~Capitulo 3~

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Estoy en la habitación de mis padres con una bata blanca de quirófano o eso parece, observo alrededor que hay varias personas que nunca había visto en vida, vestidos todos de médicos y enfermeros con las caras cubiertas con tapa bocas que no logro identificar las caras de ninguno de ellos, estoy acostada en la cama y logro distinguir la voz de mi padre

- Rápido! Grita él - Hay que inyectarle el suero antes de que....

Me despierto agitada sudando frío. Miro la hora y son las dos de la mañana, no debí quedarme hasta tarde viendo esa serie que me recomendó Tamara aquella vez que se desveló solo porque el protagonista es Evan Peters.

Que sueño tan extraño tuve hace un momento, parecía tan real que me dieron náuseas de solo recordarlo, ya me ha pasado varias veces desde que mamá murió pero este se sintió tan vivo como si yo lo hubiese vivido y mi padre estaba en el.... Pasa una hora y me vuelvo a quedar dormida.


A lo lejos escucho un ruido y recuerdo que es la alarma, me despierto y voy corriendo al baño para ducharme y alistarme ya que es el primer día de escuela después de estas cortas vacaciones de las festividades.

Salgo del baño y me encuentro con el uniforme de la escuela bien limpio y planchado, me lo coloco y voy al tocador para peinarme con una coleta alta y me dejó dos mechones de pelo por fuera para que perfilen mi cara de colocó máscara de pestañas, gloss y un poco de base que cubra el horrible aspecto de mis ojeras.

Ya lista me dispongo a agarrar mi bolso para dirigirme a la cocina y tomarme un jugo de naranja y una manzana verde para comer en el camino cuando escucho el claxon del auto de Tamara anunciando que ya es hora de irnos .No sin antes colocarme un abrigo, mis guantes y una bufanda ya que el invierno está cada vez peor y está helando haya afuera.

- Hola - la saludo con un abrazo.

- Hola- me responde ella con decepción.

- Y esos ánimos. - digo abro abrochandome el cinturón de seguridad.

- Es que no quiero volver al instituto, ya no quiero saber nada de ese lugar - desanimada encode la cara en sus manos

- Pero a ti quien te entiende un día estás alegre por volver y al otro día no quieres saber nada de nadie.

- Bueno siéndote sincera ya no quiero volver por la fama que me he ganado acostándome con todo el mundo en esa escuela. - dice con cara de vergüenza y con lágrimas en los ojos.

Ella lleva un abrigo y un gorrito que la hace lucir tierna como si fuera una niña de cinco años. Y me produce mucha nostalgia.

- Oyee tranquila- le doy un golpecito en el hombro. - sabes que cuentas conmigo y no voy a dejar nunca que te hagan daño así te hayas ligado a todo el mundo. Se que eres una buena chica y te protegeré como a una hermana.- Le consuelo su autoestima, no entiendo porque algo de este estilo la derrumbaria, ya que es la persona más fuerte que conozco.

- Gracias enserio eres una buena amiga. - dice limpiándose los ojos quedando como un mapache.

- Lo soy - digo alagándome - Así me hayas dejado sola en esa fiesta taaannn mala- la reprendo.

- Ya te dije que lo sentía mucho, además no estuviste sola. Me dijiste que conociste a un chico y te trajo a casa - me dice recomponiendo su postura y volviendo a sonreír está vez de manera coqueta.

- Si, pero no recuerdo muy bien cuál era su nombre. Lo que si recuerdo bien son sus ojos color miel- Digo recordando ese momento mientras ella se retoca el maquillaje ocasionado por las lágrimas.

Tamara suspira ya que sabe que no le voy a contar muchos detalles al respecto ya que no me gusta hablar del tema más que todo cuando de chicos se trata.

Al llegar al instituto mi amiga estaciona el auto y entramos a la escuela con un grupo pequeño de chicas al pasillo principal en busca de nuestros casilleros, al abrirlo saco mis libros para las primeras clases del día cuando escuchamos varios murmullos y sonrisas coquetas por parte de varias chicas y chicos también, nos volvemos a mirar a la entrada principal y es el chico que me llevo a mi casa en año nuevo, todas las miradas se posan en él y hasta mi amiga se queda con la boca abierta de lo guapo que es.

Entre murmullos los chicos que están a mi lado comentan que el chico nuevo viene de intercambio, otros dicen que lo expulsaron de su antigua escuela por mala fama y malas amistades que lo indujeron a un conflicto con personas "mafiosas" por decirlo de algún modo y otros dicen que es un chico que fue criado en casa y que sus padres quieren que se relacione con chicos de su edad por eso lo inscribieron aquí... En fin un montón de teorías a lo que yo llamo "chisme" porque no creo en ningún de las tonterías que corren por los pasillos de esta bendita escuela.

- Ese es el chico que me llevo a mi casa - le digo desviando la mirada concentrado mi atención en el cuaderno de apuntes.

Ella abre los ojos de manera sorpresiva y dice:

-Pero si te lo tenías bien guardadito eh - dice alzando las cejas de manera coqueta - y el chico viene para acá, actúa de manera normal.

- Ese concejo más bien va para ti, sabes que yo no estoy intere....- fui interrumpida por el zarandeo de Tamy.

Mi amiga suelta un chillido al ver que él llega hasta nosotras y todos se nos quedan viendo .

- Buenos días chicas, hola Elena cómo estás. - Me saluda dándome un beso en la mejilla el cual me deja paralizada.

- Hola soy Tamara su mejor amiga - le dice al chico despertando de mi trance.

- Hola, yo soy Leonardo - ahhh ya ese es su nombre, como lo fui a olvidar, me doy golpecitos mentales- , pero tú y yo ya nos conocíamos. - le dice a mi amiga.

- Espera, tu eras el chico que me llevo hasta mi casa, estaba tan borracha que ni me dí cuenta como fue que llegue. - Dice y me avergüenzo del comportamiento tan abierto de mi amiga.

- Si, tu amiga me pidió el favor de cuidarte y de que llegarás sana y salva a tu casa - dice Leo mientras fija su mirada en mí.

- Por eso ella es la mejor amiga de este mundo - ella me rodea los hombros dandome un mini abrazo- Y gracias a ti Leonardo por llevarme- le guiña un ojo y él sonríe.

Ellos se que quedan en silencio por unos segundos, voy a decir algo pero suena el timbre para nuestra primera clase.

- Bueno nos vemos pronto, fue un gusto volver a verte Elena - se despide con la mano y se me queda mirando unos instantes por encima de mi hombro mientras se va en la dirección contraria, supongo buscando su salón de clases.

- Pero que acaba de pasar - Tamara empieza a caminar mientras ella sigue mi paso rápido dirigiéndonos hacia las escaleras, prácticamente estamos corriendo.

- No lo sé pero te pido por favor que vayamos rápido al salón no quiero llegar tarde a clase.

Y por suerte el profesor no había llegado al aula, de hechos varios chicos estaban fuera molestando o en sus propios asuntos, ya estábamos a punto de entrar al salón cuando volteo y me doy cuenta que alguien a lo lejos está observando causándole un escalofrío en la espina dorsal. Esta en una esquina como en una especie de sombra y cuando me voy a acercar para ver quién es Tamara me jala el brazo adentrándonos a la clase ya que el maestro se aproxima y no queremos un castigo en nuestro primer día.

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xo

Reflejo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora