Aliados

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Las chicas dieron un chillido de felicidad y se abrazaron juntas mientras lloraban.

—No puedo creerlo, realmente están bien—Dijo Usa empezando a llorar por la emoción, al igual que las demás Sailor Scouts, que saltaron de mera alegría.

Los demás estaban confundidos, pero no hicieron preguntas, al menos no hasta que Usagi recordó dónde estaban y se vio en la necesidad de detenerse y secar sus lágrimas.

—Una disculpa por nuestro comportamiento, pero les tengo buenas noticias—Dijo ella sonriendo y el grupo miró a la princesa intrigado, quien no pudo evitar sonreír por sus miradas —Hemos conseguido más aliados para la guerra contra Marte—Dijo Usa.

Los caballeros se unieron a la celebración por este gran logro, y empezaron a comer para celebrar —Es una lástima que Makoto esté así, su comida es la mejor... pero pronto despertará cuando acabemos con esto, todos volveremos con nuestra familia—Dijo Usa.

Soma no dijo nada, simplemente agachó la mirada un tanto deprimido, pero se unió a la celebración igual que el resto.

Las chicas empezaron a bromear entre ellas, contando varias anécdotas y sucesos graciosos y vergonzosos en sus vidas —Pero cómo vamos a olvidar, aquella vez en la que la Pequeña Dama quedó a solas con Helios en un cuarto de hotel—.

Usagi se sonrojó hasta las orejas y empezó a negar —No, no, no, no ¡Ya les dije que no pasó nada, simplemente me quedé dormida! ¡No ocurrió nada más! Y no se atrevan a decirle a papá de esto—.

Las cuatro Sailors se rieron de su compañera.

Finalmente, y tras una alegre y ardua noche, se quedaron dormidos dentro de aquella cabaña.

A la mañana siguiente despertaron con el Sol y dejaron la cabaña después de desayunar y beber agua, pero Usagi recibió un mensaje de un conocido, así que detuvo al grupo para hablar mediante el comunicador .

—Lamento nuevamente esto, pero tendremos que separarnos de nuevo, Reika, Natassia, Alice, ustedes también vienen conmigo, las demás, acompáñenlos y vigilen que no se lastimen—Ordenó Usagi.

El grupo de chicas asintió y se fueron por su lado, aunque los caballeros miraron a la pelirrosa indignados por sus palabras —Nos reuniremos en las ruinas de la tierra—Usagi asintió y, literalmente, jaló a Reika de la ropa para que se fueran junto a Natassia y Alice.

Usagi buscó en su comunicador la ubicación de "Esta persona" —Usagi ¿A dónde vamos?—Usa siguió manipulando su comunicador, pero explicó un poco —Vamos a reunirnos con una persona... ustedes son demasiado jóvenes e inexpertas, necesitan entrenamiento para lo que se avecina—Dijo Usa mientras llegaban al punto dónde debían encontrarse con "Ésa persona".

Esperó a que apareciera, y después de un par de minutos lo hizo, un hombre alto y de contextura musculosa y delgada, de cabello azul violáceo y ojos viridián.

—Usagi... cuando me dijiste que necesitabas entrenar... esperaba que fueras tú, no unas jóvenes Caballeros de Bronce—Declaró el hombre y Usagi rió por lo bajo —Saga... sabías desde un inicio que eran ellas a quiénes te pedí entrenar, no lo niegues—Dijo.

El caballero se rió por lo bajo —La inexperiencia se nota a leguas de distancia ¿Estás segura de que quieres que las entrene? Tú misma has estado en esa posición—Dijo Saga sonriendo y Usagi se río por lo bajo —Ésta generación de caballeros me parecen demasiado débiles, deberían saber cómo se entrenaban los caballeros antes—Dijo Usagi.

Saga sonrió y bajó del árbol sobre el que estaba de pie —Me llamo Saga, soy el antiguo caballero dorado de Géminis, soy también el maestro de la Pequeña dama, bueno, uno de ellos—Dijo Saga, recibiendo una reverencia de las chicas.

—Espero que podamos entrenar antes de que empiece la verdadera batalla en contra de Marte, así que prepárense porque yo soy un maestro demasiado difícil de tratar—Amenazó y las chicas asintieron temerosas por su declaración y su intimidante Cosmos.

—Usa, escuché que habías mejorado bastante—Dijo Saga, mirando a la pelirrosa que sonrió con orgullo —Claro que sí, perfeccioné bastantes cosas estos últimos años y ahora sé que estoy lista para enfrentar a Marte... además, le tengo una pequeña sorpresita preparada—.

Aquella sonrisa no le agradaría a una persona que la tuviera de enemiga, pero a Saga le pareció que podría ponerle fin a la Guerra con lo que sea que haya aprendido.

Saga miró a las mujeres caballeros bronce —Bien, empezaremos por lo básico hoy: el Cosmos—Dijo.

Usa había escuchado aquella larga, tendida y aburrida explicación sobre el Cosmos y su uso para los caballeros tantas veces que ya mejor bloqueó sus oídos para evitar escucharla por milésima vez en su vida, luego vio con diversión cómo Saga les daba una paliza a las chicas sin hacer el más mínimo esfuerzo.

"Ya he estado en sus zapatos, lamentablemente para ustedes, yo lo superé hace años, suerte" pensó con una sonrisa burlona asomándose de su cara, observó todo lo que restó del día y la noche cómo eran derrotadas sin piedad por Saga.

A la mañana siguiente, después de una dura y larga sesión de entrenamiento para las caballeros de bronce, Usagi revisó su comunicador y sonrió —Bueno, es hora de irnos... espero que cumplas tu palabra Saga—Dijo ella con un tono amigable, recibiendo una sonrisa de parte del caballero que se fue del sitio de encuentro.

Sin embargo, el mensaje que dejó Koga, dejó impresionadas y asustadas a las demás caballeros de Bronce:

Olvidé decirles que, al parecer, en cada una de las ruinas hay caballeros de Plata esperándonos, tengan cuidado al llegar.

Las caballeros de bronce se miraron asustadas entre sí.

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