40. Juramento

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Narra Hana

Termino mi prueba y se la paso al profe, ojalá me haya ido bien.

No me quería devolver a santiago, pero tocó nomas, mis papás están bien cuidados, el Yuji pidió vacaciones de dos semanas para cuidarlos y la Lita se va a quedar en la casa hasta que ya puedan volver a la normalidad.

En vez de irme pa la casa, paso al gimnasio a ver la práctica de los chiquillos. Como volví hoy en la mañana, no he hablado casi nada con mi pololo.

— WENAAAAAA —saluda en Noya cuando me ve— tanto sin verte ¿Tu familia está bien?

— Todo mejor —le sonrío— gracias por preguntar.

— TSUKKI TU POLOLA VINO A VERTE —grita hacia el otro lado de la cancha y el Kei se da vuelta.

Se acomoda los lentes y se acerca a saludar.

— ¿Te fue bien en tu prueba?

— Sí —sonrío de lado— bueno, eso creo.

— Ya que weno —rie un poco— ¿Queri ir al starbucks después que termine el entrenamiento?

— Weno, voy a esperar arriba.

Subo a esperarlo, pasa como media hora y sale a cambiarse. Me manda un mensaje cuando está listo y bajo. Nos vamos caminando al starbucks que está a cinco cuadras de la u, comentamos un par de cosas pero nada importante.

Pedimos, el pagaré y nos sentamos en la mesa de más atrás.

— No botaré el peluche pero lo voy a guardar en otro lado, así no lo veras —dice a penas nos sentamos.

— Weno, como quieras —suspiro— al final, si es importante para ti.

— Es algo de mi infancia prácticamente.

— Sisí, entiendo —sonrío de lado— igual fui algo intensa.

— Puede ser, pero ya fue —me agarra la mano— tratemos de no pelear por weas otra vez porfa, me da lata estar así.

— A mi también —hago una mueca— te quiero contar algo, no sé si te va a fascinar la idea pero mejor contarte altiro.

— ¿Que pasó? —levanta una ceja.

Le cuento lo que me dijo el Atsumu la última vez que lo vi antes de volver. Al ver su cara noto que no está feliz, pero trato de explicarle que en ningún momento intentó alguna wea extraña.

— Bueno, solo ten cuidado —me da un piquito— y recuérdale de vez en cuando que estás conmigo —sonríe de lado.

— Me voy a tatuar tu nombre en la frente mejor —me acerco a el y lo abrazo— ¿Estamos bien entonces?

— Sí —me da un beso en la frente— ¿Te quieres quedar en mi casa hoy?

— ¿Está tú mamá? —niega riendo— entonces sí.

[...]

— ¡DE NUEVO CON LOS CHUPONES! —reto a mi pololo cuando me veo al espejo.

— Cuéntale al Atsumu po —webea desde su cama.

— Tonto weon —le tiro mi zapatilla— claro como tu teni que rasparte el cuello con un cepillo de pelo —lo miro mal.

— En el momento que te los hago no te quejai —se pone de pie— me invitaron a un carrete, en la casa del
Lev ¿Queri ir?

— No, estoy cansada —hago una mueca— pero anda tu y yo me quedo durmiendo en tu cama.

— Chistosa ja ja ja —dice sarcástico— nah pa eso mejor me quedo contigo.

Beso de carrete | Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora