~ Capitulo 17 ~

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Ya estoy entrando a mi casa y me despedí de Leo un tanto cortante ya que no he dejado de pensar en lo que acabamos de ver, es que como es posible que los hermanos de Tamara estuvieran en mi casa sacando quien sabe que y se lo llevarán a ese lugar sospechoso.


Me dirijo a mi habitación y me encuentro con una sombra prendo la luz y casi me voy de para atrás de susto.


- Pero que mierda, casi me matas del susto – le reclamo ya que no me gustan este tipo de apariciones.


- Hola para ti también – dice recargado en mi escritorio.


- Agg ¿otro con el mismo cuento?, se nota que son hermanos – le digo furiosa – ¿que haces es mi habitación Matt?


- Quería saber cómo estabas, si te encontrabas bien- dice tranquilamente con las manos en los bolsillos de su pantalón. Lleva un buzo gris con capucha y se la coloco por el frío que está haciendo y por encima lleva tu típica chaqueta negra de cuero.


Porque tiene que ser tan lindo.

Enfócate en lo importante ahora Elena – dice mi conciencia que al parecer es lo único bueno que ha dicho en días.


- Estoy bien gracias – digo arrojando mi bolso a no se dónde y me tiro en la cama sin importarme la presencia de Matt.


- Que tal tu cita con mi hermano? – pregunta ya más serio.

- Primero no era una cita, era una salida de una apuesta donde yo gane y segundo ¿como sabías que estaba con Leo? – le cambio de inmediato la conversación.


- Porque vi que te trajo en su auto hasta aquí – me mira de reojo desde su posición de pie.


- Entonces estás celoso – contraataco
- De mi hermano menor, nunca, y menos si se trata de chicas.


Eso último que dijo me avergonzó bastante y de inmediato se me suben los colores a la cara y para que él no se de cuenta me cubro el rostro con la primera almohada que encuentro. Él se fija en los gestos que yo hago y suelta varias carcajadas.

- Oye de que te ríes – le digo seria lanzándole un almohadazo.


- Nada. Solo que a veces eres tan tierna e inocente que no puedo soportar el no reírme – se sigue burlando de mi.


- Bravo, ríete todo lo que quieras – aplaudo de manera irónica. – si ya terminaste tu show de risas puedes retirarte de mi casa, estoy exhausta y no tengo energía para tus idioteces.


- No me iré de aquí, tengo que asegurarme de que no te vas a escabullir a media noche a indagar sobre el lugar que acabas de descubrir – recupera su postura ya con el ceño fruncido nuevamente.

- Como sabes lo acabamos de ver – y caigo en cuenta – ah, ya, claro fue tu hermano el que te dijo cierto – digo aún más enojada y con mucha ira.

- Solo te estamos protegiendo, de acuerdo.


- De quien? – exclamo enojada – de mi padre ausente? De las personas que quieren hacerme daño o de mi familia que no entiendo la razón del por qué? – rendida me levanto de la cama y paso de él – sabes que haz lo que quieras, mañana hay escuela y no quiero pelear sabiendo que voy a perder ya que no me vas a decir lo que realmente está pasando.


No dice nada, pero si que veo en su mirada un atisbo de decepción ya que el quiere contármelo pero no puede y lo entiendo, tampoco lo voy a presionar para que me diga lo que sabe ya que las batallas con él  siempre son perdidas y me deja más dudas que respuestas.


Estos dos chicos me están mareando y el rumbo que está tomando está situación no me gusta para nada, así que no les voy a dar esperanza a ninguno de estos dos. No quiero que se peleen por mí ni mucho menos que terminen su relación de hermanos además de que es poco llevadera no quiero que se rompa el poquito de cariño que esos dos se tienen.

Ashhh cuando se estaba poniendo buena la contienda entre hermanos. Ni siquiera alcanzamos a besarnos a uno.


Cállate ya estúpida conciencia. Ahora no quiero tus reproches.


Matt me da mi espacio y dice que se va a quedar en la planta baja vigilando en el sofá. Y es un completo alivio ya que no quería que estuviera aquí mientras duermo. Eso me da miedo. No sin antes sacar de mi cómoda unas mantas y entregárselas para que no se muera de frío.


Hablo con Tamara por FaceTime mientras me pongo mi ropa para dormir y me pregunta por la cita que tuve con Leo y le di los detalles omitiendo lo que descubrimos al llegar a mi casa, prefiero contarle eso en persona.


Doy vueltas en la cama y no puedo conciliar el sueño, así que bajo a la cocina para preparar un vaso con leche caliente y miel, eso siempre me lo daba mi madre cuando no podía dormir para no intoxicar mi cuerpo con los medicamentos que me estaba dando la psicología.


Me dirijo a la sala para comprobar que Matt se encuentra allí y efectivamente está en el sofá durmiendo. Me quedo contemplando su perfecto rostro donde tiene las facciones relajadas y ya casi no se le notan los moretones que esos tipos le hicieron el día que me querían hacer daño, su respiración está totalmente relajada y tiene una mano en el pecho y la otra la tiene de tras de su cabeza, sus largas piernas se salen del sofá lo que me causa ternura y se me escapa una sonrisa.


Matt realmente es un chico muy sexy y ni hablar de sus bellos ojos azules, lo que contrastan perfectamente con sus largas pestañas que rozan sus párpados


- ¿Te vas a quedar parada ahí escaneándome toda la noche? – dice con su voz ronca aún con los ojos cerrados.

- Como sabes que era yo- me sorprende que me reconozca sin abrir sus ojos.

- Te observe dirigiéndote a la cocina – dice aún con su voz ronca.

- Entonces te estabas haciendo el dormido?! – digo indignada- que narcisista eres – exclamó.

- No soy narcisista, solamente no quería arruinar tu momento contemplándome – se le escapa una sonrisa socarrona y me pongo colorada al instante.

- Pues para tu información ya me iba.


- No, espera- dice cogiendo mi muñeca rápidamente y no la retiro – no puedes dormir? – en un movimiento ya estoy frente a él.


- Cómo sabes que no puedo dormir? – digo despacio hipnotizada por sus ojos brillantes.


- La leche caliente me lo confirma.

- Pues estás en lo cierto, mi madre me daba leche caliente con miel cuando no podía dormir – observo su expresión de preocupación al mencionar a mi madre.


- Si quieres puedo hacerte compañía en tu cuarto mientras te agarra el sueño – sugiere atrayéndome un poco más hacia él – claro esta yo duermo en la silla y tu en la cama -pero yo le sugiero algo mucho mejor.


- Y si mejor dormimos juntos en la cama – digo un poquito avergonzada y el alza las cejas sorprendido ,- no me mal entiendas solo vamos a dormir, con ropa y ya está. – sigo avergonzada alzando la mirada y le siguen brillando esos ojitos que tanto me gustan.


No lo piensa dos veces y ya nos está guiando hasta mi habitación sin soltar mi mano; entramos y yo me trató de acomodar de mi lado de la cama mientras él se está quitando sus convers negras y su chaqueta pero se deja el buzo gris por el frío que está haciendo. Él se recuesta en la cama y yo le doy la vuelta del otro lado para no mirarlo directamente a los ojos porque sé que no me voy a contener.


Él se voltea del mismo lado y se acerca más a mi sintiendo su respiración en mi nunca y se me eriza la piel sintiendo su masculinidad tan cerca.


- Puedo hacerte una pregunta – dice y asiento – No puedes dormir porque tienes pesadillas? – susurra ya con la respiración más calmada.


- Si – respondo adormilada.
- ¿Y que tipo de pesadillas son esas? – pregunta intrigado.


- Solo era una pregunta , con esa serían dos.


- Lo siento no era mi intención…


- No te preocupes, algún día cuando nos conozcamos mejor te las contaré – digo sin energía bostezando cayendo en un sueño profundo escuchando los murmullos de Matt a mi lado.


- Solo tienes que recordarme Elena, nos conocemos desde que éramos unos niños.


Y ya no escucho nada más y eso último me deja pensando pero lo dejo pasar, siento que él coloca su mano en mi cintura y me atrae más a su cuerpo lo cual se siente bien estar de esto modo. Es cálido y reconfortante
Es la primera vez que duermo con un chico y no se siente tan mal como yo lo creía.

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xo

Reflejo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora