~ Capitulo 5~

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Me encuentro en el bosque corriendo y siento que me están persiguiendo pero no paro de correr hasta que encuentro un escondite y tengo el corazón a mil, me miro las manos y las tengo llenas de sangre, estoy nerviosa y temblando cuando de repente alguien  me toma por detrás y me cubre la boca para que no gritara me gira hacia su posición y es una sombra de alguien, no alcanzo a identificar bien quién es ya que todo es nublado y borroso.

- Shhhhh, tranquila no grites- retira su mano de mi boca- voy a sacarte de aquí- dice mientras toma mi mano para levantarme y huir de allí.

-Quién eres tu? – pregunto confundida y todavía aturdida.

- No me recuerdas? – nos detenemos junto a un árbol donde todo se pone aún más nublado.

- Debería recordarte?…

Me despierto con la respiración acelerada y el pulso a mil, me limpio el sudor frío de la frente y miro la hora. Es la una de la madrugada y bajo a la cocina por un té relajante para volver a conciliar el sueño, últimamente he venido teniendo esas pesadillas que no recuerdo muy bien ya que todo es borroso y confuso, vuelvo a la cama pero antes de dormir toco la cruz en madera  que se encuentra en la mesita de noche que me regalo mi madre y quedo observando el techo de la habitación .

Cuando suena el despertador maldigo para mis adentros y me tapo la cara con la almohada, luego recuerdo que debo ir a clases si no quiero tener un reporte negativo en mi currículum.

Amanecí de mal humor por no haber dormido bien la noche anterior.

Le conté a Tamara lo que había sucedido esa misma noche mientras me limpiaba las heridas que me habían provocado esos tipos, ella se sorprendió analizo la situación y después se molesto conmigo porque no le había avisado nada a nadie para que acudieran en mi ayuda y se fue sin despedirse gritando que yo era una muy mala amiga, pero solo le bastaron menos de 24 horas para que volviera a hablarme y se disculpó conmigo por ser una mierda de amiga y me ha consolado todos estos días, así es ella pasa de ser la persona más distante y fría del mundo a ser la más cariñosa y comprensible que pueda existir.

Ya es viernes lo que significa que hay fiesta en la noche a la cual no voy a ir, pero Tamara me va a convencer. Ya estamos en la escuela alistándonos para la clase de atletismo cuando nos dirigimos a la cancha vemos que todas las chicas están posando su mirada en alguien, dando brincos y saltitos de emoción tratando de llamar la atención.

Cuando miramos quién es me quedo congelada y paralizada al recordarlo… esto no puede ser cierto. Mierda!

- Esto tiene que ser una maldita broma- exclamó frustrada llevándome las manos a la cara a modo de agotamiento.

- Pero de qué hablas?. Que paso?- pregunta Tamara en su ignorancia.

- Te acuerdas del chico que te comenté la otra noche – me recorre un escalofrío de tan solo pensar en lo que sucedió – es el chico que me salvo el otro día y el que me ha estado siguiendo todo este tiempo.

- Ohhh ese chico, el sin nombre– Tamara alza las cejas y hace memoria de lo que le conté – pero no dijiste que era guapo, esa parte te la saltaste – me regaña pegándome en el hombro a modo de juguetón

- Bueno si ese no es el punto – trato de disimular mi nerviosismo.

- Pero enserio si que es atractivamente sexy! - Exclama mi amiga mirando en dirección al chico- y viene para acá.

No lo pienso dos veces y agarro a Tamara de la muñeca guiándonos fuera del radar de ese chico. Prácticamente nos dirigimos al ala contraria del edificio de la escuela.

Reflejo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora