33. Playa

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Narra Hana

— Menos mal siempre ando con un buzo en mi auto —dice el Ran— te queda bien igual.

— Parezco carpa de circo —suspiro— cuando despierte lo voy a matar.

— Déjalo oh, vivió lo que es una wea en el sur por primera vez —dice riendo el Yuji.

— Yo les dije que no le dieran tanto copete —frunzo el ceño— mi papá le dio chocoron po.

— LDNFLSMFMF LA WEA —se ríe el Ran— ¿se quedó raja en tu auto?

— Sí —suspiro— no creo que despierte luego.

— Quizás hasta apaga tele —sigue el Yuji— pobrecito.

— Si mañana venimos de nuevo solo voy a dejar que se acerque el agua del baño weon.

El Kei después de vomitar en mis piernas, trató de pedirme disculpas. Mi hermano andaba con un buzo en su auto y me lo prestó, cuando volví de cambiarme el Kei se estaba quedando dormido en la mesa así que como pudimos, con el Yuji lo llevamos a mi auto.

— ¿Se acordará de algo este cabrito? —pregunta mi mamá.

— No sé, es primera vez que lo veo curao —me miran sorprendidos— si tiene cualquier aguante, bueno, tenía.

— Somos mala influencia —dice riendo mi papá— no va a querer venir más.

— Weno esa es la bienvenida a la familia po, terminar raja curao —dice el Ran.

— Se va a morir de vergüenza cuando despierte.

[...]

Son las ocho, ya hasta nos devolvimos a la casa y el Kei todavía no revive, tuvimos que dejarlo en el sillón durmiendo.

Mi mamá está haciendo su sopa levanta muertos para cuando se levante. Mi papá y mk tio también se curaron caleta, pero al menos ellos sí llegaron a la casa vivos,
ahora están raja.

— ¿Hana?... —el rusio se mueve.

— Despertó bizcochito —lo webeo y me acerco— ¿Cómo estuvo el tuto?

— ¿Estamos en la casa? —asiento— oh mi cabeza weon.

— Toma —le acerco un vaso con agua y una pastilla para el dolor de cabeza.

— Gracias —se restriega los ojos— ¿Cómo llegué aquí?

— El Yuji y el Ran te sacaron del auto —digo riendo— estabai en calidad de bulto Kei.

— Oh que vergüenza, perdón —se pone pálido— de verdad lo siento, creo que es primera vez que me curo así.

— Tranqui, a todos nos pasa —le doy un beso— ¿Te acuerdas de algo?

— Muy poco —se toma la pastilla.

— Ay Kei —le hago cariño en la mano— sigue durmiendo si quieres, mi mamá está haciendo una sopita, cuando esté lista te despierto.

— Quédate conmigo po, cabemos los dos en el sillón.

— Nos van a webiar —niego riendo— duerme nomas, igual tengo cosas que hacer.

— ¿El gato está bien? ¿No se murió mientras no estábamos?

— Está bien oh.

[...]

Narra Tsukishima

— Gracias por todo —le digo a la familia de la Hana— lo pasé muy bien estos días.

Beso de carrete | Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora