~ Capitulo 41 ~

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Llegamos a uno de los hoteles de mi padre, este queda casi a las afueras de la ciudad, es más como una casa hotel campestre, es demasiado sencilla pero es tranquila y agradable, las habitaciones son amplias y nosotros tenemos nuestro propio espacio, que es como si fuera nuestra casa pero un poco más pequeña.


Estacionamos y menos mal nadie nos hace preguntas, nos dirigimos a nuestro condominio, en la recepción me dan las llaves y nos dan la bienvenida.


- Buenas Noches Señorita Elena, que descansen – nos dice la persona encargada de la recepción.


- Por favor ni una palabra a mi padre de esto, no quiero que se entere que estoy aquí.


- Si señorita, como usted diga, si necesita algo más lo puede solicitar por medio del servicio – me avisa.


- Gracias Pablo – él asiente – dale saludos a Becky.


- Se lo haré saber señorita.


Empezamos a caminar rendidas por el largo día que hemos tenido que pasar.


- Quien es Becky? – pregunta Tamara.


- Es la hija de Pablo, ella estudia en Japón porque su familia materna es de haya y pues se están compartiendo la custodia, ella tiene nuestra misma edad, es una gran chica, es tímida pero agradable.


- Mmm ya, no sabía que tenías otros conocidos.


- Si bueno cuando mamá estaba con nosotros era obligatorio ir a los eventos absurdos que hacia mi padre, así que…si – levanto las cejas – estás celosa?


- ¿Que?! Yo?! Que va, que tú amiga no te cuente que tiene otros conocidos o amigos está excelente – dice irónicamente.


- Ya la próxima no te vuelvo a ocultar nada y… - entramos a la habitación – ya que estamos en estas tengo varias cosas que contarte.


- Más? Haber habla….


Le cuento lo de las rosas, las cosas raras que han venido pasando con el lugar al cual fuimos y le cuento lo más importante. Saco la carpeta con el expediente de la niña que encontré en el despacho de mi padre, ella lo lee y casi se cae al suelo cuando ve la foto de la pequeña.


- Pero si es idéntica a ti – me dice levantando la carpeta.


- Lo sé, solo que la niña tiene el pelo más oscuro y tiene los ojos cafés.


- Pero son igualitas, segura que no es tu hermana?


- Pero si yo fui hija única, bueno a excepción del niñito ese que mi padre tuvo con la tipa esa – entra la rabia de tal solo pensarlo – aunque con todo lo que escuche está noche ya no sé nada – me muerdo el labio nerviosa.


- Por ahora lo único que podemos hacer es ordenar nuestras ideas y pensar bien lo que vamos a hacer…


- Tammy tengo miedo – ella me toma de las manos y me mira fijamente.


- Es normal que tengas miedo, pero estamos juntas en esto, no te voy a dejar sola, pase lo que pase – hace una pausa atrayéndome a su cuerpo y comienzo a llorar – juntas hasta el fin del mundo.


Nos separamos y ella me limpia las lágrimas, mi amiga me consuela dice que todo va a estar bien pero en el fondo ella también tiene miedo e incertidumbre por lo que vaya a pasar.


Tratamos de conciliar el sueño hablando de otros temas para tratar de distraernos de lo que está pasando pero no pudimos pegar el ojo en toda la madrugada.


- Oye será que me puedes prestar tu auto para ir a casa, mis padres se preguntarán donde estoy, solo es para reportarme y luego me devuelvo.


- Si, claro, solo ten cuidado por favor – trago con un nudo en la garganta – ahora debemos andar con mucho cuidado, sin que nadie nos vea por ahí.

Reflejo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora