Reflejo del Destino

~ Capitulo 28 ~

Hoy ya era mi cumpleaños y como cada año estoy abarrotada de mensajes de mis familiares y compañeros de la escuela y como no el mensaje de Tamara que parece más bien una declaración de amor. Medio de las cursilerías que me envió y le agradezco por el gesto.

El día de ayer después de lo sucedido en el bosque, Tamara me recogió y le expliqué todo y se quedó muy atenta escuchando todo como si no fuese real lo que le conté, parecía más bien sacado de una película de suspenso. Ella me dijo que Matt me debía muchas explicaciones y dejamos la conversación a un lado.

Ella me llevo a mi sorpresa adelantada de cumpleaños y fuimos a un Spa y no se imaginan lo relajante que fue eso, luego nos mandamos hacer las uñas y ella se mando a hacer unas mechas de color azul platinado que le quedaron fantásticas, ella me sugirió que debería hacerme algo en el pelo pero yo me negué, no quiero que nadie toque mi rubio natural.
Luego fuimos a comprar nuestros atuendos para la reunión de hoy, no me apetecía comprar algo extravagante pero si algo muy elegante.

Bajo las escaleras y me encuentro con una bola de pelos rosándome las piernas que me está saludando, yo lo levanto del suelo, lo acarició y empieza a ronronear.

- Tú eres un gatito muy bello – lo acarició por última vez y lo dejo en el suelo y desaparece como siempre.

Me dirijo a la cocina y huele delicioso.

Mi abuela me dejó un desayuno especial como para cuatro personas lo cual agradezco ya que amanecí con bastante hambre. Al lado de la bandeja se encuentra un mensaje que dice:

Feliz Cumpleaños hijita mía.
Que cumplas muchos más. Te quiero mucho Elena. Sabes que eres mi nieta preferida.

Que tengas un lindo día.

Con amor tu abuelita.

Me llevo la carta al pecho ya que esto me hace recordar mucho a mi madre.

Termino de desayunar y en la sala hay grandes y diferentes sorpresas que no me esperaba, hay una canasta llena de regalos como dulces y chocolates y un peluche de un oso gigante que en medio lleva un corazón y que me lleva como dos cabezas de alto. Abro la nota y dice:

Feliz cumpleaños mi Sol Radiante.

Con cariño Matt.

La nota está escrita con letra delicada y bonita. Me quedo embobada releyendo una y otra vez la carta.

Me volteo y miro el otro regalo y es de parte de Leo, es una cajita llena de chocolates en forma de corazón, unas velas aromáticas y una taza en donde hay notas musicales que lleva pintado un piano clásico y mi nombre está justo al lado. También hay una nota que dice “ Feliz Cumpleaños Elena” y lleva una carita feliz guiñándome un ojo.

Es un bonito detalle de parte de todos; de lejos diviso un ramo de flores bien elaborado, son tulipanes morados, eran los favoritos de mamá y ya se quién me mandó las flores. Mi padre, aunque él no ha entendido el por qué no me gustan las flores ya que dice que mi explicación no tiene sentido si de todas maneras las flores siempre van a volver a nacer, me sigue enviando este tipo de detalles.

Ruedo los ojos negando con la cabeza y Tamara ya me está esperando en su auto.

Me colocó el abrigo con capota porque está cayendo un torrencial aguacero. Y preciso el día de mi cumpleaños.

Gran forma de empezar la mañana.

Cuando llegamos a la escuela varias personas me felicitan y también los maestros que se encuentran en los pasillos, me dirijo al casillero y hay varias cartas y notas de feliz cumpleaños que varios chicos y hasta chicas de otros cursos que no conozco me dejaron escritas.

Pasan las horas y ya estoy en mi última clase y para suerte de todos o más bien desgracia es una de las dos asignaturas que no comparto con Tamara. Es la clase de ciencias económicas, suena el timbre recojo mis cosas de un tirón pero no me salvó de lo que viene y termino tropezando con la zancadilla de alguien y sé que es a propósito.