5. Lluvia

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Narra Hana

— Tengo hambreeeee –me quejo soltando mi cuaderno— ya estoy chata de estudiar.

— Ya casi terminamos —dice el rusio sacándose los lentes— ¿qué queri comer?

A ti

Volvimos a estudiar en su casa, ambos llegamos al acuerdo que era mejor estudiar así, porque el Bokuto pasa gritando e interrumpiendo cuando estudiamos por discord.

Ya ha pasado como una semana y media del ultimo carrete y no ha vuelto a pasar nada, cero besos.

Las ganas no me faltan, pero si el no me agarra y me chanta un beso, jamás volverá a pasar. Yo me cago entera en ese momento de tensión cuando sabi q queri, pero ¿qué me asegura a mi que la otra persona quiere? nada po weon, y yo no pienso arriesgarme, se me hace el potito.

— ¿Completos? —digo poniéndome de pie— no sé la wea que sea, me suenan las tripas weon.

— Yaya, vamos.

Cuando estamos bajando la escalera, se abre la puerta de la casa, dejando ver a un alto y medio rubio.

— Chucha —se queda tieso al vernos— mal momento, me voy.

— Akiteru no wei —el rusio baja la escalera— Hana, el es mi hermano, Akiteru, ella es la Hana, una amiga de la U.

— Oh —sonríe nervioso— hola, un gusto —saluda con la mano— estaban... ¿ocupados?

— Estudiando —responde pesado Tsukishima mientras toma sus llaves— Hana vamos.

Solo lo sigo, está callado mientras escribe en su celular. Camina rápido y me cuesta seguirle el paso.

— Rusio no mido 1.90, no camino tan rápido —digo para llamar su atención.

— Chucha perdón —frena el paso— lo siento.

— Tranqui —le sonrío de lado— parece que no te gusta estar con tu hermano.

— No es eso —suspira— pero hace poco discutimos por una estupidez y no hemos hablado de eso.

— Lo peor es estar peleado con los hermanos —me mira— con mis hermanos tenemos una regla, si llevamos más de cinco horas peleados, el que comenzó la pelea pide disculpas llevándole comida al otro.

— La wea tonta —dice riendo— ¿por qué hacen eso?

— Porque literal somos compañeros de vida, y la vida es corta, ¿para qué estar peleado con alguien que ha estado siempre?

— Que weones más mamones —dice cuando llegamos al carrito de completos— pide tu primero.

— Esta vez pago yo —me acero a la tía del carrito— tia, si esta jirafa intenta pagarle, no se lo reciba, yo voy pagar.

— Weona insoportable —me dice el rusio restregándose la cara— solo por esta vez te lo aguanto.

— Ñiñiñi —le saco la lengua.

Pido mis dos completos italianos y me voy a sentar a una las mesitas. A los minutos el Tsukishima se sienta a mi lado.

Cada uno está en su mundo mirando su teléfono, me gusta estar con el, es cómodo.

Un ratito después nos entregan lo que pedimos, pago y nos devolvemos a su casa.

— ¿Bridgerton? —pregunto adelantándome para caminar de espaldas y mirarlo— yapoo nos quedan dos capítulos para terminar la primera temporada.

— Ya oh, solo pa que deji de hincharme las pelotas —me webea.

Llegamos a su casa, yo prendo la tele y el deja los completos en la mesita que está cerca del sillón.

Beso de carrete | Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora