Las ruinas de oscuridad

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Usa estaba acostada sobre el agua en medio de la oscuridad, sin embargo, no estaba mojada por el agua en absoluto.

Se levantó con pesadez y miró a su alrededor, habían un par de ¿Espejos?

No, esos no eran espejos, pero sin duda lo parecían, aquellas piedras eran tan lisas que reflejaban lo que había a su alrededor...

Usa se levantó, viéndose reflejada a sí misma en aquellas piedras, notó que estaba ilesa...

Ni un rasguño sobre su piel, lo cual se le hacía raro, por decirlo menos, pues con la pelea que había tenido en contra de Edén, pensó que estaría completamente llena de heridas y su ropa desgastada...

Entonces notó que estaba sola.

Miró hacia todos lados para confirmar si estaba sola en aquel extraño lugar, pero no veía ni a sus hermanos ni a Edén.

Aunque si era sincera, no quería ver a Edén en lo absoluto.

Volvió a mirar su reflejo, y ahora se veía diferente.

El reflejo la mostraba como Princesa de la Luna, con su marca de Luna Creciente en su frente brillando con alegría.

Miró su ropa, pero no había nada diferente, así que observó en otro de los espejos y vio algo que le heló la sangre...

En el espejo, ciertamente estaba ella, pero no era "ella" por así decirlo.

La marca de Luna Creciente en su frente estaba teñida en negro y estaba invertida, usaba un sensual vestido negro, y sus ojos rojos no reflejaban bondad o amor en lo absoluto, sino todo lo contrario...

—Black Lady...—Murmuró al reconocerse en el espejo.

Su reflejo le sonrió de manera cruel al escuchar su voz temblorosa, y observarla temblar aterrorizada al verla frente a ella.

—No entiendo qué tiene de malo la oscuridad para ti, Usagi... ¿Por qué luchas contra la única cosa que podría ayudarte a recuperar a tus padres?—Le preguntó Black Lady con una sonrisa malévola.

Usa, en cambio, miró al reflejo con rencor ante esas palabras —Porque la oscuridad me los arrebató en primer lugar—Dijo, con firmeza e ira...

Black Lady, al escuchar su respuesta, se rió malévolamente —¿Y? ¿Acaso ya olvidaste el Cosmos que posee Koga? ¿Vas a odiarlo también por ello cómo odias a Marte?—Le preguntó con evidente malicia.

La pelirrosa abrió los ojos como platos y apretó sus puños en ira...

Era cierto, Koga fue poseído por Cosmos de Oscuridad hacía años atrás, pero también era poseedor de Cosmos de luz...

Usa negó con la cabeza ante esos pensamientos, pues su hermano, a pesar de tener el Cosmos de Oscuridad que les arrebató a sus padres, nació con Cosmos de Luz para empezar, y él no era maligno, ni lo sería nunca...

Ella no lo permitiría.

—No intentes engañarme para que la oscuridad me posea de nuevo, Black Lady, porque yo ya no soy una niña y Koga es un caso muy diferente a mí—Le aseguró Usa a su reflejo.

Para su horror, Black Lady salió de aquella piedra que la reflejaba y flotó a su alrededor burlonamente, antes de mirarla con una sonrisa cruel en los labios.

—¡Ja! ¿En qué es diferente?—Le preguntó Black Lady a Usa, a modo de burla, de hacerla sentir ira, odio, remordimiento...

Todo lo negativo posible para obligarla a aceptar la oscuridad y poseerla de nuevo.

Usa, en cambio, la miró desafiante —En que Koga no sería capaz de usar ése Cosmos para dañar a nadie, en cambio ellos (Marte y compañía) lo usan para dañar inocentes—Respondió Usa, que siguió escuchando cómo Black Lady se burlaba de ella.

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