerdas?

Ella se toca la cabeza, se siente algo mareada aun – no... -lo piensa -si -se corrige -estaba... estaba viajando a Ostel. Y... debí... debí estancarme aquí.

-¿A Ostel?- Fell la mira confuso -¿Dónde está Karim?

Ella siente como le duele el corazón la mención de ese nombre y por vergüenza baja el rostro – en su reino. No le he hecho nada. Solo me he marchado

-¡¿Has huido?!- pregunta una de las chicas al lado del rey Fell

-¡No!- se apresura a contestar mirándolas desesperadas porque le creyeran -yo solo... el me dejo ir. Me dejo marchar. ¡Deben creerme!

-Claro que debemos creerte -suelta una de las jóvenes de mala gana – porque sino es así, pensara que Fairy ha hecho traición en secuestrarte ¿no tendremos problemas por esto, o sí?

-No. Claro que no. El me otorgo la libertad.

Fell permanece callado, pero sus ojos amarillos no le quitan la mirada de encima, aun sin comprender, está atento. Si Karim parecía amarla tanto a esta chica, ¿por qué la dejaría marchar?

-Eso no suena a Karim- murmuro Alice con ceja enarcada

-Mi magia no te afecta, -dice una de las jóvenes llamando su atención hacia ella -¿Por qué? ¿Cómo? Ni siquiera siento magia en ti

Arista piensa que podría decir una mentira. Inventar algo. Pero no... estaba cansada de ellas. Las mismas mentiras fueron las que la trajeron aquí. Nunca había sacado nada bueno de ellas. Así que si, sin importarle ya nada, y sin ánimos de ocultarlo, esta confeso -estoy tocada por la magia. Por eso no me afecta ninguna otra magia. Al parecer... la magia no se sobrepone a otra.

Los tres se miraron en automático

Es Fell quien regresa a ella y habla por fin – el día de la fiesta te logre hechizar

Ella se encoge de hombros -losiento, solo fingía

El chico suelta un suspiro -si eso es cierto, tiene sentido porque el rey te quería. ¿Qué haces de especial?

-Podía ver la sombra del rey -dijo – y podía hablar con esta sombra, esos son los restos de lo que la magia hizo en mí. Karim creyó que podría romper su hechizo, así que le hice creer que era una bruja. Pero no lo soy. No tengo forma de ayudarlo.

-Que tontería -suelta Alice por inercia

-Ahora no, -se queja su hermana, y regresa a la chica herida – lo que dices es terrible. Tuviste suerte de que el rey no te matara por traición. Si le mentiste no entiendo porque te libero. Y fuera de eso, el hecho de que puedas hacer algo así me hace pensar que tu toque de magia lo lanzo alguien muy muy poderoso.

-¿Deberíamos creerte?- le interroga Fell

-Si. Mi madre fue hechizada cuando estaba embarazada de mí, por eso nací así. ¿Por qué mentiría?- se sinceró ella ya derrotada -ya no me queda nada... además, no estoy pidiendo asilo. Seguiré mi camino pronto

-Así que una magia heredada... como un hechizo, o una maldición traspasada...

-¿Te marchas?- pregunto en Camelia preocupada por el estado actual de la chica

El rey me hizo su reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora