31. Vacas

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Narra Tsukishima

— Entra rusio —me dice el Ran cuando sale del baño— se va a llamar Rancito.

Solo lo miro raro. No entendí.

— ¿Qué onda? —digo cuando veo a la Hana.

— Tengo un atraso —suelta de una.

— Ah —me quedo tieso, no sé que chucha decir— ¿De cuanto?

— Cuatro días —me mira asustada— el Ran va a ir a comprar una prueba de embarazo... perdón, de verdad lo siento —se pone a llorar de la desesperación.

— Hana, calmate —suspiro y la abrazo— puede que sea un simple atraso, no necesariamente significa que estás embarazada.

— ¿Cómo podi decirlo tan tranquilo? —se suena nos mocos— Kei te juro que voy y hago que me aplasten los caballos en la carrera.

No estoy tranquilo pero dos personas desesperadas en esta situación no sirve de nada. Le hago cariño en la espalda mientras trato de calmarla.

— ¿Voy a ser tío? —llega el Yuki junto al Bokuto y el Akaashi— ¿Puedo ser el padrino?

— Cállate tonto weon —llega el mayor, arrastrando al Ran del cuello— mandaste al weon más vio a esto po Hana, está entero tiritón.

— Agh Ran ¿Por qué les dijiste? —la Hana lo mira mal.

— Yo le pregunté y de los nervios se le salió, no te enoji con el —sigue el Yuji— ya, yo voy a ir a la farmacia del mall, tu hazte la loca frente a los adultos nomas.

— Pero te vai a demorar mucho —dice el Ran— queda a la chucha.

— ¿Y pensabai comprarlo aquí en el pueblo pa que todos se enteren? –dice molesto el Yuji y le pega un wate— la vieja de la farmacia es terrible sapa, y más de alguien debió ver mal a nuestra hermana y van a sospechar weas, mejor comprar la wea lo más lejos posible.

— Gracias Yuji —hablo yo— ¿tus papás se darán cuenta?

— No, todos háganse los tontos, cualquier wea es que tiene fatiga —se acerca a la Hana— enana, todo va a estar bien —le da un beso en la frente y se va.

— ¡Que se llame Yuki junior! —webea el Yuki y el Bokuto le pega un wate que suena muy fuerte.

— Tu teni que ir bailar con la Lita —el Bokuto lo empuja— nosotros vamos a distraer a los adultos pa que no empiecen a preguntar.

Se van los cuatro y me quedo solo con la Hana, está tiritando de los nervios.

Ver al Bokuto enojado es extraño.

— Debes pensar cualquier wea de mí —habla llorando— te juro que nunca pensé en hacerte esto.

— Tranquila —le doy un beso— hay que ver, no te desesperes antes de tiempo.

Nos devolvemos con el resto de la familia mientras esperamos al Yuji, se demoró como una hora en volver, la Hana en cualquier momento se desmaya de los nervios.

Los papás de la Hana y los del Bokuto se van a bailar y todos aprovechamos de acompañar a la pitufa a que se haga la prueba.

— Anda a echar la mea luego —dice el Ran, se está comiendo las uñas.

— Cálmate culiao ni el que podría ser el papá está tan nervioso —dice el Yuki— ¿Cierto cuñao?

— Yuki ¿de verdad crei que estoy bien? —lo miro con cara de hoyo.

— Vei que eri aweonao Yuki, esto no es pa chiste —lo reta el Yuji— nuestra hermana está pasándola mal, debe estar caga de susto, los dos déjense de weas y muéstrense serios y en para de apoyarla ¿Escucharon?

Beso de carrete | Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora