Ecos del pasado

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El grupo se dirigió a las siguientes ruinas: las ruinas del Agua.

Al parecer estas estaban en los Cinco Picos, el hogar de Shiryu, y por ende de Ryuho y Mako.

Usagi decidió que ya que ellos iban a estar presentes de cualquier forma, era hora de decirles a los hermanos de Júpiter lo que ocurrió en la guerra contra Marte hace trece años...

Además de que debía pedirle permiso a Shiryu para hacerlo: después de todo eran sus hijos.

Fueron varios días de viaje, nuevamente, aunque se sentía un poco extraño el viajar sin Soma y el Cuarteto Amazonas, pero Usagi no se preocupó, sabía que estarían bien, después de todo, ambos ahora lucharían por la misma causa.

Cuando llegaron, todos en el grupo, a excepción de Usa, quedaron impresionados por la vista frente a sus ojos.

—Por fin llegaron—Comentó Haruto, que apareció de la nada, como de costumbre.

—Haruto, tiempo sin verte—Dijo Koga —Por dios... Siempre me hacen esperar...—Se quejó el caballero de lobo al verlos llegando.

—El camino de la montaña era muy complicado—Se quejó Koga.

—Ryuho y su hermana ya llegaron, así que vamos—Dijo Haruto en respuesta.

Usa ni siquiera le hizo caso, y mientras que ellos se fueron caminando, ella se fue saltando entre los árboles para llegar antes que el grupo.

Sabía dónde estaba Shiryu, y necesitaba hablar con él y con Shunrei, después de todo, ellos eran la única familia de Makoto para poder decidir si hablaba realmente bien con los gemelos o no...

Necesitaba saber si Shiryu quería decírselo a sus hijos, toda la verdad de la situación de Makoto o no.

Llegó a la cascada con bastante facilidad, y encontró una escena que le provocó un dolor terrible en el corazón.

Veía a Shiryu, sentado en posición de loto, parecía estar meditando, pero las marcas de "la infección" se veían a través de todo su cuerpo, el vendaje sobre sus ojos daba a entender que era ciego...

A su lado, estaba Shunrei, cuidando de él como lo hizo antes con Dohko.

Usagi se acercó con cuidado a él, con su rostro lleno de melancolía y tristeza.

Tocó el hombro de Shunrei, lo cual la tomó por sorpresa, porque dio un leve respingo, pero se giró para ver quién era.

—Shunrei... sólo soy yo—Dijo la pelirrosa, mirando a la mujer con tristeza reflejada en sus ojos rojos.

La mujer no la reconoció en un principio, pero después de un tiempo, y tras analizar su peinado, se dio cuenta de quién era aquella chica —Pequeña dama—Dijo Shunrei, sintiendo de repente un atisbo de esperanza.

Tal vez Makoto finalmente había despertado, tal vez ahora recuperaría a su amiga...

La pelirrosa sonrió levemente y se sintió triste cuando vio la mirada llena de esperanza de Shunrei al verla ahí.

Le dolía tener que dar malas noticias, pero no había otra manera, no había más opciones, y mucho menos había tiempo ahora.

—Shunrei, las noticias que voy a darles... No son buenas en absoluto—Dijo y la esperanza que había brillado en los ojos de Shunrei desapareció por completo, y la decepción se abrió paso en su rostro.

—¿Me dejarías hablar con Shiryu?—Pidió, a lo que la mujer asintió y le cedió el paso a Usagi.

Ella se sentó frente a Shiryu y concentró su Cosmos para poder hablar con el caballero.

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