Luego de aquel día Arista decidió quedarse, al menos por el momento. Pasaron semanas juntos conociéndose más y tratando de averiguar cómo ayudarla. Y claro, también en busca de respuestas
-Primero debemos averiguar qué clase de hechizo te lanzo esa bruja.
-A mi no, a mi madre-le corrigió ella
-Es lo mismo, quedo en ti. Lo usual es que eso se elimine, no que pase al hijo. ¿entiendes?
-Quizás fue una magia muy poderosa...
-Debió serlo para que Opeclia hubiera tenido miedo. O al menos lo suficiente para huir. -dijo Camelia interviniendo
-Puede que cuando huyera ya estuviera hechizada... quizás lo hizo así porque pensó que esa magia podría herir al reino...-dijo Alice
-O, puede que la hechizaran después. Quizás huyo primero, se escondió, pero aun así esa bruja la encontró y luego la hechizo... y...
-Debo recordarles que todo lo que estamos soltando son meras hipótesis y suposiciones -interrumpio Fell a sus hermanas
-No importa -dijo Camelia -las teorías son buenas
-Bueno, podemos seguir recopilando mas y...
-Tu deberías enfocarte más en tu trabajo -le dijo Arista a Fell recordándole que tenía un reino que mantener
-Estoy al día, no te preocupes. Ya casi me suenas igual a Camelia
Su hermana fruncio el ceño.
Arista en cambio miro otra vez hacia la manga del rey y sintió culpa. No podía evitarlo. Siempre lo hacía. Y más aún, cuando descubrió que Fell era su familia. No es que no le hubiera dolido ya si este solo fuera un desconocido, pero ahora suponía que la culpa pesaba aún más.
-Dar una mano es poco por mi reina- dijo el dándose cuenta de lo que ella hacia -no ganas nada torturándote de esa manera
-Ya no digas eso, me siento terrible cada vez que la veo. O bueno... no la veo... Además, no soy reina de nada. Y mi culpa es bien merecida.
Camelia y Alice se miraron entre ellas. Aquel gesto que parecía como si Arista siempre las estaba decepcionando. Se sentía terrible, pero nunca nadie antes había esperado nada de ella. Tener una barrera muy alta la mortificaba un poco. Vivía a la expectativa ahora.
-Sabes, -le menciono ella a Fell decaída- creo que mi padre tenía razones justificables para odiar a mi madre. Después de todo, ella le hizo creer que le había sido infiel a su tan amada esposa, a la cual por cierto adoraba, incluso ahora, de alguna forma eso fracturo su matrimonio. Y al final, todo había sido falso. Mi antiguo padre sí que le fue leal a su esposa, aun hasta el día de hoy lo es, porque la ama a ella, y a sus dos hijas. -y no se incluyó a ella misma ahí. Ese era un círculo al cual jamás perteneció y ahora comprendió el porque
Arista pensó en su antigua familia... quizás aun hubiera una oportunidad para ellos también, si el antiguo rey de Amcher salía vivo del reino y de las manos de Karim, este podría volver con su familia que tanto amaba y ellas volver con él.
Fell la miro -si ese hombre en su corazón siempre le fue fiel, y sientes eso por tu madrastra y hermanastras, quizás algún día cuando las veas de nuevo, puedas decírselos. Regalarles su propia verdad.
Arista se prometió que lo haría, porque al menos les debía eso, se merecían eso.
-Quizás sea tiempo de enmendar muchos errores -reconoció ella y luego miro hacia el balcón. No se imaginaba gobernando un reino ni de chiste, pero si se podía imaginar tratando de ayudar a otros.
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El rey me hizo su reina
FantasyLa princesa Arista jamás se había sentido como alguien afortunada. Era una princesa bastarda, no deseada, y odiada. Maltratada tanto por su madrastra como por sus hermanastras. El destino de su reino estaba marcado por la mano del rey Karim. Un homb...