12. La final

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Narra Hana

Los chiquillos tuvieron partido en la tarde y pasaron a la final. La celebración duró poco antes de que los nervios se apoderaran de todos.

Mañana definen todo contra Shiratorizawa, el campeón actual de su grupo.

— Gracias por aceptar venir —dice el Tsukishima mientras entro a su casa.

Después del partido, cuando yo ya había vuelto a mi casa, me preguntó si podía dormir con el. Al principio lo encontré raro, pero debe estar tan nervioso que no quiere estar solo.

Por más que diga que "solo es un club", igual quiere ganar, le pone empeño y se frustra cuando van perdiendo.

— Voy a ponerme pijama —le digo antes de subir al baño— ¿me esperas en tu pieza?

— Yap.

Hago lo que dije rápidamente y voy a su pieza, está de pie frente a tele poniendo netflix. Dejo mis cosas en su escritorio y me acerco a abrazarlo. El me rodea con un brazo.

— Teni el corazón super acelerado —lo miro raro— ¿estás pensando en el partido?

— Sí —suspira— estoy un poco nervioso.

— Kei, calma —me mira— les irá bien.

— Eso espero —me abraza fuerte— primera vez que me dices por mi nombre.

— ¿Y te molesta? si no te gust-

— Me gusta como lo dices —me interrumpe— casi nadie me dice así.

— Te diré así más seguido entonces —me separo para darle un beso— ¿nos acostamos? ta helado.

— Sísi —se mueve a abrir las frazadas de la cama— pasa tu primero.

Me meto a la cama y el me sigue, altiro me acomodo para abrazarlo y quedarme apoyada en su pecho. El me rodea con sus brazos y empieza a jugetear con sus dedos.

Siempre hace eso cuando está nervioso.

— Hey —le tomo una mano y la entrelazo con la mí— ¿quieres hablar de algo? siento que aparte de la final hay algo que te tiene más nervioso.

— Es... el weon del Ushijima —suspira— mi papel es pararle el juego pero no me creo capaz.

— Nunca podrás evitarle todos los puntos pero sí que podrías bloquearle alguno.

— Sus remates son horriblemente fuertes. con suerte podría hacer toques para que el resto los reciba —ahora juega con mis dedos.

— Kei, te estás poniendo mucha presión —lo miro a los ojos— son un equipo, lo que puedas hacer funcionará.

— Eso espero.

Nos quedamos así harto rato, sin decir nada, solo abrazados y con las manos juntas. Poco a poco nos vamos quedando dormidos.

[...]

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Simios Akazawa

Ran: ¡deseale suerte al rusio rico!

Beso de carrete | Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora