La Paradoja en Géminis

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Usa llegó bastante rápido donde su hermano y las chicas en algún punto de las escaleras al templo de Géminis.

—¡Koga!—Gritó, preocupada.

El caballero de Pegaso apenas y podía mantenerse de pie, pero aún así seguía adelante hacia la casa de Géminis.

Usa corrió hacia él y lo sujetó del hombro para que no se arriesgara más —No puedes ir así, la casa de Géminis es demasiado confusa, y estás demasiado herido para pelear, al menos deja que Saiga te cure... lo mejor posible—Murmuró lo último, pero era ciertamente útil para ellos en esos momentos.

El pelirrojo, tras escucharla, miró a su hermana mayor, tras unos minutos asintió y Saiga, que estaba a su lado, sujetó su mano, curándole la mayoría de los huesos rotos con su Cosmos.

Después de el pequeño descanso reparador, siguieron subiendo hacia el templo de Géminis.

Apenas entraron en aquel templo, Usa se sorprendió al no encontrar los dos pasillos que hacían que se le revolviera la cabeza por la ilusión que Kanon y Saga solían hacer juntos para entrenar.

En su lugar, había una especie de prado idílico que llenaba toda la casa de Géminis de manera cursi, como escena cliché de cuento de hadas, que casi hacen vomitar a Saiga apenas verlo.

—Nunca pensé que diría esto, pero los pasillos laberínticos eran mejores que esta basura—Pensó Usa en voz alta, haciendo reír por lo bajo a las caballeros que la acompañaban, que comprendían el chiste, a diferencia de Koga, que la miró confundido.

Pero nadie se tomó la molestia de explicarle qué era tan gracioso.

Siguieron caminando recto, y planeaban seguir así, hasta vieron a Ryuho.

Estaba tirado en el piso, cerca de la mujer caballero dorado de Géminis, que sonreía, y Mako estaba inconsciente, sólo un par de metros más allá de su hermano.

—¡Ryuho, Mako!—Gritaron Usa y Koga al mismo tiempo, corriendo en dirección a sus compañeros caídos.

Ryuho, al escuchar la voz de ambos príncipes, miró a su compañero —Koga...—Lo llamó.

Pero la caballero dorada de Géminis se interpuso entre ellos —Eres Koga de Pegaso ¿Verdad?—Dijo aquella mujer de cabello claro, que a Usagi no le daba ni pizca de confianza.

Había visto a Saga en el pasado, conocía las historias de Aspros y Defteros del siglo XVIII, pero ninguno de ellos le daba esa sensación de malicia que esa mujer emitía con sólo mirarla.

—Tú eres...—Dijo Koga.

—Bienvenido al templo de Géminis, soy la que rige el amor y el destino, Paradox de Géminis—Se presentó la mujer caballero.

Al escuchar aquella presentación, Usa casi se ríe a carcajadas que logró disimular por muy poco y al precio de sentir dolor en el abdomen, pero notó que a Saiga, aquella presentación no le hizo ninguna gracia.

La mujer caballero de la Cruz del Sur tenía una cara de asco, y se notaba en sus ojos que tenía unas inmensas ganas de golpear a la mujer en la cara mil veces hasta hacerla polvo, algo que era divertido para sus amigas cercanas: Kanata, Seira y Cristal.

—¿Paradox de Géminis? ¿Tú le hiciste esto a Ryuho y a Mako?—Preguntó Koga con evidente ira al escuchar a la caballero, ignorando la presentación tan rídicula de la mujer.

La caballero asintió —Sí—Dijo aquella palabra con tanto orgullo que Usagi tuvo ganas de partirle la cara.

—Ten cuidado, ella es...—Dijo Ryuho con muy poca fuerza en la voz, pero no fue capaz de continuar, porque Koga interrumpió.

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